Escrito por: Genix
Isleña de nacimiento, nací bajo el sol y el mar de las Islas Canarias. Pese a adorar al mar, los días soleados tumbada en la arena y noches cálidas bajo las estrellas, siento que pertenezco al país más grande del planeta: la humanidad. Me encanta la naturaleza, perderme en un bosque y aislarme del mundo escribiendo hasta meterme en mis propios relatos generando realidades emocionales que hagan mover mis propios cimientos. Resumiendo, amo ser consciente respirar cada vez que lo hago.

Anoche me perdí

Anoche navegué por sus aguas hundiéndome en cada paso que daba mi cuerpo frente al suyo. Bebí de su boca sin sabor y vi en sus ojos ausentes mi propia ausencia, estaba conmigo… tan lejos que nos podíamos perder en aquella cama, casi sin pretenderlo, nos podíamos perder una de la otra.

Donde quiera que fuera a donde volamos, en donde nos sumergimos, el pozo al que caímos, lo hice sintiendo su aliento en mi cuello y mis manos en su piel…y eso me bastaba…esta vez…Aquella cercanía ajena, me llevaba lejos de “ella”, lejos de todo, lejos de mí.

Me engañaba consciente de mi mentira pero deseosa de escapar adonde ni yo misma pudiera encontrarme…quizás un lugar sin nombre, una voz extraña, una mirada desconocida podía arrancármela de dentro.

Me regaló, me regalé, un viaje de ida del que regreso poco a poco demostrando lo inútil que es esconderse de una misma, como esconder la basura bajo la alfombra y creer que con eso ya bastaba…ilusión pueril de alguien que no piensa con claridad y se conforma con las tinieblas. Parte de mí se abruma, parte de mí quiere regresar, parte de mí necesita escapar y otra parte de mí me recuerda que no hay lugar en el que perderse ni aún habiendo perdido lo que quedaba de mí en mi propio laberinto…

Ojalá una ducha caliente borre de mi cuerpo sus huellas pero no sus caricias, su mirada perdida, pero no mi ceguera, porque a pesar de mis mentiras me sentí viva durante mi misma ausencia de mí.

Pero hoy, pasado el temporal, si recuerdo mi cobardía siento que tengo un paso más para olvidar que ayer y uno menos que me acerca a mí misma. Jugando a perder solo se acaba perdiendo. Aún la recuerdo, aún vive aquí dentro, maltratada en medio de mis sucias y vanas apologías de mí, intentando olvidarla, recordándola en cada falso paso que doy por sustituirla.

Sí, soy esa, la que pretende curar sus heridas convirtiéndolas en llagas abiertas. La que lame sus heridas con el veneno de las palabras que arden en mi boca por no poder decírselas cuando…cuando aún le importaba mi voz. La que creyó que cobrarle a la vida no iba a pasarme la factura con intereses impagables. La que corrió tan rápido y astutamente ante cualquier tren de rescate que podría sacarme de mis errores, sin darse cuenta de que al regresar nadie iba a esperar mi llegada, que regresaría tan sola y tan abandonada como había dejado mi vida…desolada.

Soy ese saco de errores que ha aprendido a amar y a no huir, sino encarar mis caídas y volver a levantarme…Solo que cuando al fin reconocí qué era esa la salida había perdido todo lo que significaba algo en mi existencia…Todo aquello que no trasmitía tanta luz como otros soles pero que…simplemente, iluminaban mi vida.

Imagen por: Shahbano Khushi