Escrito por: Yovanu

Escribo desde Buenos Aires, Argentina, no es lo más al sur que se puede estar, pero casi, así que si bien geográficamente tengo una visión austral del mundo,mi imaginación no conoce fronteras. Me gusta encontrar belleza en lo extraordinario y lo cotidiano, lo grandioso y lo pequeño, así que no es raro verme con una cámara de fotos de aquí para allá captando todo aquello que ven mis ojos y más, en especial lo imperceptible.

Luego del efecto devastador de las ladillas en el capítulo pasado, el matrimonio de Nathan y Stella quedó en estado desastroso…bueno, más o menos en la misma línea en que venían desde que comenzó la historia.

Kim por desgracia, ha quedado en la incómoda posición del medio, es decir, incómoda porque es en medio de sus padres, quizá en otras circunstancias en medio de…….no me hagan caso. En definitiva tiene que ser el nexo y mensajero entre sus padres, intervenir en sus ridículas peleas, poner la voz de cordura y madurez de la casa, como ven, lidiar con padres adolescentes no siempre es tarea fácil.

Estar en medio de la separación de tus padres siempre es complicado, lo más fácil es ponerse del lado de una de las partes, pero intentar mantenerse en medio y ser neutral es no sólo difícil, es imposible.

Eso le pasa a nuestra pobre Kim, quien de repente se encuentra consolando a Stella que no para de llorar porque no sabe que hacer con su vida y claro,Kim es débil, tiene miles de motivos para detestarla pero…es algo básico, el o la que primero llora, ya tiene gran parte de la batalla ganada (ni hablar si la que llora es nuestra madre, ahí ya tenemos la batalla perdida de por vida), ablandan nuestros corazones, nos ganan las emociones, dejamos de pensar con claridad y ahí estamos consolando.

Finalmente, Stella deja la casa con sus hijos perplejos y Nathan justificadamente enojado, porque sí, corría sangre por sus venas y mostró que podía enojarse.

Pero no creamos que fuera de su casa las cosas están mejor, su adorable amiga Sugar también la pone en medio de otra situación, aunque un tanto diferente. La noche anterior, Sugar conoció a Guillaume, un estudiante de lenguas, francés, que increíblemente no habla inglés.

No es que este inconveniente sea un impedimento para Sugar, porque hay gestos y acciones que son universales, pero para algunos detalles prácticos como saber si el otro tiene preservativos y minucias así, van a necesitar la ayuda de alguien, y sí, ¿Quién puede ser ese alguien? ¡Kim!

Y aquí hago una observación…Sugar no se acostó con el francés por la falta de preservativos, no sé si siempre fue así o el efecto de las ladillas tuvo efecto concientizador en su atolondrada cabecita, pero creo que debe ser el primer guiño de responsabilidad que veo en lo que va de la serie.

A partir de ese momento, Kim es la intérprete oficial (bueno, es la única) de francés de la nueva parejita. Y claro, esto era lo único que le faltaba a nuestra protagonista, tener que hacer de intérprete entre su amor imposible y el nuevo juguete de Sugar, la vida de algunas definitivamente es muy dura.

Entonces ahí vemos a la pobre Kim, una especie de chaperona moderna, acompañándolos a todas partes, verlos tomar helado, abrazarse, besarse y hasta traducir las cosas que el Ken francesito quiere hacerle a su amiga. Frustración es poco para describir como se encuentra nuestra pelirroja. Paciencia infinita u obsesión desmedida también se me ocurren como opciones.

En la siguiente escena vemos una imagen de completo desorden, y no es nada más ni nada menos que la casa de Dale, donde Stella se ha mudado luego que Nathan le pidiera que se vaya. Dale le dice a Stella que espera que el desorden de su casa no sea un problema, o más bien que ella no se convierta en un problema.

Mientras tanto, Sugar y Guillaume se encuentran jugando al mini golf acompañados de Kim, por supuesto, quien intenta contarle a Sugar sus problemas y preocupaciones por la separación de sus padres, pero Sugar no puede dejar de lado su egocentrismo nato y no le presta atención. Kim harta de estar traduciendo cosas que no le importan, se va enojada. Sugar la persigue sin entender que le pasa, y es lógico, si estás en tu propio mundo y tu vista sólo apunta a tu ombligo difícilmente entiendas lo que le pasa a tu amiga.

