plantas39

Escrito por: Arcadia:

«Soy de ideas fijas. Vivo en la meseta norte española. Llegaré muy pronto a la cuarentena, así que me voy resignando. Vivo en pareja desde hace un buen montón de años, y que vaya tan felizmente como hasta ahora. Me encanta el cine (sobre todo el clásico), la buena literatura y las historias bien contadas.»

Ladies: Este no es un capítulo especialmente especial para nuestras lesbicanariadas. Pero, ya lo pedí a los cielos la semana pasada: Por favor, nada de dramas. Mis oraciones han sido escuchadas, así que no me voy a quejar ahora.

maca-y-esther-144-01

Esther sigue en remojo, pero en otro elemento acuático distinto al que vimos en el episodio anterior. Estamos en un hotel entre espuma. Sugerente, ¿no?. Con Maca sentada en albornoz en el borde de la bañera, mirándola amorosa, no queda mucho margen para la imaginación. Parece que ha tenido lugar una noche interesante. Tras una pequeña maniobra cariñosa, se acaba cayendo al agua también con albornoz y todo. Era inevitable.

Desde luego que las gracias hay que dárselas al antihistamínico-radical-de-efecto-inmediato. No se ha visto eficacia igual: un segundo de reloj y ya estamos en pleno morreo apasionado, sin síntomas perceptibles de anafilaxis.

Yo lo siento, pero parte de mi trabajo aquí consiste en desmitificar y sacarle punta al guión. Al momento romántico le veo una falla temporal. Veamos el transcurrir cronológico de la aventura: Maca y Esther terminan su turno (a las 22:00 habitualmente). Hacen un poco el tonto en el parking, (¿15 minutos más?). Recorren en el coche la distancia que las separa del spa (en Madrid, a poco que te pongas, una hora y soy generosa), se bañan, se toman su tiempo de relax…(qué menos que otra hora como poco), surge el conflicto alérgico y vuelta con el coche al hospital con la eficacísima inyección (ponle otra hora y media). Luego al hotel: otra media hora de transporte, sin contar con el ratito de contactos físicos en la sala de curas del hospital. ¿Qué hora es? Creo que pasamos de las 4 de la madrugada. Un poquito tarde, sobre todo si al día siguiente hay que levantarse pronto porque es día de escuela.

Pero qué más da, el amor lo puede todo. ¿Qué importa el madrugón si lo es a costa de una noche de genuina y ardiente pasión? Ya quisiera yo tener esos poderes y estirar mágicamente el tiempo como si fuera de plastilina. Dos horas pueden ser cinco, o seis o tal vez doce.

Desayunan opíparamente con mucho zumo de naranjas. Vitamina C. Maca aparece en el hospital, Esther se debe de haber quedado descansando (lógico, sigue relajadita en la bañera). En ese hospital no hay disciplina con los horarios de entrada del personal de Enfermería, sobre todo si te acuestas periódicamente con la Jefa del Servicio.

maca-y-esther-144-02

El resto de la trama lesbicanaria del capítulo se centra en la fijación de Esther por mantener “en secreto” el secreto a voces. Se comprende perfectamente que tenga una cierta obsesión subjetivo-compulsiva por no ser focalizada en el centro de todas las tramas de información del hospital más cotilla del mundo. Es más que probable que haya tenido bastante con las infidelidades de su ex, como para encima aceptar en público que vuelves con ella. Esther recupera a Maca justo cuando su rival ha desaparecido del escenario de la batalla. ¿No le hace eso parecer como un plato de segunda mesa, alguien que simplemente esperaba que su ex quedara libre para volver a dejarse re-conquistar? No es una posición muy airosa.

maca-y-esther-144-03

Pero, señoras, ya sabemos lo que pasa normalmente en estas fases de conquista/reconquista. La gente vuelve a su adolescencia y a la etapa de no poder pasar cinco minutos sin poner las manos encima de tu oponente. Así que ambas se sitúan en una especie de cuarto donde se guardan las toallas y demás material, y olvidan trancar la puerta.

Lo que sucede después es previsible: en pleno besote, son pilladas por “la persona menos cotilla de este hospital”. Es Waldo. Maca sale disparada para evitar la publicación masiva del hecho. Waldo accede a mantener su boca bien cerrada y sellada con silicona.

maca-y-esther-144-04

Vano esfuerzo peregrino en una mente que no ha completado su entrenamiento en la fuerza. El lado oscuro es poderoso en forma de secretaria. Sabemos que la omnisciencia es una facultad divina. Bueno, sí, pero también es una habilidad de Teresa. Lo sabe todo. Y lo que no sabe, lo averigua rapidito.

maca-y-esther-144-05

La conversación amañada secretaria/auxiliar de enfermería atrapa al pobre Waldo, que canta cual jilguero. La cosa es un tanto maquiavélica: se trata de salvar el honor de Maca que supuestamente está poniendo los cuernos sin control, como en ella es habitual. Waldo interviene, dejando claro que cuernos no hay, sino enrollamiento decente. Teresa, llamada “La Inquisición”, deduce la verdad hábilmente: ya sabe que Maca y Esther “están juntas”.

Y eso es lo que se dedican a preguntar a partir de ese momento con insistencia: “¿Estáis juntas?”. En una primera fase, nadie afirma y en mi pueblo, el que calla otorga. Postura peligrosa, porque dado el historial de estas dos, negando tener algo en común lo único que logran es que todo el mundo infravalore su relación. Simples devaneos y acostamientos sin futuro. No olvidemos lo que ambas parecen olvidar: que en ese hospital todo cristo piensa que están juntas o a punto de estarlo.

maca-y-esther-144-06

Harta de la situación, Esther se lanza en picado y le mete un beso a Maca delante de todo el mundo. Respuesta clara y suficiente. Una vez enterado de forma oficial el staff del hospital de la nueva relación establecida, y por lo tanto tranquilo el ambiente, sólo nos queda esperar qué nuevas aventuras nos depara la relación. Ya digo, yo sigo rezando por el sosiego y la normalidad. Aunque sea menos divertido, peace and love.