No voy a disculparme

Hace un par de semanas me lancé hasta Sevilla para participar en el EBE y me lo pasé genial, porque aparte de verme con mis amigos de la empresa, tuve la oportunidad de hablar de Venice, Series y demás bollerías con Susana de Ambiente G y con Mercedes de Bollosfera. Y por si eso fuera poco (no me pregunten como hice tanto en tres días, todavía no tengo ni idea), gracias a @LIVYNAT y a @cjurriv del Team Lesbicanarias pude conocer las cosas más bonitas de la ciudad con las dos guías más divertidas de toda Sevilla.

En fin que toda esa introducción es para contarles que a mi regreso tenía que hacer una escala en Barcelona y mujer prevenida vale por dos, así que me lleve un par de libros que Connie de la librería Complices me hizo el favor de mandarme para entretenerme y terminaron salvándome la vida, porque mi avión se retrasó casi 4 horas (más las 4 de espera que ya tenía).

En fin que la foto me la tomé para para mandársela a mi esposa por un mensajito de Twitter y ya de paso la aprovecho para ilustrar este post, porque el libro que leí fue No voy a disculparme de Mila Martínez y toca contarles mis opiniones para que decidan si vale la pena llevárselo a casa o no.

No voy a disculparme empezó con muy buen pie conmigo, porque de inmediato me encontré con algo que jamás había disfrutado en una novela lésbica, rollito místico. Puede sonar raro, pero les juro que es lo que me enganchó más del libro porque encima tiene ese toque de misterio que te hace querer descubrir que hay detrás y leerte todo con esas ansias de descubrir la verdad que, parafraseando The X-Files, «está allá afuera».

En la premisa de la historia tenemos a tres personajes, Mel una escritora escaldada del amor a la que le han estado sucediendo cosas extrañas cuando se queda a solas en casa, Alex su editora y mejor amiga, y Carla la hija de Alex que siempre ha estado enamorada de Mel.

Como ven las cosas empiezan con la mecha encendida y lista para volar por los aires (que no vamos a negar que nos encanta el drama) y la novela se lee bastante fácil. No por nada me lo terminé completamente mientras esperaba.

Quizá lo único que me hizo falta fue que yo soy una chica más de historias a fuego lento, y en No voy a Disculparme llega un punto en el que todo va a la velocidad de la luz, pero eso también lo hace un libro muy ágil y sin muchas florituras, la verdad es que a mi me gustó, tanto que me puse a investigar un poco más sobre su autora y terminé encantada porque hay otros dos libros cocinándose que seguramente terminaré por comprar.

Digamos que no está en mi espectro más alto, pero lo disfruté y no me arrepiento de haberlo leído. Si Otalia te aburrió hasta la muerte porque no podías con el ritmo lento de la historia, este libro te va a encantar. Yo las dejo con un pequeño trozo para que le den una probadita (como cuando nos dan un cacho de queso en las charcuterías :P)

De manera inesperada, una brisa extraña erizó su nuca. Sintió los pies clavados en el suelo de la terraza, mientras su cerebro daba órdenes apremiantes a su cuerpo para salir de allí. Olía a peligro, y de forma repentina, a azahar. Otra vez aquello. Quería huir de allí, pero una fuerza aterradora la paralizaba contra el borde de la terraza. Se dobló en dos y cayó de rodillas. Un aliento suave jadeó detrás de su oreja. Sentía los miembros paralizados de terror y al mismo tiempo algo incompresible empezó a sucederle…

¿A que se han picado?