Escrito por: Caro

«Escribo desde el sur de España, más concretamente desde Sevilla, tengo 25 años. Soy una soñadora pero vivo despierta, un parte de mi mente vive aquí y la otra en lugares más lejanos y aunque mis ojos ven lo cercano, también, en ocasiones, ven más allá de las estrellas.»

Muy buenas mis queridas lesbicanarias bellas. Dejamos los años cincuenta atrás para volver a la actualidad, con una pareja, que si indagamos en el subtexto encontramos algo increíble. Estoy hablando de la pareja más famosa de policía y forense, noooo, no son Pepa y Silvia. Estas nos llegan desde un poco más lejos. Aquí que les traigo a la detective Jane Rizzoli (Angie Harmon) y a la que será desde este momento el amor de mi vida, Maura Isles (Sasha Alexander). ¿Cómo? ¿Qué no son pareja? Pues a lo largo de los resúmenes les hare ver que estas mujeres son más que amigas. No se me hagan que desde Otalia sabemos que no se necesita demasiado contacto para que la química y la complicidad hagan que pensemos que hay algo más! Quizás ellas aun no se han dado cuenta, pero nosotras! Obvio que sí!

Nuestro primer capítulo comienza con un asesinato, les digo desde ya, intentando que no suene mal, que querrán que pase algún suceso para que las chicas entren en acción, y no es que seamos malas personas, pero es genial verlas trabajar juntas.

Ajena a todo encontramos a Rizzoli, jugando al baloncesto con su hermano en casa de los papas, hasta que un golpe mal dado de su hermano hace que la policía-voz-sexy sangre por su nariz, y si, todas las que tenemos un hermano, alguna vez nos han dado un mal golpe, aun recuerdo mi pie vendado… Una vez entran en casa se encuentran a una mama diciéndole a su hijita traviesa que como es posible que todas las semanas provoque algo de ese estilo y aunque su hermano se echa la culpa de lo sucedido, la mama piensa que fue de ella, siempre ella, pero todo termina por una llamada de trabajo , por suerte para Jane.

Cuando Rizzoli llega al lugar del crimen, se encuentra con Maura Isles, más conocida como “La reina de la muerte” ¿no es sexy?. La cual se encuentra analizando al cadáver… Hasta que por fin, levanta sus tremendos ojazos del muertito y solo con mirar a Jane, le confirma que tiene una rotura en el hueso nasal. Miedito, es como una House en femenino… Así que rápida y velozmente se lo coloca, con un cruce de miradas que me hace pensar que si no han estado juntas poco les queda, ¿que por qué? Pues muy sencillo, huelo a atracción.

Centrándose en el caso, encontramos al muerto atado y su mujer desaparecida, que por la forma de actuar Rizzoli está segura que ha sido el “cirujano”, Hoyt, pero no es posible porque le confirman que está tras las rejas, en aislamiento, así que lo más probable es que tenga un pequeño aprendiz. Por lo que hay que encontrar la conexión.

En esas que llega el agente especial Gabriel Dean. En otras palabras el FBI, por lo que nuestra Jane se pone a la defensiva pues siempre que aparece alguna de estas personitas se quedan con el caso. Maura se despide para hacer la autopsia y con una sonrisa invita al recién llegado, mientras que Rizzoli la mira con cara de “ni se te ocurra coquetear con él…”

Al día siguiente nuestra Rizzoli coge al toro por los cuernos y va a la cárcel para interrogar al “cirujano”, del cual solo consigue recordar cuando la mismísima Jane fue secuestrada por el tipo este y casi le cuesta la vida, unas marcas en las manos al clavarle unos clavos están ahí para recordárselo. Solo le confiesa que tiene a su pequeño amigo siguiendo fuera su trabajo y está básicamente centrado en ella.

Nos desplazamos al bosque porque aparece la mujer del muertito también sin vida, y como no, mi eficiente Maura ya está en la escena recogiendo muestras, para poco después ir al laboratorio. Demasiado trabajo para las nenas, aunque ahí está Rizzoli, para cuidar a Isles, llevándole comida, en lo que aparece, desde este momento, el fastidioso del FBI para comunicarle que Hoyt, el “cirujano”, se ha escapado de la cárcel.

Así que todos están preocupados por Rizzoli ya que saben que es su objetivo. Por lo que se va a casa, tiene allí a media comisaría además de a su familia, haciendo guardia. Jane se estresa y decide irse de allí. Y que mejor lugar que a casa de su futuro amor, Maura. Allí después de conocer a la mascota de Isles, un galápago algo inactivo, se van a la habitación de invitados.

