Escrito por: pikooLeona

Pucelana. Laísta en consecuencia. Joven, y bollera hasta la médula. Amante de las fiestas que nunca se acaban. Y también una gran freak dentro del armario del frikismo. ¿Quién me iba a decir a mi que acabaría haciendo resúmenes yuri para Lesbicanarias?»

¡Bienvenidas sean de nuevo señoritas! Disculpad tanto tiempo sin aparecer pero me he tomado unas laargas y geniales vacaciones. Y, además de eso, el verano y el calor me vuelven vaga (más que de costumbre), así que me ha costado Dios y ayuda sentarme a escribir esto, pero no podía dejarlas por más tiempo sin su dosis semanal de amor casto y puro en Lesbilandia, así que… ¡Empezamos!

Nuestro undécimo capítulo comienza con que… ¡el verano también ha llegado a la Academia! Y si recuerdan (y si no ya estoy yo aquí para refrescarles la memoria) nuestra pequeña Nagisa-chan había aprobado todos los exámenes, por lo tanto tenía luz verde para ir a la escuela de verano a pasárselo genial con sus lesbifriends. Así que nos encontramos con nuestras chicas en el autobús camino de la escuela de verano con todas sus compañeras. Por desgracia para Nagisa-chan (y para algunas de nosotras también) Etoile-sama no ha podido acudir, pues tiene un montón de cosas que hacer en verano en la Academia.

Por fin llegan a la escuela (bueno para que nos entendamos es una residencia de verano, pero lo llaman escuela, pero ni clases ni nada, solo son 3 días para estar de relax en la playita… AISS se ponen los dientes largos) y se reparten los cuartos. Mientras todas las chicas se ponen sus respectivos bikinis para ir a la playa, en la Academia St. Miatre, Shizuma-sama está atendiendo a unos invitados que han acudido a visitar la escuela, y también tiene que rellenar un montón de papeles y de impresos como parte de su trabajo Etoile.

Volvemos con las chicas, que están todas jugando en la playa, y la Hermana Dire dirigiendo el cotarro.

¿Nadie le ha dicho nunca a esta mujer que el negro da mucho calor en verano?

Tamao-chan está dando cremita a Nagisa-chan de una forma muy sexy porque “no puede permitir que su preciosa piel se queme” LOL. Mientras las chicas se dedican a jugar al volley, a construir castillos en la arena y a pasárselo en grande, Etoile-sama y la presidenta de St. Miatre, muy lejos, siguen con el papeleo, y a Etoile-sama se le nota un aire de tristeza.

Esa noche, hay una gran cantidad de estrellas en el cielo, y las chicas se dividen por parejas para la actividad que les han preparado. A Nagisa-chan le toca con la pequeña Chiiyo-chan por “cosas del hilo rojo destino”. Empieza la actividad y van las dos chicas por un oscuro sendero por el bosque con una vela como única iluminación. Nagisa-chan tiene mucho miedo, pero trata de que no se le note para no asustar a la pequeña Chiiyo-chan. De repente, en medio de la oscuridad, algo les toca en la cara, y las dos chicas gritan de terror.

Pero nosotras sabemos que ha sido todo parte de una broma de Tamao-chan, que se muere de ganas de oír gritar a su Nagisa-chan LOL, que traviesa. Las chicas siguen andando y se les aparece esta vez un esqueleto (vamos me pasa a mi eso en medio del bosque por la noche y… ). Al final las chicas llegan a su destino, una iglesia.

Se sientan juntas a rezar y a pedir un deseo. La verdad es que haber pasado ese miedo para acabar haciendo eso… bueno allá ellas. De regreso a las habitaciones, Nagisa-chan encuentra a Tamao-chan muy feliz escuchando una grabación de su iPod… (bueno lo que sea eso) y cuando Nagisa le pregunta que qué le pasa ella responde “que ha conseguido otro preciado artículo para su colección”. Efectivamente señoras, Tamao-chan ha grabado los gritos que pegó Nagisa en el bosque LOL. Después, Tamao-chan dice que va a darse un baño, e invita a Nagisa-chan a acompañarla… pero Nagisa rechaza la invitación al tiempo que se sonroja.

Mientras Tamao-chan toma el baño, Nagisa-chan sale fuera a reflexionar. Se pone a recordar un montón de momentos que ha vivido con Etoile-sama, piensa que se siente sola porque no está con ella y se le llenan los ojos de lágrimas. Eso es amor, cielo. Amor del bueno. En ese momento comienza una lluvia de estrellas preciosa, que todas, incluida Etoile-sama desde la escuela, están viendo.

A la mañana siguiente vuelven todas de la escuela de verano a la Residencia Fresa, y, nada más bajarse del autocar, Nagisa-chan corre como loca a buscar a Etoile-sama. La encuentra en los invernaderos, y le dice “¡ya he vuelto!” Etoile se gira sorprendida, la mira largamente y le dice con una sonrisa de boba “Bienvenida, Nagisa”.

Ay l’amour…

Y así es como termina nuestro undécimo capítulo.

Nuestro duodécimo capítulo comienza con que las vacaciones de verano acaban realmente de empezar. Las chicas tienen todo un mes por delante para disfrutar en la Residencia Fresa sin exámenes, sin obligaciones, solo descansando… y ligando, claro. Todas las amigas de Nagisa-chan y Tamao-chan van a pasar las vacaciones de verano a casa, pero Tamao-chan parece que no está dispuesta a abandonar a Nagisa-chan a su suerte, pues dice que “desde que terminó la escuela de verano, Etoile-sama le está lanzando “miraditas” muy sospechosas” LOL.

