Escrito por: Yovanu

Escribo desde Buenos Aires, Argentina, no es lo más al sur que se puede estar, pero casi, así que si bien geográficamente tengo una visión austral del mundo,mi imaginación no conoce fronteras. Me gusta encontrar belleza en lo extraordinario y lo cotidiano, lo grandioso y lo pequeño, así que no es raro verme con una cámara de fotos de aquí para allá captando todo aquello que ven mis ojos y más, en especial lo imperceptible.

En el capítulo anterior conocimos a Kim, su disfuncional familia y su obsesión por su mejor amiga, Sugar.

Algo que nos quedó muy claro fue que mientras creces escuchas un montón de frases hechas, «Estas en lo mejor de la vida», «Claro que te amamos, somos tus padres», y cuando ya estás convencida que las cosas van a ir mejor, te das cuenta que no, que sólo van a empeorar, o al menos eso piensa nuestra pelirroja protagonista.

¿O alguien no sería pesimista si tuviera que lidiar con una familia como la de Kim? Y qué me dicen de un amor imposible ¡que no te registra!

Pero vayamos a nuestro segundo capítulo que comienza con la aparente y armoniosa vida familiar, Nathan eligiendo colores para las paredes, Stella como una solícita esposa diciéndole a todo que sí, Matt dentro de su pecera y nuestra Kim asqueada de la situación.

Kim,como no podía ser de otra manera, la va a ver a Sugar para contarle que está enojada porque su madre se está saliendo con la suya y que para empeorarlo, ella de alguna manera la esta encubriendo al no decir nada.

Sugar y Kim Sugar Rush

En la siguiente escena, Stella súbitamente y contra todos los pronósticos demuestra un interés inusitado por saber como está su hija, lo que hace que Kim la mire con desconfianza, su madre insiste en que está preocupada por ella hasta que finalmente Kim le dice «Stella, hacer de madre consternada no es lo tuyo. Así que dilo de una vez, ¿que quieres?» y Stella da la respuesta que cualquier madre preocupada por su hija daría: ¿Me prestas tus jeans?

Kim no puede creer que además de cubrirla ahora encima tenga que prestarle ropa para que pueda seducir a su amante.

Sugar Rush

Sugar,luego de escuchar a su amiga, le da uno de sus consejos directos de su sugarfilosofía: «No te deprimas, vengate».

Kim sabe que la forma de pensar de su amiga es un poco perversa, pero también es conciente que siempre le funciona, así que decide seguir su consejo: «La venganza es un placer»

Mientras Kim busca la manera de generarle situaciones incómodas a su madre como una forma de tener su revancha personal, el único padre realmente preocupado por sus hijos (o sea, el buenazo de Nathan) recuerda que tienen reunión en el colegio.

En esa reunión les sugieren hablar un poco de la adaptación de Kim antes que sus notas, les preguntan como creen ellos que Kim se está adaptando. Nathan considera que la adaptación es muy buena…Stella asiente ante lo que dice su marido pero lo más probable es que no tenga idea de nada.

La tutora del colegio considera que ellos conocen mejor a su hija, pero que en su opinión, está algo distraída, como si algo la preocupara (Cara de pánico de Stella) o no estuviera feliz.

Mientras vuelven a casa, Stella comenta que cree que exageran, que no saben nada, pero Nathan cree que Kim está muy rara ultimamente, que algo anda mal, que debería hablar con ella. Stella, por las dudas (no vaya a ser que todo se le vaya al demonio si Kim abre la boca) se le adelanta y se ofrece a hablar ella con su hija. Nathan no está muy convencido pero Stella le sugiere que él hable con su hijo, el que lleva una pecera en la cabeza.

Stella en un intento de acercamiento la invita a pasar un día «madre e hija» a un nuevo spa en la ciudad. Le cuenta todas las cosas que se pueden hacer, masajes, buena comida, piscina, terapias, etc…todo esto a Kim le despierta cero interés, de hecho la mira sin que se le mueva un sólo músculo facial, pero Stella dice las palabras mágicas «Puedes traer a Sugar».

