La historia de Viola di Mare se centra en la Sicilia del siglo XIX, la rebelde Ángela es acusada de estar poseída por el demonio y debe enfrentarse a brutales palizas de su padre, un autoritario jefe de cantera. Cuando su mejor amiga Sara es forzada a mudarse a la parte continental de Italia, Ángela se queda en el lóbrego pueblo. Los años pasan y Sara regresa. Su amistad infantil crece, y en un momento dado se entregan a la pasión que sienten la una por la otra.

Cuando el padre de Ángela insiste en que se case con un minero, ella se niega desafiante, afirmando que se casará con Sara. Su padre responde encerrándola en el sótano, donde otros secretos de familia están enterrados. Temiendo la pérdida de su única hija, la madre de Ángela soborna al cura de la ciudad y le ofrece al padre el hijo que siempre quiso; Ángela debe convertirse en Ángelo. Como hombre, ella es libre de casarse con Sara y tomar la posición de su padre. El pueblo se ve forzado a aceptar la unión ya que podría perder el favor de la poderosa iglesia y probablemente, el trabajo en la cantera.

Luchando por transformar su identidad como mujer y por el deseo de poder darle a Sara el hijo que tanto desean, debe lidiar con los celos y la tragedia que amenazan su amor.

Nuestro Opinión:

¿Preparadas y listas para ver un gran drama? Al menos tenemos el consuelo de que, en este caso, la película no está basada en hechos reales. Pero amigas da para que desahoguéis las lágrimas que tengáis pendientes. Este comentario podría empezar con “Sicilia 1947…“ Frase legendaria de las Chicas de Oro, ya que la historia se sitúa en Sicilia en algún momento del siglo XIX.

Ángela y Sara viven en un pequeño pueblo y son amigas desde la infancia. Sin embargo, por unas revueltas en el pueblo, Sara y su familia se van a vivir a otro lugar. Tiempo después Sara regresa a la isla para trabajar como ayudante de cámara de una baronesa, la mujer del propietario de la práctica totalidad de la isla. Las dos amigas se reencuentran y retoman su amistad aunque desde el principio Ángela deja ver que para ella Sara es mucho más que una amiga. Poco a poco Ángela conquista a Sara y las dos comienzan una relación secreta, que no va a mantenerse así durante mucho tiempo. El padre de Ángela (un buen cabrón autoritario) quiere que ésta se case con un cantero a lo ella se niega en redondo, y le confiesa su amor por Sara. Es a partir de este momento cuando el drama se desencadena.

La película retrata muy bien el ambiente claustrofóbico de la isla, un pequeño mundo gobernado por la autoridad del Barón, el cura y del padre de Ángela que es el jefe de la cantera que da de comer a todo el pueblo. Un mundo machista, de dobles vidas, dobles morales, secretos de familia, hipocresía…

En este contexto brilla con luz propia Ángela ya que es una persona diferente y valiente que lucha por lo que quiere y es capaz de enfrentarse a todo y a todos para conseguirlo. Es la heroína de esta tragedia interpretada de forma sobresaliente por Valeria Solarino. Sara es una mujer también enamorada, que es capaz de mucho por amor pero en un segundo plano siguiendo la estela de la fuerza de Ángela.

La historia nos parece valiente, por el contexto que elige, por cómo retrata a una sociedad pequeña y enferma por el miedo y por la historia lesbicanaria. La película no esconce la relación entre ellas, la muestra y no deja lugar a dudas sobre su amor. Las escenas de cama son bonitas e intensas. La recreación de la época está completamente plasmada con el vestuario y con muy buenas interpretaciones por parte de todo el elenco de actores.

En resumen:

Aunque el exceso de drama lesbicanario no puede dejar buen sabor de boca, Viola Di Mare merece la pena. Para una tarde lluviosa de invierno con un paquete de kleenex y con la mantita en el sofá es una película ideal. La recomendamos.