¡Bienvenidas a Plan V! Haciendo un breve resumen, la semana pasada Mara encontró nueva novia subida a los árboles, la parejita feliz seguía así, feliz … Flor y Darío querían enamorarse, y Mara estaba intentando lidiar con su pareja que no resultó ser tan ideal como cuando la conoció.

Justo la primera escena trata sobre esta despareja pareja. Pato quiere hacerle bromas a su chica mientras ésta intenta meditar. Aparentemente se empiezan a dar cuenta que las unen pocas cosas, mientras Daisy cree que ir al lugar que frecuenta Pato con sus amigas, la mueve de su eje, la descentra; ella no se plantea alejarse de sus amigas. Mientras Pato comienza ya a sentirse mal por haber cambiado de un día para el otro su alimentación (dejó de comer carne para seguir a su novia en el vegetarianismo o como se llame), su novia no le cree y le ofrece que se coma a su gato si tanto extraña la carne.

Darío, por su parte, sigue intentando acercarse a Ramiro. Y acercarse no lo digo metafóricamente hablando sino literal, mientras Ramiro está barriendo la canchita de futbol, Darío lo observa cual porrista quinceañera a un costado. Al parecer Darío le ha escrito una carta, pero desanimado o con falta de coraje, se va sin entregársela. Pero tiene suerte…la carta se cae y por supuesto, Ramiro la levanta y la lee. ¿Qué dice la carta? Vaya uno a saber, pero supongo él le dirá que le gusta o alguna de esas cursilerías que decimos cuando nos gusta una persona.

Flor luego de intensas sesiones de terapia donde llegó a la conclusión que quiere encaminar su vida, ahora ha decidido junto a Darío dedicarse al arte en vivo. Dar shows donde se dedican a recitar poemas de dudoso gusto, musicalizarlos con música deprimente, etcétera.

La parejita feliz, a su vez, pasa el tiempo haciendo sufrir a la cuñada nazi que tienen. Le cortan vestidos, le llevan cobayos a la cama, le cortan el agua mientras se ducha, etcétera. Sí, sí, súper adultas.

Mientras el grupo espera que comience el show de los dos solteros sin suerte, llega la nueva parejita Mara-Mora, Mora-Mara, y sí, finalmente Mara no tiene más la camiseta roñosa que llevaba puesta desde el episodio 1. ¡Viva el amor y la ropa limpia!

Bueno, comienza el show… no sé, infumable, no creo sea necesario describirlo, con verlo alcanza. Durante el shor Flor aprovecha para pedirles perdón a todas las chicas presentes a las que pudo haber lastimado, es decir, más o menos al 90% de las presentes. Mientras Flor despliega todas sus ¿habilidades? en el escenario, Ana recibe un mensaje al móvil y disimuladamente hace como que no ha pasado nada. Pato parece que se está durmiendo, pero no, no es sueño es que se está sintiendo débil porque sus glóbulos rojos gritan ¡hambre! ¡hambre!, bueno, gritan tanto que se desmaya. Mientras reaniman a Pato, Darío aprovecha para salir corriendo detrás de Ramiro que estaba escondido al fondo viendo el show. Lo alcanza, no se hablan, se dan dos besos y Ramiro se va. No sé, serán costumbres de gays, realmente no lo puedo analizar muy bien, a duras penas puedo con las lesbianas.

Cuando termina el show (por suerte), Ana se acerca a Flor y le comenta que su ex, Débora, la está acosando por teléfono hace rato. Flor le recomienda que no le responda porque luego ella es la que se queda tirada tomando antidepresivos. ¿Ven? ¿Ven? que afectas al drama que somos.

Pero claro, por más que Ana no respondiera las llamadas, no tuvo en cuenta que alguien más podía estar en su contra… el imán de tortas Martín, que todavía sigue enojado porque su hermana le quito a Laura. Cuando Débora llamó por teléfono a la casa de los dos hermanísimos, Martín con toda la intención del mundo la invitó a que fuera.

Ana le dice que necesita hablar con él a solas, y ahí el recrimina su actitud. Ana le dice que ya le pidió perdón mil veces por haberse enamorado de Laura, que entiende que se quiera vengar pero no de esa forma. Martín le deja claro que no le importa, que no le interesa entenderla, para él está muerta.

Cuando terminan la charla, Ana ve como Débora está haciéndole masajes a Laura y se pone como loca. Le pide que se vaya y claro… Laura no entiende porque esa reacción ante una supuesta ex compañerita del colegio, y ya está comenzando a sospechar. A ver Laura, es simple, las ex compañeritas de colegio que una no ve hace muchos años básicamente porque no hubo motivo ni interés para hacerlo, no aparecen en tu casa, para eso está el Facebook, eso deberías ya saberlo.

Ana amablemente invita a Débora a que se retire y una vez fuera le pregunta que es lo que quiere. Débora sin mucho preámbulo le dice que la quiere a ella.

Ana le explica que ahora está con Laura y está muy bien, que no quiere más líos en su vida, a lo que Débora responde que eso está por verse. Hermosa actitud de psico bitch de la ex. Como si no hubiera problemas suficientes, se agrega uno más.

Eso fue todo, veremos como sigue la historia la semana que viene.

¡Hasta la próxima!