Kim desmotivada, va a ver a Sugar y le comenta la idea de Stella,pensando que Sugar iba a estar de acuerdo con su falta de interés, sin embargo ésta se muestra más que entusiasmada y convence a Kim (¿cuando no?) que es una idea brillante. Entonces ahora sí, Sugar dio el ok así que ya podemos ir todas hasta el fin del mundo si es necesario.

En el spa vemos al trío galleta, Kim, Sugar y Stella, éstas dos últimas llevandose demasiado bien para el gusto de Kim, quien casi preferiría estar con su padre y Matt.

Sugar Rush

Mientras tanto en la playa, en un día espantosamente gris, vemos a Nathan y Matt compartiendo su momento «padre e hijo» o lo que sea que estén haciendo con una tabla de surf y patas de rana. Matt, bastante serio le dice a su padre que él es de otro planeta, con un aire tan solemne que podría ser como un coming out espacial.

En el spa, Stella y Sugar siguen profundizando su «amistad», incluso ésta considera que Sugar podría ser una buena influencia para su hija. Es así, dios las cría y el viento las amontona. Stella,que ya se nota está a 3 grados de la beodez total, comenta que cuando ya se tienen dos hijos y llevas 15 años de casada, el sexo no es tan bueno.

Sugar encuentra divertidisimas estas confesiones, pero, por supuesto, Kim no. O sea, estan hablando del tema que ninguna quiere escuchar, que nuestros padres tienen sexo (y ni siquiera analicemos un comentario sobre la calidad del mismo) eso es mitológico, no existe, cambiemos de tema, ¡ya!

Sugar Rush

Obviamente después del momento incómodo y harta de estar compartiendo ese día fatídico con su madre en el spa, Kim se va enojada. Stella la persigue, intenta ser maternal, comprensiva y saber que le sucede a su hija (es evidente que no tiene mucho registro de nada), pero ese momento tierno le dura un minuto, finalmente harta, le pregunta que es lo que le pasa, que no sabe porqué tiene la tendencia de deprimir a todos a su alrededor ( ¡Que Genial Stella! Retomar Maternidad 101 urgente), incluso le recrimina tener a Nathan preocupado.

Kim le dice que reconozca que quizá ella tenga algo que ver con todo el asunto, pero Stella minimiza el reclamo diciendo que fue algo de una sola vez, que fue un error. Kim le dice que no cree que sienta culpa realmente y le pide que por favor termine con todo eso de una vez. Stella intenta decirle a Kim que quizá ella no es tan culpable sino que su padre tenga algo que ver con toda la situación, pero Kim que no quiere escuchar más excusas, decepcionada se va. Lo último que vemos de Stella es su pregunta desesperada: ¿No le vas a contar, no?

Sugar Rush

Mientras Kim huye enfurecida por las calles, tras ella va Sugar intentando no matarse con los tacos que lleva y sin entender porque Kim está así de enojada. Kim le dice que se suponía que tenía que estar de su lado y no festejandole los chistes a Stella y emborrachándose juntas.

Kim no entiende porque su amiga se comporta así sabiendo lo que ha hecho su madre, a lo que Sugar le responde que suponía habían quedado que se iban a vengar. Ahí mismo Sugar le muestra una tarjeta de crédito con una sonrisa de oreja a oreja, y le dice que tenía que ganarsela para que tuviera confianza.

Sugar Rush

Decididas a utilizar la tarjeta de Stella se dirigen a probarse ropa, zapatos, todo lo que encuentran a su alcance, total ya la filósofa Stella se los había dicho «Lo bueno de tener la edad de ustedes es que pueden hacer lo que quieran sin tener que sentirse culpables».

Sugar le explica a Kim que se trata del «crimen perfecto» porque si Stella abre la boca y le dice a Nathan lo del robo de la tarjeta, Kim podra decirle que todo es producto de la tristeza que le produjo enterarse que su madre se acostaba con el decorador, y Nathan la va a comprender perfectamente.

