Toca resumir el capítulo número 4×23 de los Hombres de Paco en versión reducida a lo que a nosotras nos importa realmente osease Pepa y Silvia mejor conocidas en el mundo del hampa lésbico como las Pepsi.

Nuestro capítulo comienza con Pepa preparando una misteriosa maleta para una misión. Y hay que ver que la muchacha no se nos conforma con llevar la pistolita reglamentaría porque lo primero que le vemos meter es una escopeta tamaño familiar. Vamos que te dispara con una de esas y vuelas unos cuantos metritos.

Silvia le esta echando un ojo desde lejos y se acerca a preguntarle que hace. Pepa le comenta que le han dado un soplo relacionado al caso del Kaiser y que se va a marchar sola para echar un vistazo. A Silvia casi le da un ataque cardíaco de solo pensar en Pepa en medio de una balacera y le dice que debería avisar y no pasarse las reglas por el forro.

Entonces sale la Pepa filósofa que nos regala unas cuantas perlas de sabiduría general:

Pepa: Mira Silvia, en la vida hay dos tipos de personas. Las que le tienen miedo a todo y no le quitan el plastiquito a la pantalla del móvil para que no se rayen. Y estamos el otro tipo. Las que sí se lo quitamos, se nos raya en el bolso con las llaves o lo que sea y no pasa nada.

Yo es que no discuto con mujeres que tienen armas en las manos y Silvia opta como yo por mantenerse silenciosa mientras Pepa sale a terminar de arreglar lo que le falta. (Por cierto y esto es importante mientras hablaban Povedilla espiaba todo).

Cuando está lista Pepa sale hasta su coche donde se encuentra una Silvia cómodamente instalada en el asiento del pasajero y sin las más mínimas ganas de marcharse. En la cara de Pepa se adivina una sonrisa pero la aguanta como las meras machas y se sube al coche con cara seria.

En ese mismo momento Silvia en un arrebato de valentía y pundonor toma su móvil y lo despoja del plastiquito mientras Pepa sonriente arranca el coche.

En la siguiente escena nos toca ver a las chicas en acción, ambas están tensas porque por fin llegan a las afueras de la casa de campo. Las dos bajan del coche silenciosas y con las armas en las manos. Siguiendo el protocolo policial avanzan sin encontrarse ningún problema hasta la entrada de la casa. Silvia se tensa al máximo porque es ahora cuando el peligro es mayor, Pepa le indica con un movimiento de cabeza que es hora de entrar y de un solo movimiento Silvia se gira y entra con fuerza en la cabaña al grito de ¡¡Quietos!!

Para sorpresa de Silvia en el lugar no hay ni una alma, solo una mesa puesta con algunos manjares deliciosos que a Pepa no parece sorprenderle en lo más mínimo. Y es que resulta que todo ha sido un engaño preparado por ella para sorprender a Silvia.

Pero el problema es que en ese momento a Sarita (sobrina de ambas) está en la cárcel acusada de ayudar a Lucas, así que Silvia no tiene las más mínimas ganas de ponerse romántica. Más bien le sienta super mal el que Pepa el haya engañado para llevarla hasta ese lugar. Pepa se justifica diciendo que solo quería festejar el que llevaran dos años juntas. Pero Silvia sigue muy enojada y la pelea sigue subiendo de tono hasta que Silvia le pide a Pepa que le de las llaves del coche. Pero Pepa que también esta cabreada se las avienta hacia los arbustos y la manda a buscarlos.

Pasado un rato podemos ver de nuevo a Silvia que sigue buscando las llaves de manera incansable mientras Pepa le ruegue que deje de buscar porque se está chamuscando peor que un sueco en agosto en la playa de las canteras.

Silvia se resiste a las tentaciones de Pepa que termina por pedirle disculpas con tal de que deje de buscar:

Pepa: Tienes razón la he cagado, la he cagado, con lo del Kaiser y lo del operativo pero que quieres si es que los regalos sorpresa son eso, sor-pre-sa.
Silvia: Mira Pepa te voy a decir una cosa tienes razón, en la vida hay dos tipos de personas: las que regalan pensando en la otra persona y las que regalan pensando en si misma. ¿Lo comprendes?
Pepa: Mira Silvia lo único que yo quería es pasar un día a solas contigo. Sin nada ni nadie que nos molestara, sin cobertura si quiera. Vale, lo siento, pero en la vida siempre hay dos soluciones: una quedarnos aquí discutiendo toda la mañana y dos comernos el jamoncito que esta en la mesa que te he traído de jabugo pa´ti, pa´ti y los langostinos con las rayitas aquí encima.