Kim le dice que está harta que nadie la escuché, que su madre se ha ido de casa, y Sugar le pregunta si acaso no era eso lo que ella quería, pero cuando ve que su amiga se marcha indignada, en vez de preocuparse por ella, sólo le pregunta quién le va a traducir ahora.

El marcador entonces queda así: Egoísmo 100 – Amistad 0.

Más adelante, vemos que el clima familiar sin Stella no es el mejor, Nathan se encuentra abatido buscando refugio en el alcohol y cargando su frustración golpeando una mesa que tambalea, ante la mirada incrédula de sus hijos.

A continuación, Kim se encuentra tirada en la cama cuando suena el teléfono, ¿Quién va a ser sino es Sugar? Pero no nos ilusionemos, que no es que la haya llamado porque la preocupación por su amiga no la dejaba vivir, sino porque necesita de manera urgente saber como se dice en francés “cunningulus”. Y ahí tengo mi duda, ¿no es cunningulus una palabra universal? ¿No hay cosas que no necesitan traducción? ¿No está esa palabra dentro del idioma del amor? No sé,sino está, debería. Kim le dice que no sabe y fin de la conversación.

A la mañana siguiente, Kim se despierta en uno de esos días donde decimos “Hoy es el primer día del resto de nuestras vidas” y salimos dispuestas a cambiarlo todo.

Decide que no puede estar a disposición de Sugar de esa manera, que no va a permitir que nadie decida por ella. Así auto convencida sale dispuesta a darle batalla al mundo, pero claro, el panorama en su casa es poco menos que desalentador. Se encuentra a su padre sentado en el suelo con la mirada perdida, lo que queda de la mesa golpeada del día anterior y Matt sosteniendo dos patas de la misma diciéndole “vamos a hacer una fogata”.

Kim le pregunta a Nathan si perdió la cabeza (¡No Kim! lo que perdió fueron los cuernos y ahora todavía le cuesta mantener el equilibrio sin tanto peso), que no puede ser que le deje toda la responsabilidad de la casa a ella, pero Nathan no es que lo haga a propósito sino que el pobre se encuentra más perdido que Adán el día de la madre.

Kim viendo lo que la rodea decide llevarse a Matt de paseo.

Mientras tanto, en casa de Dale, la vemos a Stella preparar el desayuno como si fuera algo natural en ella, bueno tampoco es que se la vea muy experta pero le pone un empeño que hasta ahora no había mostrado, llámese desesperación, conveniencia, lo que sea, pero ahí está la demostración que Stella puede mover un dedo y hacer algo por otra persona si quiere.

En la escena que sigue vemos a los 4 fantásticos, Sugar, Guillaume, Kim y Matt en una kermesse. Sugar le comenta a Kim lo increíble que es Guillaume y por supuesto, a Kim se le cae el mundo encima nuevamente, pero en vez de llorar decide hacer las cosas un poquito diferentes esta vez. Teniendo en cuenta que sino es por ella, esa parejita no se comunica, casi emulando a un dictador, decide controlar algo vital como las comunicaciones, así que ahora van a entender lo que ella quiera que entiendan.

Así que traduciendo todo para su conveniencia logra que Guillaume se vaya enojado pensando que Sugar lo considera un idiota, y Sugar se queda maldiciéndolo pensando que él no quiere estar con ella sino con sus amigos.

Pero Kim se olvido de un pequeño detalle, uno detalle de algo así como 1.45m y que responde al nombre de Matt.

Matt también entiende francés (¡ay pero que niños más cultos!), o sea, es bilingüe e intergaláctico, no se pueden quejar. Y por supuesto, como cualquier hermano menor a esa edad, en general están para complicar los planes de las hermanas mayores, así que cuando Sugar no entiende porque Guillaume se fue de esa manera, Matt empieza a comentar que Kim le dijo que era un tonto y que prefería pasar tiempo con su hermana. Kim hace un esfuerzo por callarlo rápido y se meten en su casa.