Sugar Rush

Todo iba viento en popa, eran como térmitas de la moda que no dejaba nada a su paso y así como Stella, ellas también se habían salido con la suya.

Pero Sugar, no deja de ser Sugar, el mundo gira a su alrededor y no le importan para nada los demás.Kim se da cuenta que su amiga no es muy distinta a su madre, que no le importan las consecuencias, que lo único que le preocupa, es ella misma.

Kim le dice que ella suponía se trataba de vengarse de su madre, a lo que su amiga responde que sí, venganza para una y ropa para ella. Y por supuesto, nuestra enamorada pelirroja, se lo permitió.

Mientras tanto, Matt y Nathan siguen en su dilema terrícolo-terrestre, uno convencido que es de otro planeta y el otro explicándole que nació en la tierra. Finalmente, el buenazo de Nathan, le dice a su hijo que es verdad, que es de otro planeta, que no le había querido decir nada antes porque la verdad era que él era de un planeta diferente también. Al escuchar eso, la sonrisa de Matt ilumina toda la pecera. ¿Y la verdad? Nathan me encanta! Ni se entera que la mujer le pone los cuernos, pero no se puede dudar que adora a sus hijos. 🙂 O que es bastante estúpido, como prefieran verlo.

Sugar Rush

Kim decide que quiere volver a su casa y Sugar le pregunta sino puede dejarle la tarjeta de crédito, lo que termina de enfurecer a nuestra pelirroja, quien ahí mismo decide dejar el amor a un costado y decirle a su amiga algunas verdades. Que está harta de ser su perrito faldero y que con esa pinta parece una cualquiera. Luego de eso, sale decidida a no decir más mentiras, sólo la verdad.

Llega a su casa y se encuentra a Dale y su madre vistiéndose a las apuradas.

Sugar Rush

No llegan a intercambiar muchas recriminaciones porque aparecen Nathan y Matt, felices luego de haber compartido el día juntos e intercambiado confesiones de sus orígenes en otras galaxias. Kim considera que esa es su oportunidad de decir la verdad, de hacer las cosas un poco distintas para variar. Entonces le pregunta a su padre sino se da cuenta lo que está sucediendo, que los encontro a Stella y Dale en la mesa de la cocina el otro día, y hoy nuevamente los ha vuelto a pescar. Nathan confundido pregunta de que habla, y Kim le dice «que son amantes».

Sugar Rush

¿Parecía genial la escena, no? Pues claro, porque fue todo producto de la imaginación de Kim, quien no tuvo las agallas para decir la verdad.

La triste realidad fue que cuando llegó su padre con Matt, Kim le comenta a su padre que Stella se estaba probando la ropa que habían comprado juntas. En definitiva, Kim decide cubrir a su madre.

A continuación vemos a Stella en plan amoroso-maternal, yendo al cuarto de Kim, donde nuestra pelirroja esta triste, llorando. Kim le dice a su madre que no quiere que ellos se separen, que quiere que sean una familia normal. Stella le dice que nada de todo eso va a suceder….siempre y cuando ella no diga nada. Kim se enfurece, le dice que lo único que le importa es que no le arruine su affair con el decorador, le revolea la ropa que compró y se va.

Sentados a la mesa Matt y Kim, mientras Nathan cocina, ven entrar a una Stella en un vestido un poco alejado de su estilo cotidiano. Kim comenta que lo eligió ella, una vestimenta menos lagartona que la que suele llevar habitualmente.

Sugar Rush

Kim se queda pensando que quizá debería haberle dicho toda la verdad a su papá, pero el amor es ciego…su obsesión por Sugar, de hecho, es la muestra más evidente.

En la última escena, la vemos recostada contra una pared mientras Sugar está coqueteando con el muñequito de turno.

Sugar le da su abrigo a Kim para que se lo sostenga y le pregunta si todavía piensa que es una cualquiera. Kim se queda mirandola mientras está a los besos y abrazos con el muñequito, Sugar que se da cuenta le pregunta «¿Quieres mirar?» y Kim con cara de indignación le dice que No. Y ahí está, otra mentira.

Sugar Rush

Sugar Rush