Bienhalladas compañeras lesbicanarias-Jualianadictas… manos a la obra, que queda mucho por contar y muy poco tiempo… Les haré un breve resumen de mi vida, no porque les pueda interesar, sino porque me encanta hablar de mí. Servidora continúa con el caos vital que viene siendo costumbre últimamente y como la paciencia de la sita Rogue es infinita pero no inagotable, vamos a hacer un resumen resumidito de lo acaecido en el mundo de Julia y Mariana hasta el momento… y digo vamos porque, servidora es un desastre, pero si de algo puede presumir es de tener amigas como tesoros; y en esta ocasión, cuento con la inestimable ayuda de cjurriv, que se ha prestado voluntaria y gratuitamente a colaborar en la elaboración del mismo… manos en el teclado y adelante…

La última vez que vimos a nuestras niñas fue en una fantasía asquerosa (a mí me dio grimita, ¿Qué pasa?) del Mamila imbécil, mientras ellas intentaban buscar un poco de orden en sus vidas personales y profesionales: Julia lucha con su confusión emocional (véase amo a mi novia pero fantaseo involuntariamente con mi ex novio) y Mariana sospechaba que Utopio había regresado a su vida porque estaba gravemente enfermo.

Y es en este momento crucial donde retomamos el contacto con el mundo Juliana… quédense con esta palabra: CONFUSIÓN, pues ella es la reina en los corazones y mentes de nuestros protagonistas (y digo nuestros porque el odiado pero inevitable momento de hablar de tres ha llegado)… Armanditoritori no sabe cómo reencauzar su vida: ya no es famoso ni exitoso, las mujeres no lo persiguen y su novia lo dejó por una mujer y, a pesar de haberlo intentado por varias vías, ni la olvida ni la recupera… Mariana intenta disfrutar de la recién recuperada relación con su padre mientras sospecha que el tiempo a disfrutar puede ser muy poco e intenta no pensar demasiado en el hecho de que su novia anda siempre preocupada por su ex… Y Julia, nuestro motor de la discordia, intenta ser feliz con su chica, reprimiendo los sentimientos que afloran insistentemente hacia el Mamila y, al mismo tiempo, tratando de ser sincera consigo misma y con sendos partícipes de la historia… Ya ven… puro malabarismo emocional… ¿Qué pelota caerá primero? ¿Cuánto durará el falso equilibrio?… preparen sus apuestas, que la cosa está calentita calentita…

Bien… hechas las apuestas… manos arriba las que jugaron a favor de la reflexión y la calma en el corazón de nuestra pequeAparicio… niñas… han perdido… La muchacha se deja arrastrar por la confusión hasta el punto de que termina acostándose con el Mamila y, no se auto engañen, por acostarse no me refiero a tumbarse en el mismo colchón… bueno, eso también, pero sin pijamas y con más movimiento… Lo que sucede es que la niña ama a Mariana y se siente tremendamente culpable por haberle sido infiel, así que confiesa a su chica la infidelidad y la confusión que la condujo a cometerla; y, en un acto de claridad poco propio de la individua, decide regresar a Villa Aparicio hasta que se sienta capaz de entender qué le sucede y no haga daño a nadie. Mariana se queda en shock, pero la niña no le deja muchas opciones… Sufro tantísimo…

En este momento de la historia, entra en acción nuestra bellísima Alma, que juega nuevamente la carta de la hermana-psicóloga-comprensiva-que-tiene-soluciones-para-todo, pues, cuando Julia le explica lo sucedido y el caos emocio-mental que tiene, la openmindAparicio le habla sobre el poliamor… y atentas al término, porque lo odié desde el mismo instante que mis oiditos tuvieron la desgracia de escucharlo… les explico: el poliamor básicamente consiste en que Julia puede amar tanto a Mariana como a Armanditoritori y tener una relación con ambos… no se confundan, no es un trío amoroso, es una relación a dos bandas o dos relaciones en una, según como se mire… la diferencia entre esto y poner los cuernos es que los interesados son conscientes del hecho, por lo tanto, ya no es infidelidad… o lo que es lo mismo… soy TU novia, pero también soy SU novia… ay, lo siento, pero por más que lo razono y lo explico, no lo pillo…

En fin, que a Julita se le enciende una bombillita y dice: Tate, esta es la mía, así que cita a los elegidos para proponerles su solución. Evidentemente los susodichos piensan eso de “alguien me echó droja en el cola-cao” (chiste nacional, clic aquí para más información) pero, después del impacto, se quedan Mamila y Mariana reflexio-conversando y llegan a la conclusión de que es un esfuerzo que pueden hacer por el amor que sienten hacia Julia… Así que, al día siguiente, quedan con la muchacha y muestran su conformidad con el poliamor-de-los-cojones; Julia es feliz, el Mamila está conforme y Mariana tiene más dudas que seguridades, pero deciden seguir adelante con el nuevo plan… yo, personalmente, particularmente, no me creo nada… vamos… dos telediarios le doy al poliamor sin conflictos…

