80 Egunean comienza con la llantina (nadie sabe por qué) de una chica que va con un chico en un coche y de repente zas, accidente de coche al canto. Más adelante te enteras que ese chico era Mikel, el ex de la hija de Axun y de José Mari. Sin saber muy bien por qué Axun, en contra de todo y de todos, decide ir a visitar a Mikel (que está en coma) al hospital.

Cuando Axun llega al hospital se encuentra con que Mikel comparte habitación con otro señor en coma y que está siendo cuidado por una señora un tanto rarita y mal de la cabeza (como la misma Axun se la describe a José MMari) que resulta ser Maite, su mejor amiga de la infancia y adolescencia.

La vida de Axun es lo más aburrido que ha parido madre. Vive en un caserío, tiene una hija en USA divorciada, un marido que es un buenazo pero con el que no hace más que discutir y, lo único divertido, sus reuniones con las amigas del pueblo (que tienen las permanentes y los dientes más postizos del mundo) para ir a los jubilaos a bailar pasodobles. Pues esta vida de abuela, tras el encuentro con Maite, pega un giro de 360º y Axun se encuentra con ganas de hacer cosas de nuevo dejándose llevar de la mano de su amiga de la infancia y ¿amor? Maite.

Maite, es una profesora de música en un conservatorio al borde de la jubilación. Tiene una vida tranquila y es lesbiana reconocida (me encanta el momento en el que la sobrina de Axun, tras la confesión de Maite, le suelta: pues eres la primera lesbiana de la 3ª edad que conozco, jajajaja). Está en el hospital cuidando de su hermano que sufrió un derrame cerebral.

Y hasta ahí puedo leer señoras mías. Vean esta pequeña joyita y disfrútenla.

Crítica:

El día que decides hacer una película sobre la relación de dos mujeres en una lengua que hablan unas 850.000 personas demuestras que no quieres hacerte millonario sino simplemente contar una historia. Una historia quizá pequeña pero que acaba tocando temas universales y que de igual manera emocionará a personas en Donostia, Madrid o Nueva York.

La película cuenta la historia de un reencuentro de dos mujeres de unos 65 años después de 50 años sin verse. Las actrices que las interpretan son, sencillamente, grandiosas: sus gestos, sus miradas y ese amor contenido que demuestran, te hacen vivir y sentir con ellas su historia.

En algunos momentos te sorprendes sonriendo y en otros te sorprendes con lágrimas en los ojos. La película tiene puntos muy graciosos, como la caída de Axun al agua en la Isla de Sta Clara; o momentos en los que no puedes dejar de pensar en tu abuela o tu madre bailando pasodobles en las fiestas del pueblo. Y eso es lo bueno ¿te imaginas a la abuela enamorada de su mejor amiga? Y por qué no, es lo que viene a plantear la película. ¿Por qué no vas a enamorarte con 60 años?

Pero como decía, la película también tiene momentos duros, por los “daños colaterales” del amor: el engaño, la renuncia… En esta parte tiene un papel destacado José Mari, el marido de Axun. José Mari hace el papel casi estereotipado del típico casero vasco más bueno que el pan que se hace querer y que, como espectadora, te pondrá entre la espada y la pared.

El final me hubiese gustado que fuese diferente, más valiente. Aunque si lo piensas el final se ajusta bastante a una decisión realista en el contexto de los personajes. Es decepcionante aunque bastante abierto y lo más importante de todo no es melodramático.

Para nosotras, esta película estuvo a punto de pasar completamente desapercibida por la poca publicidad que ha tenido y hubiésemos lamentado habérnosla perdido. Si quieres ver una historia realista, sincera, sin adornos, llena de chispa, que emociona, creíble y, lo más importante, con una actuación impecable por parte de Itziar Aizpuru (Axun) y Mariasun Pagoada (Maite) te la recomendamos.

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