Una semana ha pasado y aquí estamos de vuelta. ¿De qué libro vamos a hablar hoy? De un clásico en toda regla Pintando La Luna de Karin Kallmaker.

¿Y por qué digo que es un clásico? Primero, porque ha superado ya hace bastante, los diez años de su primera edición (de hecho en español, va por la 3era), y segundo, porque lo escribe Karin Kallmaker, de quién ya hay reseñas anteriores, de algún otro libro suyo. Karin Kallmaker, debe ser de las escritoras de temática, una de las más prolíficas, y se ha ganado en estos años, todo un nombre dentro de lo que podría llamarse, el género de la novela romántica lésbica.

Me dejo de tanta introducción, y vamos a la novela de hoy.

Pintando La Luna, nos cuenta la historia de Jackie Frakes, una arquitecta con bastante talento, pero llevando una vida profesional un tanto gris, donde lo desperdicia bastante. A eso le sumamos un novio por el que ha dejado todo, y sin embargo no se encuentra plena tampoco con él. O sea, un asco, profesional y sentimentalmente, no viene descollando en ninguno de los dos aspectos.

Llegando el día de acción de gracias, su familia la convence para ir a visitar a unos tíos, y aquí es donde las desgracias le hacen un guiño al romance, porque sino ya me estarían preguntando ¿y? ¿Y la parte romántica?…bueno, a eso voy, no se impacienten.

El trayecto a casa de sus tíos no sé si sería habitualmente un camino de lo más agradable, pero si le agregamos un temporal de nieve, la cosa se complica. Como la niña conduce un auto deportivo (en vez de un auto de verdad) por un mal consejo de su novio (que no sólo la tiene un poco insatisfecha, sino que tampoco asesora bien), el temporal la encuentra muy poco preparada. Por suerte para ella, y para nosotras que lo leemos, en su camino aparece providencialmente, Leah Beck.

Leah Beck, es una pintora de mucho renombre (me gusta porque en estas historias, casi siempre la gente es talentosa, reconocida…incluso muchas veces rica…), que se encuentra un poco recluida en una cabaña, alejada de toda la gente que conoce, desde que perdió a su mujer en un accidente. Por supuesto el destino trazado gracias a la pluma de Karin Kallmaker, hará que estas dos mujeres se encuentren y comience entre ellas, una relación un tanto fría al comienzo, pero ya luego irá naciendo la atracción entre ambas.

Como siempre, no pienso contarles mucho más, porque la idea es que puedan leerlo, o bien que aquellas que lo hayan hecho, dejen algún comentario.

La historia engancha muchísimo, es difícil no querer leerlo de un tirón para saber cómo termina. Tiene todo lo que debe tener una novela romántica para mantener tu atención. Quizá lo único que me pareció tratado de manera bastante liviana, es el caso de nuestra protagonista, presentada en un comienzo como heterosexual, y que de repente comienza a reconocer, no sólo que hay una mujer que le gusta, sino que en realidad, mirando hacia atrás, siempre fue lesbiana. Tal vez es sólo una impresión mía, pero para mi gusto, este tema se desarrolló con una velocidad asombrosa. Aun así no le resta a la historia, quizá si se hubiera detenido mucho en eso, esto pasaba de ser una novela romántica, a un drama, y por suerte, un drama no es.

Muy recomendable, para aquellas que quieran pasar un buen rato enganchadas a una historia de amor entre mujeres, sin grandes dramas, con altas dosis de romance y erotismo, que nos tendrán entretenidas desde el comienzo hasta el final.

Eso fue todo por hoy, espero que las que hayan leído Pintando La Luna comenten que les pareció…y las que no lo hayan hecho, ojalá se puedan hacer pronto de algún libro y me cuenten si les gustó o no. ¡Hasta la próxima!