Volvemos con los resúmenes de El Ministerio del Tiempo. El retraso ha sido mea culpa, la falta de tiempo y la duración de los episodios me lo está poniendo difícil y el parón de la serie me ha trastocado un poco el seguimiento de la misma, pero ya estamos aquí. Nos tocan los dos episodios de Julián, que anda por Cuba y Filipinas, así que Irene Larra no es que tenga demasiado protagonismo. Como ahora Susana ha sido relevada del cargo, Salvador regresa y se encuentra con una inspección de presidencia, así que tienen que poner a todo el Ministerio patas arriba a rebuscar en papeles y hacer cuentas.

"No he dormido en una semana. Estoy bien"

«No he dormido en una semana. Estoy bien»

Irene se lo pasa teta como veis… Aún debe estar con un poco de bajón por la ruptura, que Susana sería traicionera pero recordemos que era muy buena en la cama. Entre papeles y papeles descubrimos cosas nuevas, como que Ernesto tiene un hijo perdido por ahí. Así como lo oís, encuentra una carta perdida dirigida a él que se lo cuenta, pero no tiene remitente y él se queda como si le acabase de pasar un camión por encima. Sabíamos que a Irene le gustaba ir a ligar entre épocas, pero lo de Ernesto ya… ¡En esta serie todos son fuckers!

Irene se encuentra con Amelia, que está muy preocupada en la cafetería. Y quien dice preocupada dice pensando en Julián. Irene, que tiene mucho mundo, sonríe y le explica rápidamente que no hay nada de malo en echar de menos el pasado, pero que hay que seguir adelante. Y sabe muy bien de lo que habla (Nuria, no te olvidamos).

"Chiqui, ya sé que echas de menos a Julián pero tienes que dejarlo ir porque tienes a Hugo Silva al lado"

«Chiqui, ya sé que echas de menos a Julián pero tienes que dejarlo ir porque tienes a Hugo Silva al lado»

A Amelia le han encargado mucho papeleo porque es la Hermione de este Ministerio y mientras, Alonso y Pacino tienen que comprobar puertas, así que se les ocurre contar una anécdota pasajera, pero resulta que es que estuvieron frente a Unamuno y Amelia se ofende porque no saben quién es. Mi niña Ravenclaw… Irene se tiene que aguantar la risa, porque los otros dos son unos ignorantes que no saben nada de la vida.

Entre que Julián sigue con su periplo en el pasado, Irene y Ernesto tienen una conexión BFF preciosa, pero Ernesto no le confiesa nada sobre su hijo secreto todavía. Irene le ofrece tomar un café y es guay porque tras quitarse a Susana de la chepa, parece que Irene ya vuelve a ser la de siempre y yo por Irene MA-TO.

La amistad entre hombres y mujeres es bonita y debe ser más explorada en las series. JUST SAYING

La amistad entre hombres y mujeres es bonita y debe ser más explorada en las series. JUST SAYING

Yendo tranquilamente por la calle, Alonso se encuentra a una activista anti-desahucios que es idéntica a su mujer y se le para el corazón. Así que en ese momento se reenamora, da igual que sea una mujer random cualquiera y que tenga otro nombre, él ve a su mujer y se lía a hostias con los policías que van a reventar la manifestación. Con esto termina arrestado y Pacino decide llevarse a Amelia a hacer el trabajo por las puertas. ¡No es listo ni nada!

A la noche se montan un plan con manta y peli, pero Alonso ya está de vuelta en el piso y le jode un poco la oportunidad a Pacino de seguir haciendo ojitos a Amelia o lo que surja. Sin embargo, Amelia ya sabemos bien de quién está pillada y en cuanto puede va a pedir consejo a Irene porque ha descubierto una llamada perdida en el móvil de un número desconocido.

"Espera un momentito que termine de corregir este examen y te atiendo..."

«Espera un momentito que termine de corregir este examen y te atiendo…»

Irene está así en plan profesora sexy y yo veo esta imagen fuera de contexto y pienso que Amelia puede ser su alumna y nos montamos un Loving Annabelle… PERO NO VOY A IR POR AHÍ. Al volver a marcar el número la operadora dice que el número está fuera de territorio español. Lo de que están llamando a otro siglo ya da igual, todo el mundo sabe que en la Guerra de Cuba había Vodafone. A Irene se le desconjunta la mandíbula y decide investigar, así que gracias a Angustias se comprueba que el teléfono es uno que sacó Salvador hace meses. E Irene no es tonta precisamente, enseguida junta 2 y 2 y se le planta en el despacho.

Los tres juntitos otra vez

Los tres juntitos otra vez

Salvador confiesa que, efectivamente, él ha estado ayudando a Julián y ahora tienen un problema porque está fuera de territorio español y eso es igual a estar perdido en el pasado. Y no sólo está perdido, es que está en peligro chungo porque termina con los últimos de Filipinas en el sitio de Valer. Irene y los demás empiezan a analizar documentos de la época, como cartas de los soldados y descubren que es la letra de Julián, que como casi todos eran analfabetos les ayudaba a escribirlas. Es así cómo localizan el origen exacto y envían a Alonso en misión secreta para tratar de sacarlo de allí, fingiendo que en realidad está apartado de servicio por su percance con la policía para que así sus compis no sospechen.

"No me toques el coño, te vas a Cuba si quieres seguir cobrando y se acabó"

«No me toques el coño, te vas a Cuba si quieres seguir cobrando y se acabó»

Entre que Amelia y Pacino siguen coqueteando, Irene le dice a Salvador que igual era bien contarle lo de Julián para que dejase de estar preocupada. Irene los shippea en el fondo. Pacino descubre que su madre se quiere divorciar de su padre y se lo cuenta a Amelia. Le dice que se va a marchar del Ministerio para cuidar de su padre y Amelia sufre muchito. En ese momento toma la decisión de mostrarle su lápida, ya que él le ha contado cosas de su vida y así están a la par. Y luego a la vuelta se dan un beso, corren a echar un kiki antes de que Pacino se marche (¡que ya iba siendo hora solucionar su tensión sexual no resuelta!) y mientras todo esto pasa, Julián está regresando al Ministerio tras la misión de salvamento de Alonso.

Al volver a ver a Julián, Irene casi da saltos de alegría y se lanza a abrazarlo porque recordemos que es su compañero de ligues y que salen juntitos a tomar copas y a charlar sobre mujeres.

"¡Sí, sí, sí! ¡Ya estamos todos!"

«¡Sí, sí, sí! ¡Ya estamos todos!»

Siguen los reencuentros y así es como Julián se vuelve a abrazar con Amelia y con Pacino, que está al lado porque ya se han vestido y están de vuelta. Jijijiji jujujuju. Alonso y Amelia se despiden en las puertas del que hasta ahora ha sido su nuevo compañero de aventuras, aunque Pacino se marcha con la promesa de regresar y ESO ESPERO. Prefiero a Amelia enamoriscada de Pacino y no del pesado de Julián. Y esto es todo. Poca Irene en este par de episodios, pero vienen cosas mejores en los siguientes y trataremos de ponernos al día rápidamente porque Irene lo vale.