Este fin de semana Lesbicanarias ha estado un poco flojo (por no decir que no he posteado nada) porque tenía un motivo de mucho peso para mantenerme fuera de línea y la razón es que por fin he caído en las garras del matrimonio. Así que he decidido contarles un poquitin de la odisea por la que he pasado estos últimos días.

Lo primero es enseñarles los dibujos de la invitación de bodas, desde hace tiempo me moría de ganas por ponerlos en el blog pero mi novia esposa (madre mia que trascendental suena jeje) me tenía puesta la veda hasta que no pasara la boda porque no quería arruinar la sorpresa para la gente a la que no se le había entregado. Les cuento que ambos dibujos los hizo mi chica y son graciosos porque se parecen a nosotras.

Este fin de semana ha estado lleno de sentimientos, tantos que llevo como una hora intentando escribir algo y no me sale nada con sentido, ya saben ese tipo de momentos que es tan importante para ti que te cuesta describirlo con palabras. Aún ahora con la resaca de sueño y el cansancio de todos estos días a tope no puedo sino seguir disfrutando con la cantidad de recuerdos tan bonitos que mi chica y yo hemos coleccionado.

Y es que como comente en la celebración lo que pudo haber sido meramente un trámite se convirtió en un momento memorable gracias a la gente que nos quiere y que se apunto a acompañarnos y a llenar de detalles bonitos la celebración. Porque son esas cosas las que al final de los días cuentan. Yo dividiría el día de mi boda así:

Histérica Perdida

Es algo típico de las novias pero una siempre dice «nah eso no me sucederá a mi» y al final resulta que pareces un flan durante toda la mañana, que si ¿donde deje los zapatos?, que se nos hace tarde, que no encuentro los aretes, a ver si no se los comió la perra, etc. Creo que no había pasado una mañana tan acelerada en toda mi vida, recapitularlo es bastante divertido pero vivirlo es un estres permanente.

Boda Civil

Cuando llegó el momento de llegar hasta el sitió oficial de la boda yo aun seguía tan nerviosa que me olvide de como demonios se bloqueaba mi móvil. Afortunadamente mi sidekick (alias mi querida madrina doña Yoda) se apresto a auxiliarme en mis diversas histerias y a extenderme bolsitas de papel para hiperventilar con decencia. La boda civil fue muy corta y yo estaba tan nerviosa que no lo disfrute muy bien. Pero hubo dos momentos muy graciosos para mi, el primero cuando la consejala hablo sobre los 4 pilares del amor y yo pensé «más vale que le ponga mucha atención a esto no sea que luego me los pregunte» después en la tarde me dí cuenta que era una boda no un examen pero en ese momento me pareció de total relevancia aprendérmelos de memoria. El segundo fue cuando la consejala dijo algo sobre algo de ayudarse y mi chica volteó a verme con una cara que decía: andaaaaaaaaa-que-me-apunto-esto-pa-tus-fines-de-semana-flojos, pero media disimulada porque quería verse sería y la madrina con la cara al piso en plan: esto es tan importante que debo reflexionar cuando en el fondo pensaba: juas-mejor-que-no-levante-la-cara-o-me-ataco-de-la-risa porque ambas nos dimos cuenta de la cara de mi novia jeje. En fin otro momento a destacar fue el bonito discurso que dos de nuestras amigas (Marcha y Katchoo) se aventaron al finalizar de la ceremonia.

Celebración

Después de intentar sin éxito alguno deshacernos de los 300 kilos de arroz que llevábamos en los trajes nos dirigimos en banda hacia la celebración de la boda. En este momento yo estaba muchísimo más relajada, ya todo lo más protocolario había pasado así que me dedique a disfrutar con la gente y a regodearme en la idea de tener una boda con la persona que amo, a ambas nos parecía un tanto increíble el haberlo conseguido después de tanto tiempo pero aún más importante que todo eso nos sentimos muy halagadas por el hecho de que hubiera mucha gente que hiciera esfuerzos especiales por nosotras y que nos demostraran de miles de maneras lo que nos querían y que estaban tan ilusionados como nosotras con la boda.

Sobre momentos memorables yo destacaría que a mitad de la comida me dio por darme el rol por las mesas para saludar a todo el mundo y cuando volví empezaban a recoger los platos y yo comiendo a mil por hora. Eso no sería gracioso de no ser porque mi chica le dijo al mesero que cuando yo terminara podían servir la tarta (y yo como muy lentamente) así que me dio mucha risa darme cuenta a los 10 minutos que el hombre no dejaba de mirarme para ver a que horas terminaba con cara de desesperado jeje. También fue muy divertida la ceremonia de partir la tarta porque nuestras amigas Ingrid y Julia nos regalaron un Chakram (de haberlo sabido me casaba antes jeje) y mi novia y yo que no somos ni frikis ni nada decidimos al abrirlo en la fiesta que con eso cortaríamos el pastel. Fue de lo más gracioso sobre todo porque el 99% de los invitados sabían que era el artilugio y querían lanzarlo al ritmo del grito de guerra de Xena (alguna osada no se quedo con las ganas ¿verdad lux?)

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Party Time!

Después de esa celebración seguimos la marcha (eso si, sin zapatos de tacón porque eso de llevar 8 horas con tacones de 12 centímetros es malo para mi salud) y nos pasamos por la fiesta de contactos de L2 donde nos llevamos un par de sorpresas más porque a la entrada había un letrero muy bonito que decía «Felicidades Enny y Paola», encima al entrar las chicas nos han regalado dos copas muy bonitas y una botella de cava, las dos nos hemos quedado muy sorprendidas y halagadas y hemos disfrutado mucho de estar bailando y haciendo escándalo por todo el local (cuando llegamos a los chupitos de tequila la cosa ya era épica jejeje)

chakram

En fin es gracioso porque no me siento diferente hoy, quiero decir que no amo más a mi chica porque lo diga un papel con nuestras firmas impresas, pero me ha dado tanto alegría pasar un día tan especial con ella que todas las dificultades con las que hemos lidiado por el camino han valido la pena, sobre todo porque los momentos lindos solo lo son si tienes gente alrededor con quien compartirlos y nosotras tuvimos quizá no muchos pero si de calidad.

Así que no me queda sino mandarles besos lesbicanarios a todos los que nos acompañaron ya sea en persona o de corazón en la boda de nuestros sueños.