Sugar ya se dio cuenta lo que sucedió y le pide explicaciones a Kim, pero cuando entran a la casa se encuentran a Nathan en un estado tal que podría ilustrar la definición de patético.

Mientras levantan a Nathan del suelo, Sugar le dice a Kim que Guillaume realmente le gusta. Kim le dice que no le cree que esté enamorada, que ni siquiera hablan el mismo idioma,y como Kim sigue descreída, Sugar le explica la razón de ese amor desmedido, con Guillaume tuvo su primer orgasmo. Y ahora se entiende más, luego de tanto fiasco previo, tanta ladilla corriendo desbocada por ahí sin haber obtenido nada placentero a cambio, es obvio que al francés no lo quiere dejar ir así nomás.

Kim le pide perdón por haber traducido cualquier cosa y Sugar le dice que la perdona si le hace un favor: encontrarlo y conseguirle una noche con él.

Y claro, Sugar lo pide, Kim se resigna y se lo concede.

En la escena siguiente vemos a Kim dejar su orgullo a un lado (bueno, en realidad el orgullo casi siempre lo deja en casa) para hablar con Guillaume. Guillaume deja muy claro que Sugar sólo le interesa para acostarse, que no está interesado en su cabeza (y no lo culpo) y le pregunta a Kim porque debería volver a verla. Kim primero acude a lo primero que se le ocurre:

Kim: Sugar está embarazada
Guillaume: No es mío.
Kim: Está enamorada de tí
Guillaume: Lógico.

Cansada de Guillaume apela a donde más le duele, el orgullo.

Kim: No la hiciste tener un orgasmo.
Guillaume: ¿Qué?
Kim: No te lo quería decir pero ella piensa que es un problema de los franceses.
Guillaume: Pero yo soy un buen amante, ella parecía que la estaba pasando bien, una francesa nunca fingiría.
Kim: No estés tan seguro compañero.
Guillaume: No puedo permitir que piense que soy malo en la cama.

Listo, la noche que quería Sugar, problema resuelto.

Ahora sólo restaba arreglar las cosas con Stella, y a visitarla se dirige Kim.

Stella la recibe emocionada como si hubiera vuelto de la guerra y Kim le dice que por favor regrese a casa. Stella le dice que no y ahí Kim observa a su alrededor y se da cuenta que está inmersa en un capítulo de la dimensión desconocida donde su madre se ha convertido en un ama de casa ejemplar, con la casa perfecta, la comida preparada, todo ordenado y limpio.

Stella le dice que ahí se siente útil, que en casa no hacía más que estorbar, que Nathan tenía razón al echarla, que es una madre terrible y que están mejor sin ella.

Más tarde, ya en casa, cenando con su padre y Matt, vemos que Nathan recuperó la sobriedad y les pide disculpas por su comportamiento de los últimos días, les dice que lo mejor es ir volviendo a la normalidad y que quizá Stella vuelva a casa.

Nathan le pregunta luego a Kim como está su madre, y Kim nuevamente decide transmitir lo que ella quiere y le dice a su padre que Stella lo está pasando horrible y que pronto va a volver. Esto alegra muchísimo a Nathan y Kim se da cuenta que estar en el medio no es tan malo, que te permite tener el poder de hacer feliz a todo el mundo.

Al otro día vemos a Guillaume despidiéndose de Sugar porque se va, y Kim por supuesto, de intérprete. Kim traduce a comentarios románticos las cosas que dice Guillaume, que ya sabemos sólo ve a Sugar como un objeto sexual y nada más. Finalmente Kim harta de esos comentarios, decide que no sólo tiene que hacer feliz a los demás, sino que también puede hacer algo por ella para variar, entonces cuando Guillaume ya se despidió y aún las observa desde el bus, le dice a Sugar : Dijo que le gustaría mucho ver a dos mujeres besándose.

Y bueno, Sugar no tiene problema con tal de hacer feliz a Guillaume, y para sorpresa de Kim, así termina este capitulo: