Esta semana, México acaba de dar un paso gigante para avanzar los derechos de la comunidad LGBT en el país. El pasado viernes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) estableció jurisprudencia al establecer como inconstitucionales los códigos civiles de todas aquellas entidades federativas en las que se entiende el matrimonio como la unión entra un hombre y una mujer exclusivamente. ¿Pero qué significa esto realmente? Si le quitamos las palabras rimbombantes básicamente significa que la corte suprema ha legalizado el matrimonio homosexual.

Hasta el momento, el matrimonio homosexual solo estaba legalizado en el Distrito Federal, Coahuila y Quintana Roo. Que han liderado en materia de derechos LGBT en el país. Pero en el resto de México las leyes estatales establecen que la finalidad de una boda es la procreación, motivo por el cuál se podían negar a efectuar matrimonios entre personas del mismo sexo. Y es justo este razonamiento, el que la SCJN encuentra discriminatorio:

Como la finalidad del matrimonio no es la procreación, no tiene razón justificada que la unión sea heterosexual, ni que se enuncie como entre un solo hombre y una sola mujer. Dicha enunciación resulta discriminatoria en su mera expresión […] pues excluye injustificadamente del acceso al matrimonio a las parejas homosexuales que están situadas en condiciones similares a las parejas heterosexuales

Lo que a fines prácticos significa, que si bien la sala no obliga a las autoridades a cambiar las leyes sobre el matrimonio en cada estado, si establece el criterio que, de ahora en adelante, deberán seguir los jueces y tribunales. Es decir, que aunque en los estados un Registro Civil puede continuar negándose a admitir las solicitudes de las parejas del mismo sexo, esa pareja puede ampararse y si la negativa persiste, puede demandar al estado por violación a los derechos humanos establecidos en la Constitución Federal.

A día de hoy, el cambio puede parecer imperceptible, porque en muchos estados seguimos sin poder casarnos y la discriminación continua. Pero el Supremo ha abierto la puerta al cambio, porque al sentar jurisprudencia, se puede avanzar hasta las reformas. Las parejas que ya se han amparado tienen un marco legal con el que defenderse y a ellas se pueden unir muchas más con la seguridad de que la ley está de su lado. Y seguir así hasta que se consigan acumular los precedentes necesarios para que cada estado modifique los artículos que definen al matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.

Así que aunque el cambio aún no se note, lo tenemos a la vuelta de la esquina. Todo gracias a parejas como la de Zaira y Martha que le están poniendo cara a la realidad de miles de parejas homosexuales en México. Yo sinceramente estoy muy emocionada de ver como mi país avanza poco a poco hacia una realidad en la que somos cada vez más iguales. Hace años, cuando me casé con la señorita Genix aquí en España no podía ni imaginar que en un futuro cercano (porque aún no han pasado ni diez años) se abrirían las puertas para que pudiéramos repetir la experiencia en México.

Si tienen dudas sobre el marco legal que supone esta nueva decisión, les recomiendo que se lean el artículo de México Igualitario sobre la jurisprudencia de la corte. Es tremendamente informativo y está explicado de tal manera que todas podamos entenderlo sin problemas.