Están nuestras chicas hablando de esto y observando detrás de unas flores a Etoile-Sama y a la presidenta de St. Miatre, cuando de repente éstas se acercan a hablar con ellas. Le dicen a Nagisa-chan que le van a dar clases extras durante el verano, porque no ir muy bien en francés no es admisible para una alumna de St. Miatre. Tamao-chan se muestra muy dispuesta a permitir que sea la presidenta quien de clases a Nagisa, pues piensa que así Etoile-sama no podrá acercarse mucho a SU Nagisa-chan.

Tamao-chan se despide de Nagisa-chan, pues se va a casa con su familia, pero antes de irse le regala su cinta roja como amuleto de protección. Cuando se marcha, empiezan las clases particulares de la presidenta a Nagisa-chan en francés, mientras Etoile-sama las observa disimuladamente.

Cuando deciden hacer una pausa, Nagisa-chan se va a dar una vuelta por la residencia, y se encuentra con Amane-san, pero casi no la reconoce, pues está vestida de forma informal, sin el uniforme de montar. Se van juntas al jardín a dar de comer y limpiar al caballo de Amane, y charlan sobre que ésta no puede irse lejos de su caballo, pues estaría preocupada por él y no disfrutaría de las vacaciones.

Después, se sientan a hablar, y Amane le cuenta a Nagisa que la presidenta de St. Miatre tiene concertada una boda desde que nació, y que va a casarse en cuanto se gradúe, de ahí que su humor últimamente haya empeorado. Siguen hablando y, de repente y para no variar, Nagisa-chan da muestras de su torpeza y se cae de la verja en la que estaba apoyada. Amane se inclina sobre ella de una forma muy sexy y le dice que es una persona asombrosa.

En ese momento aparece Etoile-sama, y por la cara que trae parece que se ha puesto bastante celosa. “El descanso ha terminado” le dice a Nagisa, quien se marcha corriendo de nuevo a la Residencia.

Amane: Etoile-sama
Etoile: ¡Príncipe de Spica! La princesa que escojas tiene que ser de Spica, ¿no es así?
Amane: Yo…

Pero Etoile se da la vuelta y se marcha. Si las miradas matasen, ¡Amane habría caido fulminada al suelo en ese mismo instante!

¡Celos celos celos!

Después de volver al trabajo, y cuando Nagisa-chan ha terminado todos sus ejercicios y se los entrega a Etoile-sama, ésta le dice que, como recompensa, verán los fuegos artificiales del festival.

Ya por la noche, se encuentran las dos solas mirando desde lejos los fuegos. Entonces, Nagisa-chan le confiesa que, en la escuela de verano, aun estando en compañía de todas las demás, se sentía sola. Etoile-sama le dice que ella también se sintió sola, y se cogen de la mano.

Dadas de la mano, Etoile la acerca al borde de la piscina, y se va a inclinar para besarla, esta vez sin que haya nadie que pueda interrumpirlas… cuando se fija en el lazo rojo de Tamao-chan que Nagisa-chan lleva atado a la muñeca. “Esto, ¿qué es?” pregunta. “Es un amuleto de protección. Tamao-chan me lo hizo”. Entonces, Etoile-Sama intenta quitarle la cinta, pero Nagisa no se deja. Empiezan a forcejear y, de repente, caen a la piscina. Cuando se encuentran las dos dentro del agua el tiempo parece transcurrir muy despacio, y entonces, Shizuma atrae a Nagisa hacia si y… ¡SIII! El tan esperado beso por fin llega.

AISSS por fin…

Después, nos encontramos en la habitación de Shizuma-sama con nuestras chicas dándose una ducha para entrar en calor (por separado mal pensadas, se han duchado por separado).

Cuando Etoile-sama termina de ducharse se viste con un precioso vestido, que deja muy poco a la imaginación ejem… El caso es que se acerca hacia Nagisa y le pregunta “¿Es tu primera vez, verdad?” mientras le pone un dedo sobre los labios.

En esto que Nagisa retrocede y cae sobre la cama, y rápidamente Shizuma-sama se tumba sobre ella, al ataque. La sujeta de las muñecas de forma muy sexy para impedirla escapar, y recorre con su mano el contorno de su cuerpo, desde la boca, bajando bajando…

UFF

Empieza a quitarle lentamente el vestido y… de repente, Etoile sufre una especie de flash-back y recuerda la voz de otra persona, en una situación similar, susurrando su nombre. Etoile se queda completamente quieta, y Nagisa aprovecha ese momento para escaparse.

Al salir, se cruza con la presidenta de St. Miatre, quien no tiene un pelo de tonta y comprende al momento lo que acaba de ocurrir dentro de esa habitación.

A la mañana siguiente Tamao-chan regresa, y cuando ve a Nagisa-chan, tienen un reencuentro muy emotivo. Pero, de repente, Tamao-chan se da cuenta de que Nagisa no lleva puesta su cinta roja. “Tamao-chan, lo siento. Creo que la he perdido, pero no se donde. Lo siento, de verdad”.

Nagisa-chan está muy disgustada y trata de explicarse, pero Tamao-chan le dice que no se preocupe, y le da un abrazo. En esos momentos de bajón sienta de maravilla un abrazo de tu mejor amiga.

Y así es como termina nuestro capítulo. ¿Qué les ha parecido? Debo admitir que a partir de ahora la historia, al menos para mí, se pone realmente interesante. Pero no les adelanto nada más, tendrán que esperan a la próxima entrega de Strawberry Panic! Hasta la próxima chicas 🙂