Ambas están bromeando en el cuarto cuando se ven interrumpidas cuando alguien llama al timbre. Jane hace lo que toda haríamos, pegarse a la puerta y espiar. Ve al tipo del FBi dándole unos documentos a Maura. Rizzoli le pregunta porque estaba ahí… y sí, mi cabeza no puede evitar pensar que son una especie de celos inconscientes, que taparemos con la frase “nos gusta a las dos en mismo hombre”. Maura se acuesta a su lado y la otra le pregunta “¿es una fiesta de pijama o te sientes atraída por mi?” Obvio lo segundo y ambas empiezan a reír, con mis años de psicología, es básico bromear con lo que no atrevemos a decir… La poli-voz-sexy tiene la genial idea de decirle que ya se puede ir a su cuarto a descansar pero la otra le responde que esta noche duerme con ella, así que si me dejan, imaginaré a las chicas abrazaditas toda la noche.

Al día siguiente, otro asesinato, igual modo, de nuevo allí que van las chicas, lo nuevo es que Jane recibe unas flores en la escena del crimen, firmadas con un nombre, aunque ya sabemos quien es…Cuando se encuentran investigando, una nueva llamada los interrumpe, la mujer del muertito número dos aparece, al igual que la primera. Una vez llegan tiene lugar la primera pelea amorosa, bueno, laboral, porque Jane quiere dejar el cuerpo allí porque puede ir el asesino, pero su compañera no está segura, aunque al final, le hace caso y la poli sexy empieza la vigilancia nocturna. Al final no atrapa al asesino y su ex compañero es herido por él.

Después va al laboratorio de amor, para reprocharle a su amiga porque le dijo al tipo del FBI que estaban allí. Isles solo puede disculparse ya que ella no piensa que hizo nada inadecuado y ambas se quedan con ese amago de discusión. Luego Maura le dice que fue muy valiente al enfrentarse al de FBI, creyendo que era el asesino, su amiga les responde que está cansada de tener miedo.

El tipo del FBI, y sí, no quiero ni aprenderme su nombre, va a ver a Jane y ella le cuenta toda la historia con el cirujano, que ella es el prototipo perfecto para él, por eso la persigue. Además quiere terminar el trabajo empezado, ya que aunque secuestró a nuestra voz sexy, no completó esa especie de ritual, obviamente sigue viva.

Al día siguiente vemos a nuestra Isles llevándole una taza de café a su amiga, como se cuidan… ¿no les parece? Es gracioso el tono de llamada que le tiene a la forense, todo tétrico y deprimente o como le dice Maura “alegre y optimista”. Isles empieza de nuevo, con sus secretitos con el caso del agente de FBI, por lo que la morena cansada, decide presentarse ante ese hombrecito para saber que sucede. Al final se termina enterando, resulta que dejos de ahí, en una zona de guerra, se han encontrado cadáveres con el mismo modus operandi, por lo que el compi del loquito es un militar.

Aunque el del FBI la invita a cenar, todo se ve interrumpido cuando mi diosa Maura llama a Rizzoli porque se encuentra en su apartamento destrozado. Así que deja al hombrecito plantado. Cuando llega a su casa, es interceptada por los dos loquitos, el cirujano y el militar, que terminan por llevársela en una furgoneta sin que nadie se dé cuenta. Pero estamos hablando de la teniente Rizzoli, que con las manos atadas, consigue matar al militar y herir al cirujano entre forcejeo y forcejeo, devolviendo a este último el detalle de las manos, pues le dispara en ambas haciéndole su correspondiente cicatriz.

El pesado del FBI, llega al lugar del crimen y cuando todo está más en calma la vuelve a invitar a cenar, que falta de tacto, estando a punto de morir como que tiene que tener más que cerradito el estómago, hombres… pero la morena solo le responde que se quiere ir a casa. Cuando llega, aquello es una pena, en 48 horas, igual puede tener el lugar un aspecto mejor pero igual se sienta en el suelo por todo lo sucedido en las últimas horas. Pero ahí aparece su ángel de la guarda, siiii, Maura, que le trae a su perro y le regala unas tortugas. Ha ido para ayudarle a limpiar todo aquello, Jane piensa como yo, que viene hermosísima de la muerte para solo limpiar?!?! pero la rubia le dice que esa es su ropa para ello. ¿Se puede ser más perfectita? Perdónenme si no soy demasiado objetiva… Pero Rizzoli le dice que mejor vayan a tomar algo, que ya habrá tiempo para lo demás, y en lo demás incluyo todo de todo…

Pues aquí termina nuestro primer capítulo de estas fantásticas chicas, espero puedan seguir la historia porque… ¡merece la pena!