Y ¿Qué se puede hacer antes semejante discurso sino comerse los langostinos a rayas? Así que ambas se sientan a comer y a tomarse unas copitas. Pasado un rato ambas se ponen a platicar de su pasado. Pepa le pregunta a Silvia que con cuantas personas ha salido y ella concluye que con 5 en total. Luego Silvia le regresa la pregunta y Pepa después de contar dice que salió con 12 hombres y unas 40 chicas. Y ahí Silvia y yo pusimos la misma cara de sorpresa pero por diferentes motivos. Yo porque no entiendo como se puede tener tanto tiempo libre como para a su edad (que no debe tener más de 35) haber tenido 50 y pico parejas. O eso o que mi vida ha sido más aburrida que la de un caracol en día de verano. Pero el motivo de Silvia es que se siente insegura porque para ella Pepa es la primera y ella no es sino una más en la cuenta de Pepa. Pero nuestra morenaza siempre sabe que decir (con razón se cameló a tanta) y con una sola frase le devuelve toda la confianza a Silvia:

Mira princesa, liarte con cuarenta tías esta tirado, es super fácil. Lo difícil es enamorarse. Sentir que alguien te roza con sus dedos y se te pone el estómago como cuando bajas del látigo. Pues en eso tú eres la primera.

Y en ese ambiente romántico Pepa decide confesarse por completo y enseñarle a Silvia que ella tiene las llaves pero después de la comida, las copas y los ojazos y la sonrisa de Pepa a Silvia las llaves le importan un comino.

Viajamos en el espacio para encontrarnos que el tontainas de Povedilla le cuenta a don Lorenzo lo que oyo entre Pepa y Silvia y por supuesto este se preocupa y ambos se lanzan a buscarlas a la cabaña. Cuando llegan Povedilla intenta avisar porque se da cuenta de que se ha equivocado pero las niñas están tan a lo suyo que no se dan por enteradas y por más que intenta distraer a don Lorenzo este se asoma y se encuentra con el cuadro de las chicas haciendo el amor.

Si lo han oído bien, Pepa y Silvia en la cama como cualquier otra pareja. Yo me quede anonadada porque ya sabemos que estas cosas siempre nos las obvian. Y ahí estaban las chicas en plena faena que por cierto duro su buen ratito (mil gracias a los guionistas y editores por ese glorioso momento). Lo único malo es que no se disfrutaba bien con el don Lorenzo de las narices mirando.

El caso es que al final don Lorenzo termina por entrar al cuarto y les mete un susto de muerte, por un momento parece que Silvia va a echarse atrás pero saca fuerzas de flaqueza y abraza con decisión a Pepa que se sorprende un montón.

Don Lorenzo se sienta en la cama y empieza un discurso que tiene como finalidad decirles que no entiende ni papilla del amor pero que les desea que sean felices. Al final tanto él como las chicas tienen lagrimas en los ojos y todos están contentos.

Eso si cuando se levanta Don Lorenzo les advierte que cuando vuelvan a la oficina les espera un buen castigo por escaquearse del trabajo pero estoy segura de que no les importo lo más mínimo.

Y colorín colorado nuestra temporada de los hombres de paco se ha terminado, pero no se preocupen porque ya es conocido en los mundillos de la televisión que nuestra querida Pepa ha firmado para continuar en la serie por lo menos otra temporada así que tendremos PepSi para rato.

Por cierto ¿Fueron mis nervios o la escena de cama de las chicas estaba mal editada? Yo la disfrute porque es raro ver algo así en televisión abierta pero hay que ver que parecían gusanos por aquello de que se movían demasiado. Y yo ¡que demonios porque no se están quietas! No sé, como que se supone que una escena así debe ser suave con la cámara siguiendo cadenciosamente el ritmo de los cuerpos, pero no sé si fueron las tomas o la edición pero aquello parecía un baile de samba en la cama.

Aun así mis felicitaciones a Antena 3 por aventarse a mostrar una historia así de bonita en una serie. Y por favor queremos más Pepa y Silvia la próxima temporada que presiento que no pensaban que a la gente le iba a gustar tanto la pareja y no la supieron aprovechar al máximo.

¿Qué les pareció el fin de temporada? Espero sus respuestas en los comentarios y por supuesto que la próxima temporada seguiré resumiendo al más puro estilo lesbicanario los capítulos de Los Hombres de Paco.