Esto es raro, raro, raro… es decir, raro

Y así comienza la relación poliamorosa, el trío lalalá va en amor y compañía a todas partes… a casa de una, a casa del otro, de acampada… a la cama… que grimita por diosssssss… Es todo muy raro y tenso: Julita en el medio, con una a un lado y el otro al otro… amor para la derecha, amor para la izquierda, pero sin mezclar izquierda y derecha… muy raro… Como consecuencia de pasar tanto tiempo juntos, Mamila y nuestra lencha favorita comienzan a hacerse muy amigos, se ve que eso de compartir novia une mucho… Tanto que el imbécil empieza a fantasear con Mariana y la posibilidad de transformar el poliamor en un trío en toda regla; aquí nuestra Julia se pone de lo más rarita, y es que eso de que su novio desee a su novia no le hace ni pizca de gracia… traducción: mi novia es mía…

Mientras tanto, Utopio le confiesa a su hija que tiene una enfermedad mortal y que ese fue el motivo que le impulsó a regresar al D.F., aunque no desea que la última imagen que ella tenga de él sea la de un hombre enfermo, por lo que se marcha antes de que Mariana tenga que cuidar de él; nuestra niña achaca el golpe dolorosamente, pero no le queda más remedio que aceptar la decisión de su padre y asumir que no volverá a verle. Como su casa le trae recuerdos dolorosos, deciden mudarse los tres (el trío lalalá) al piso del Mamila; al que se le remueven recuerdos con todo el tema del reencuentro Utopio-Utopita y decide encontrar a su padre, al que no ve desde que era pequeño.

Esto me gusta más… sí señor… no hace daño a mis ojitos tiernos…

Así que, con la excusa del viaje del taradito, nuestras hermosas pasan unos días juntas, revueltas y a solas; instantes en los que Julia se da cuenta de que, a pesar de querer mucho a Armanditoritori, sus sentimientos por él no se pueden comparar con lo que siente por su chica… ayssss, la tontaca tuvo que inventarse el poliamor para darse cuenta… En fin, que la chica decide que quiere más a Mariana y que el Mamila empieza a sobrar; lo que sucede es que, en vez de alegrarse, la susodicha se siente insegura, pues teme que Julia pueda tener esa misma sensación sobre ella más adelante; a eso, sumémosle el hecho de que se ha hecho muy amiguita del imbécil y siente que, en cierto modo, le están engañando… tontería tras tontería…

Cuando Armanditoritoritori regresa de su viaje, se da cuenta de que Julia está distante y casi no se alegra de su regreso, por lo que empieza a sospechar que el poliamor no está funcionando; pero las muchachas lo desmienten y le convencen de que es una cuestión puramente amistosa… Y él, se lo cree, porque quien no quiere ver… no ve.

Si no ves que sobras… es porque no quieres…

De todas maneras, ya lo dice el anuncio de Ikea: “donde caben dos… caben treeeeesss”… y donde caben tres, caben cuatro… y cinco… y seis… así que por si teníamos poco con el Mamila, Marianita y Julia haciendo equilibrios emocionales, aparece una cuarta persona en escena. Y es que las niñas acuden un días más al taller que se encuentran realizando sobre la diversidad y por casualidades de la vida, coinciden con Dani (la yogüi ex de Marianiiita); como los niños (sí, sí, que ahora son tres) están en fase zen-que-todo-el-mundo-sea-bienvenido, deciden invitarla a cenar en su nuevo hogar (véase el apartamento del Mamila)… Julia no está nada contenta con la idea, no sé si será por eso de la competencia o porque la muchacha no está nada segura con eso de la relación abierta o porque simple y llanamente, se muere de celos por Mariana… Total (esto ya roza completamente el tono de cotilleo marujil), que quedan todos a cenar y, entre coña y coña, no se les ocurre otra cosa que ponerse a jugar a la botella (sí, ese juego que utilizas como excusa cuando quieres besar a alguien pero no te atreves)… entre risitas y tonterías, Dani besa a Julia, esta a Mariana y el Mamila y Dani casi se dejan sin respiración… que asquito… por eso no hay que juntar a los ex…

