¿Hay alguna ministérica en la sala? Si es que sí, ya sabes de lo que vamos a hablar. Si es que no, tranquila. El Ministerio del Tiempo es una serie española de ciencia ficción sobre un ministerio oculto en el gobierno, que trabaja para mantener la historia intacta enviando patrullas a través de unas puertas que les permiten viajar al pasado. La serie arranca cuando el Ministerio recluta a tres nuevos miembros: Julián Martínez, un enfermero de nuestro presente que anda deprimido porque se le murió su esposa; Amelia Folch, una de las primeras mujeres universitaria españolas, lista como ella sola; y Alonso de Entrerríos, un soldado de los tercios de Flandes del siglo XVI bastante anticuado. ¿Qué por qué nos interesa esta serie? Pues porque sale Irene Larra, un personaje abiertamente lésbico interpretado por Cayetana Guillén Cuervo, y esto es algo que no se estila mucho en la televisión española.

"Hola, soy Irene Larra y vengo a convertiros en cayetaners"

«Hola, soy Irene Larra y vengo a convertiros en cayetaners»

Resulta que Amelia está en clase en su siglo (finales del XIX) y le pasan una notita, todo muy quinceañero. Cuando sale de clase para ver qué quieren, se encuentra con nuestra querida Irene, que le dice “sígueme”. ¡Y como para no hacerlo, que esta mujer emana poderío desde el minuto 1! Total, que se meten en una clase y empiezan una conversación muy en plan: “¿Quién eeees? Soy yoooo. ¿Qué vienes a buscaaaar? A tiiii”. Irene le regala un poquito los oídos, diciéndole que quería conocerla por ser una de las primeras universitarias del país.

Irene: Cuéntame, ¿qué te dijo tu madre cuando le dijiste que querías estudiar?

Amelia: Que había perdido el juicio.

Irene: ¿Y tus amigas?

Amelia: Más o menos lo mismo. Con ellas sólo se puede hablar de maridos, hijos y la moda de París. Es difícil encontrar una mujer con la que hablar de arte, política o cosas importantes.

Irene: Pues vaya aburrimiento, ¿no?

 Irene está en modo eyefucking muy locamente, que lo noto ya hasta desde mi casa. Contrólate un poco, mujer, que estáis en horario universitario lectivo. Aunque normal, por otra parte, porque Amelia es un partidazo de chica. Irene se saca una petaca y le ofrece un traguito para intentar camelarse a la susodicha. No es lista ni na’.

Amelia: Si nos viera mi madre… Está empeñada en buscarme marido.

Irene: Y tú no quieres.

Amelia: Yo no necesito a un hombre.

Irene: Pues no sabes la alegría que me das.

"Dame un besitooo"

«Dame un besitooo»

Y así de fácil y sencillo, Irene le planta un besazo. Pero Amelia enseguida le hace la cobra aclarándole que sí le gustan, aunque no los necesite. Es genial que, aunque sea del siglo XIX, Amelia no reaccione de forma ignorante y homófoba porque, aunque se ve que le sorprende, es una mujer bastante adelantada a su tiempo. ¡Amelia mola! Así que Irene se da cuenta de que no va a ligar, suspira, saca el móvil y llama a su jefe. Otra vez será.

Os informo de que a Alonso lo reclutan cuando están a punto de matarlo, porque está condenado a pena de muerte, y a Julián después de tratar de salvar a alguien en un incendio y cruzar, sin querer, una puerta temporal clandestina (es decir, de las que andan por el mundo desperdigadas y no están en el Ministerio). Por si queréis tener contexto sobre los otros personajes, vaya. De hecho, son Irene y su compi Ernesto los que cumplen el papel de reclutadores.

Ernesto Julián e Irene

Ernesto e Irene paseando a Julián por medio Ministerio

Salvador Martí, que es el jefazo, le empieza a contar a Julián de qué va eso del Ministerio del Tiempo, que su formación data de la época de los Reyes Católicos, que sólo se puede viajar al pasado porque “el tiempo es el que es”, que es peligroso cambiar el tiempo… Pero Julián es el único que vio a los dos hombres del siglo XIX que entraron por la puerta clandestina durante el incendio, así que le toca describirlos para hacer un retrato robot y quien está dibujándolos es nada menos que… ¡Velázquez! El pintor, sí. Le siguen explicando todo y vuelve a salir Irene, así que nos pita el gaydar y prestamos más atención. Cuenta que nació en 1930 y que, claro, para una mujer como ella trabajar en el Ministerio y en nuestros tiempos, es una bicoca. Después hacen las presentaciones entre Amelia, Alonso y Julián que, como provienen de épocas tan distintas, se hacen un lío con los besos y las reverencias. Así que Irene se tiene que aguantar la risa.

"Ayyy, novatos..."

