Aquí estamos de vuelta con las Male aventuras después de un tiempo, pero como todo tiene un final, esto no iba a ser la excepción.

Los últimos cuatro episodios de la historia no trajeron grandes cambios en la vida sentimental de Male, probablemente porque con todo lo que le pasó el resto del año tiene para escribir sus memorias en un par de tomos. Aún así, voy a contarles un poco que sucedió con nuestra enamoradiza muchacha.

Lo último que sabíamos de su vida amorosa era que había conocido a Emilia, una chica que estaba en pareja pero que no tuvo problema en dejarla rápidamente, y ya tenían el camino libre para vivir su amor. Hasta ahora cada vez que Malena tenía el camino libre era precisamente cuando venía el desastre, ¿se repetirá?

Casi enseguida nos enteramos que Male recibió una herencia, imagino que casi todas al recibir una noticia así (sobre todo si es de alguien con quien no tenía mucha relación) se pondrían contentas, pero Male no reacciona como el resto, al contrario, ella no está feliz ni está muy segura de que hacer con el dinero.

La herencia en cuestión la recibe de parte de su padre biológico, a quien conoció hace nada y con quien sólo hablo 2 o 3 veces. Ella siente que no se merece recibir eso. Sus hermanas y Emilia intentan hacerla entrar en razón, decirle que ese dinero puede servir para resolver parte de los problemas que tienen las hermanas San Juan ahora mismo, por ejemplo, no tener un lugar donde mudarse ahora que pusieron en venta la casa.

Emilia le dice que igual eso no es un problema porque van a vivir juntas… ¿Si? ¿Ya? ¿Chicas no es muy pronto?. Malena con toda esa sinceridad innecesaria que le surge del alma le dice que sí, pero que lo van a hacer porque ella no tiene a donde ir. ¡Auch!

Entonces Emilia le dice que no, que van a vivir juntas porque quieren, y que no le importa que igual cada una conserve su lugar. Male le dice que es muy buena, y yo creo que además de buena tiene mucha paciencia.

Luego de eso cantan, sí, si, cantan….fácilmente tuvieron un ataque Glee a mitad de temporada y no dejaron de cantar nunca más hasta el final. Una vez que terminan con el show, podemos ver a toda la familia reunida en la mesa, y a las hermanas de Male preguntándole si se piensan casar. Pero a ver…. ¿no va todo un poco rápido? Malena hasta hace nada era un desastre emocional preocupante y ya están hablando de casamiento….bueno, Male les responde que cree que es un poco pronto (un poco de sensatez) y Emilia responde que nunca se sabe….y deja la puerta abierta.

Pero en la vida de Male, no sólo su vida sentimental era un desastre, su vida laboral también, ¿acaso alguien se acuerda que era una aspirante actriz? Bueno, por suerte en la historia se acordaron, pese a que hace rato que Male parecía haber abandonado su vocación. Precisamente esto es lo que la aqueja a Malena, que no tiene una vocación definida, piensa que todos piensan que ella no sirve para nada.

Emilia con mucha paciencia intenta hacerle entender que no es así, pero Male no se convence demasiado. Se pone a recordar todas sus experiencias frustradas de películas, pruebas de cámara, etcétera. Incluso trae a mi retina nuevamente el beso con Laura (¿por qué no volvió Laura? ¿Eh? ¿Para hacernos sufrir? ). Y la verdad que viendo todas las imágenes juntas fácilmente se podría concluir que lo de Male es un camino de desgracia, entonces concluye que en realidad ella nunca fue actriz. Emilia le pregunta que no importa si fue o no fue, que lo importante es si quiere serlo en el futuro.

Malena sigue lamiéndose las heridas con que no tiene talento, que no sirve, etcétera, entonces Emilia y toda su paciencia le ofrecen ir a ver una obra de teatro que le parece que es buena, y que de paso vea si ella se imagina arriba del escenario o no.

Malena no está convencida porque de última ¿ser actriz de teatro?, entonces Emilia le pregunta con mucha paciencia (porque yo ya la hubiera matado), que si acaso sólo quiere ser actriz de televisión y ganar millones, o sea, ¿hablamos de vocación o de dinero?. Alguien que centre a Malena que a veces se torna insoportable.

Finalmente van a ver la dichosa obra de teatro, con tan mala suerte que ese día (y al parecer lo siguientes) no hay obra porque les falta una actriz. ¿Escuchan ese ruido? Sí, sí, es el ruido de la casualidad guionística. Emilia al enterarse de esto, va a hablar con el director de la obra, le explica que ella tiene una amiga que es actriz y que podría hacer ese papel. Logra convencerlo de que le tome una prueba a Male. Por supuesto cuando Male se entera no está muy de acuerdo (básicamente porque en su naturaleza lo natural es hacerse problema por todo), Emilia le dice que por favor que haga la prueba porque ella ya le dio su palabra al director y no quiere que la haga quedar mal.

Malena da la prueba y… ¡queda! el papel es de ella, ahora lo que resta es ensayar toda la semana para el estreno de la obra. Malena se siente dentro de la locura más linda que le pasó en su vida.

El día del estreno, como es lógico, está súper nerviosa y Emilia intenta por todos los medios que se tranquilice. Malena tiene miedo de quedarse en blanco en el escenario y salir corriendo, tiene miedo que la actuación nunca la elija a ella, pero la única forma que tiene de saberlo es salir a escena, no hay otra.

Finalmente se estrena la obra y no sólo lo hace bien, lo hace genial, todo el público termina llorando emocionado y Malena, feliz. Al parecer la actuación y ella ya van de la mano.

Lo que resta en esta loca familia es “la separación” de las hermanas porque finalmente deben dejar la casa materna. Esto no es un proceso lindo para nadie, pero para las hermanas San Juan es todo un drama. De hecho, dejar la casa y separarse se convierte en EL problema de las tres.

Sienten que han perdido su espacio en común, el lugar donde se podían encontrar siempre las tres. Tal es el problema que se les ocurre a las tres, alquilar un apartamento para tener como refugio hermaneril ahora que su casa de toda la vida va a ser demolida. Tanto Emilia, los maridos de las dos hermanas y la media hermana (anteriormente conocida como “la conchuda, sienten que tienen que hacerlas entrar en razón.

Los cuatro desgraciados que quedan fuera de la hermandad tienen la idea de hacerles una cena sorpresa en la casa que fue de ellas siempre antes que la tiren abajo. Ahí las hermanas tienen una despedida no sólo de la casa, sino de la vida que tuvieron juntas hasta que encontraron cada una a su respectivo amor.

Como verán, las hermanitas rompieron la maldición, no se quedaron para vestir santos, cada una encontró a la persona para ella, y además hicieron las paces con su medio hermana, que ya es una cuarta San Juan más.

Bueno, no se pueden quejar, no hubo final trágico, nadie murió, Male no volvió a heterolandia y al parecer sentó cabeza. Por nuestras experiencias previas podemos decir que es un final feliz.

Fue un gusto haberles traído los resúmenes de esta historia, que vinieron un poco espaciados porque la protagonista nos tuvo de aquí para allá, pero al final se quedó más o menos donde queríamos.

¡Adiós!