Esperemos que lean esta nota sentadas en una sala cómoda y que no se les vaya a ocurrir beber algo mientras lo leen. Norberto Rivera, cardenal de la Iglesia en México, pide perdón a la comunidad gay. No es una broma ni una nota falsa, es más bien un chiste muy mal contado, todo sucedió en la cumbre de Courage Latino, espacio que se dedica a orientar a los homosexuales «que desean vivir una vida casta conforme a las enseñanzas de la Iglesia Católica”, donde el respetable señor dio una charla para todos aquellos atormentados asistentes, desde ahí ya todo pinta mal, porque esos lugares incluso ofrecen las famosas terapias «correctivas» las cuales prometen «curar» la homosexualidad.

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Norberto no solo alentó a la sociedad a participar en las marchas de odio o «por la familia natural» en México, sino que ha realizado controversiales declaraciones donde se atreve a hablar del ano y la inconveniencia física que conlleva tener sexo por ahí o pedir que las reformas propuestas por el presidente del país sean guiadas por el espíritu santo. Puras cosas sinsentido.

Durante la charla, también se le ocurrió decir «Les pido nuevamente perdón si he utilizado palabras que no son las adecuadas, pero sepan que de ninguna manera mi intención ha sido ofenderles», podría haber pedido perdón por generar el odio y por la gran cantidad de muertes que ha sufrido la comunidad trans en México, sin embargo solo les dedicó un rosario y pidió por sus almas. El punto no es aventar la piedra y pedir perdón, también se deben medir las consecuencias e intentar reparar el daño con algo más que una oración.

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Por supuesto, nadie de la comunidad LGBTI en México ha visto como positivo dichas declaraciones, por lo contrario han sido tachadas de hipócritas, Norberto Rivera como un personaje eclesiástico importante, pesa mucho en la opinión pública y arrojar un discurso de odio es influir en directamente en la sociedad, además él ha sido acusado de esconder casos de pederastía y dar resguardo a los sacerdotes culpables de dichos casos. Si de verdad tuviera la intención de cambiar algo, debería cancelar el programa Courage, porque ellos y nosotros sabemos que el lesbianismo ni la homosexualidad se curan como gripe.

La credibilidad de la iglesia cada vez decae más y dentro de la comunidad se tiene una preferencia por buscar otros espacios espirituales para ejercer una fe, como la Iglesia de la Comunidad Metropolitana con una orientación teológica liberal e incluyente. Ser LGBTI y ser religioso nunca ha sido el problema sino los líderes que vician hasta la espiritualidad.