La semana pasada en One Big Happy, Lizzy probó a salir con una chica y todo habría salido bien de no ser porque era su enfermera. ¡Mal rollito! Ahora tendrá que esperar a que nazca el bebé para darle una segunda oportunidad. Pero ¿quién le quita lo bailado lesbicanarias? ¿Listas para saber que pasó esta semana?

Lizzy-y-Luke-vomitando

Nuestro episodio comienza con Lizzy encantada porque parece que por fin se le han pasado las nauseas mañaneras. Eso y que tuvo un sueño muy lesbicanario con Beyonce. Pero me temo que celebró con demasiada antelación, porque Luke y Prudence están desayunando, y ya sabemos que a ella le gusta la comida potente. El caso es que le enseña su morcilla (moronga en México) a Lizzy y las nauseas vuelven de inmediato. Lo que es una desgracia porque Luke padece del síndrome del compañero, así que en cuanto a Lizzy le da una arcada él la sigue y se forma un círculo vicioso del mal que puede terminar muy pero que muy mal.

En fin, afortunadamente para sus pisos (y para ellos que luego tendrían que recoger), el momento pasa y consiguen controlarse. Y lo siguiente que vemos es a Lizzy y a Luke emocionadísimos porque aparentemente el tercer domingo de cada mes es el día en el que se van al mercado local a comprar verduras y esto es una especie de cosa super emocionante para ellos… y yo que pensaba que era rara porque me emocionaba el lanzamiento de un videojuego…

Obviamente el asunto no tiene nada de emocionante para Prudence, que preferiría ir a ver como se aparean las ballenas. Prudence, si te consuela en algo yo estoy contigo, pero me temo que yo no formo parte del grupo, con lo que le ganan 2 a 1 y la pobre se tiene que ir con ellos a comprar verdura.

One Big Happy

Ya en el mercado, Lizzy se lo está pasando bomba bailando al ritmo de un músico del mercado mientras Prudence y yo la miramos de reojo. A la morena eso de que las coliflores sean moradas no le emociona al grado de querer pasar toda la tarde mirándolas. Prefiere ir a hacerle cosquillas a unas serpientes. Mmm… vale a mí el tema de las ballenas me gustaba, esto de las serpientes no me hace tanta ilusión que digamos.

El caso es que a Luke si que le llama, con lo que quiere irse con Prudence, pero Lizzy se pone super nefasta porque la va abandonar en su día de mercado. Y ahí empieza el pleito total de a ver quien consigue llevarse a Luke, que al ver el percal hace lo que cualquiera de nosotras haría… huir de las dos.

Ya en el trabajo, Luke le comenta a Marcus que está teniendo problemas y él le responde que aunque no lo crea está casado con dos mujeres, vamos que tiene dos esposas, pero que la que realmente cumple con todas sus obligaciones es Prudence y que a menos que quiera quedarse sin eso… Así que Luke obviamente decide que tiene que volverse más atrevido para que Prudence no se aburra de la vida sedentaria que tienen y lo mande a paseo.

One Big Happy

Las cosas que hacemos por amor…

Lizzy está contándole a Leisha que Luke se está comportando muy extraño desde que se casó con Prudence y ella siente que lo está perdiendo. Su hermana le asegura que lo que están pasando es normal, que es lo típico que sucede siempre que estás en pleno enamoramiento, pero que Luke sigue siendo él mismo y no habrá problema entre ellos. Claro que lo siguiente que vemos es a Luke enfundado en un traje de esos para hacer WingFly.

A Lizzy casi le da el tramafak, porque claro, eso no es para nada su estilo. Él es un hombre tranquilo cuyo máximo sentido de la aventura es comprar frutas japonesas en el mercado. Encima le da por hacer todas estas cosas peligrosas justo cuando está a punto de ser padre. La mujer no se lo puede creer e intenta convencerlo de que no lo haga, más que nada porque aparentemente es super patoso. Pero él está totalmente convencido porque sabe que Prudence es una mujer de mundo y no quiere terminar solo y abandonado.

One Big Happy

Obviamente la cosa termina muy mal para Luke que termina en el hospital muy adolorido mientras Lizzy y Prudence pelean por quien tiene más derechos para cuidarlo. Al final Lizzy le grita a Prudence que es su culpa que Luke esté en el hospital porque él solo anda de loco por conservarla, pero no pueden platicar más del asunto porque con tanto movimiento, Luke termina en el suelo.

Ya en casa, Prudence intenta convencer a Luke de que deberían bajarle unos 99 punto a la aventura y hacer cosas más tranquilas como mirar caracoles avanzar. Bueno, eso me lo invente pero por ahí va la cosa. Luke nota que hay algún cambio que no comprende pero resulta que Prudence solo intenta que su novio deje de hacer cosas por ella por lo que le dijo Lizzy. Y ahí se arma el desmadre porque ahora Prudence no entiende porque Luke no confía en él y sí en Lizzy y se marcha enfadada.

Luke,-Prudence-y-Lizzy-se-reconcilian

Al final todo se arregla porque todos admiten sus culpas. Luke comprende que tiene que hablar más con su mujer, Lizzy que le cuesta mucho desprenderse de la idea de la amistad cerrada que tenía con Luke y aceptar que ahora tiene que compartirlo. Prudence por su parte les dice que, aunque no hagan salto base, los dos son aventureros por lanzarse a tener un bebé en una familia poco convencional.

Lizzy,-Luke-y-Prudence-mirando-al-cielo

Nuestra aventura termina con los tres trepados en el letrero de Hollywood como término medio entre las aventuras de Prudence y las de Luke y Lizzy. La verdad es que esta semana, le ha faltado chica a la serie. Se notó que fue el episodio más centrado en Luke porque fue menos divertido de lo habitual, al menos para mí. ¡Vamos a ver si esta semana repunta!