La cosa queda ahí y no pasa a mayores, pero como a las niñas les gusta esto de complicarse la vida, no se les ocurre otra cosa que invitar a Dani en una segunda ocasión y proponen un juego tan interesante como es el strip póker (no sé si habrán jugado alguna vez, pero si mezclas este juego con alcohol… acaba perdiendo todo el mundo… o eso me han contado… ejem… esto…) Como el tonteo tiene eso de que como empieces, no paras, al cabo de un rato Julia besa a Dani… no sabemos muy bien cómo, pero Mariana y la yogüi acaban besándose en la cama, al lado de la confudidita y el Mamila haciendo lo propio… niñas… yo sé que la cosa pinta muy rara y muy poco próspera para el futuro Julianil… pero las diosas existen y quieren que seamos felices, así que en un momento determinado, las miradas de nuestras niñas se cruzan y se unen para darse amor… mientras el Mamila y Dani hacen lo propio… bueno, sigue siendo raro, pero ahora por lo menos me gusta…

Cómo molan los montajes fotográficos de Carito… que gonito coño… y yo tan sola…

El sol aparece y, con él, la mañana reveladora… que deja al descubierto que algo no anda bien en el mundo poliamoroso… las niñas están extrañas, pero deciden continuar con la normalidad y como si no pasara nada… Sucede que los problemas se pueden evitar por un tiempo, pero no desaparecen, así que, en cuanto Dani vuelve a aparecer en escena y propone volver a encontrarse con el trío lalalá para una de sus cenas-espectáculo tan divertidas…

Julia explota y confiesa que ya no puede más con tanta confusión (pero si está todo en tu cabeza alma de cántaro); decide que necesita meditar y, de manera muy cordial, finaliza la relación poliamorosa… La susodicha regresa a Villa Aparicio (su madre ya ni se sorprende… en fin, la mujer está a otras cosas…), Mariana a su hogar y el Mamila se queda solito en su casa… como debe ser.

Las niñas, ante todo son muy civilizadas y se adoran, así que, aunque estén separadas parejilmente hablando… quedan como amigas… y en una de las visitas de Mariana a Villa Aparicio, Isadora (la miniAparicio) comienza a abordar el tema de una posible boda lésbica en la familia… a Julia le hace muchísima gracia la idea, pero Marianita se queda a cuadros… Y es que la confundidita marea a cualquiera, y piensa seriamente que podrían casarse (yo sería muy feliz, pero no le veo futuro alguno con el panorama como está); gracias a las diosas, contamos con la sensatez de nuestra lencha favorita, que no entiende cómo es posible que, en medio de ese caos, su ex… no ex… poliamor… amiga del alma… o lo que sea… puede proponer seriamente la opción del matrimonio. Así que le dice a Julia que se aclare la cabeza y, cuando sienta que está preparada, tendrán esa conversación seriamente y sin confusiones.

Julia se queda reflexionando y consultándolo con la almohada, por lo que, al día siguiente, se presenta en casa de Mariana para aclarar las cosas… es nuestra niña linda la que pone las cartas sobre la mesa, ya que no siente que su ex / no ex se entregue totalmente a la relación y “necesita alguien que le quiera quitar la ropa y comérsela a besos” (ella y todas… vale, vale… hablo por mí… no pondré palabras en boca de nadie…) La conversación se va poniendo interesante, pero se ve interrumpida por una llamada de trabajo, y es que las niñas van a protagonizar un culebrón en el que Julia interpretará a la madre de Mariana (wtf???)… Cuando regresan, continúan donde lo habían dejado… pero no logran llegar a ningún acuerdo, básicamente porque… una imagen vale más que mil palabras…

Si es que… así no se puede… mejor dejen que el cuerpo hable…

Tras una noche de quererse mucho (estoy ñoña, compréndanme…), amanece y Julia se siente muy feliz, pues siente que ya le ha dejado claro a su cari-cari lo que la desea y la ama, pero la muchacha no está conforme… cree que no es suficiente con una noche de pasión para aclarar nada, y deja bien claro que la conversación queda pendiente… pero entre mensajes, llamadas, trabajo y… más pasión… cada vez que intentan hablar… acaban igual…

Cualquier momento es bueno… que grimita que dan con esas pintas…

Pero ellas siguen empeñadas en hablar… yo ya no sé si es porque quieren aclarar las cosas o si porque, cada vez que comienza el diálogo, acaba en pasión con erótico resultado (¿eso es de Los Simpson?)… amor, pasión, más amor, más pasión… yo quiero…

Ellas se empeñan en hablar… pero yo creo que está muy claro lo que hay… ¿no?

Y con esto y un bizcocho… sigan la rima como más les guste… Nos hemos puesto casi al día con el mundo Juliana… la cosa pinta bien… o, por lo menos, nos estamos alegrando la vista… el Mamila abandonó la ecuación por el momento y servidora espera que sea definitivo… Hemos regresado… ánimo niñas, junten energías… que el fueronfelicesycomieronperdices está muyyy cerca… lo huelo, lo noto, lo siento en los pelillos de la nucaaaaaaaaaa…