«Ayyy, novatos…»

Vaya, que ahora los tres van a formar una patrulla, pero Irene teme que a Alonso le cueste trabajar con mujeres debido a la época de la que proviene. Yo lo temo un poquito también. Después Salvador empieza a describir a Amelia como moderna, guapa e inteligentísima, e Irene la mira encantada de la vida diciendo que en el siglo XXI va a tener la posibilidad de hacer todo lo que quiera. No tengo muy claro si esto es lo que debo shippear, ¿pero se puede shippear? ¡Decidme que sí! Yo las shippeo y no pienso disculparme por ello. Ale.

“¡Me cago en la leche! ¿Qué pasa imbécil? Será gilipollas, el tío…” es una de las siguientes cosas que escuchamos de boca de Irene, pero no os asustéis, es que la mujer está con toda la tropa en pleno atasco. Tanto Amelia como Alonso flipan mucho con las modernidades de nuestra época, insultos incluidos. ¡Ay, lo que os queda! Los dos tipos del siglo XIX que se escaparon son un francés y un afrancesado de la Guerra de la Independencia, que fueron a por libros a informarse para cambiar el pasado y ganar la guerra, así que toda la patrulla va siguiéndoles la pista.

"¡Pardiez! Un caballo con ruedas!"

«¡Pardiez! Un caballo con ruedas!»

Que dices tú, si la primera vez que conoces a alguien te tira los trastos, te planta un morreo y tú la rechazas, ¿no crearía eso una cierta incomodidad al seguir trabajando juntas? ¡Pues qué va! Irene y Amelia ya son amigas chachi piruli, tanto que Irene la está instruyendo en el precioso arte de ponerse un tampón.

Amelia: Qué vergüenza, dios mío…

Irene: Tranquila. A mí me pasa lo mismo. En cuanto cambio de época, se me descontrola la regla.

Amelia: Pero está prohibido sacar cosas de otra época del Ministerio.

Irene: Tú te llevas unos cuantos y, si alguien te dice algo, me lo mandas. A ver, que te explico cómo se pone esto.

"Atiende, niña, esto se mete así pa' arriba en el toto y luego..."

«Atiende, niña, esto se mete así pa’ arriba en el toto y luego…»

Me encanta que Irene se pase un poco las normas por el forro, para qué nos vamos a engañar. Y que ejerza un poco de mentora de Amelia también. Igual voy a tener que dejar de shippearlas… O no. Ya veremos. Pero tampoco es la única que se las salta, ya que Julián decide viajar al pasado para ver de extranjis a su mujer. Empezamos bien.

En cuanto al argumento del episodio, deciden mandar a los “tres mosqueteros” al pasado a buscar a El Empecinado, un personaje histórico muy importante en la guerrilla contra Francia, y detener a los dos hombres que viajaron por la puerta clandestina, ya que robaron una pistola y planean matarlo. De hecho, le disparan y los del Ministerio tienen que enviar un equipo médico desde el presente, porque otra cosa no, pero tienen una infraestructura de cagarse. ¡Pero si hasta pueden hablar por el móvil entre distintas épocas! ¿Esto cómo se come? ¿Qué tipo de satélite de telecomunicaciones rompe la barrera del espacio-tiempo? Bueno, el caso es que al final, como habréis adivinado, salvan a este hombre.

"Hola, ¿qué tal? Venimos a resolver la trama de este episodio porque ya va medio capítulo"

«Hola, ¿qué tal? Venimos a resolver la trama de este episodio porque ya va medio capítulo»

Pero ajá, una tal Lola Mendieta que supuestamente ayudaba a El Empecinado, también ayudaba a los franceses. La verdad es que es un misterio, pero según entendemos va a ser un personaje crucial porque era una antigua agente del Ministerio que creían muerta y no saben muy bien qué trama.

Al final buen trabajo, palmaditas en la espalda, jijiji jajaja, e Irene Larra paseándose con su vestido y sus taconazos por los pasillos del Ministerio, demostrando que es un personaje magnífico que hay que amar por encima de todas las cosas. Otra cosa bonita es que tanto Amelia como Alfonso descubren que Julián viaja al pasado a ver a su esposa, pero no dicen nada e incluso lo cubren cuando la llama por el móvil a decirle que la quiere. Claro que sí, la patrulla que delinque unida, permanece unida. ¡O eso esperamos!

Irene abarcando la totalidad de la escena con su presencia

Irene abarcando la totalidad de la escena con su presencia

Y hasta aquí el primer episodio. La próxima semana seguiremos repasando la serie para estar al día cuando empiece la segunda temporada. Recordemos que Cayetana Guillén Cuervo fue una de las pregoneras del Orgullo 2015 en Madrid, así que se ve que Irene Larra ha calado hondo en el corazoncito lesbicanario. ¿Y vosotras? ¿Ya sois cayetaners?