Escrito por: Caro

«Escribo desde el sur de España, más concretamente desde Sevilla, tengo 25 años. Soy una soñadora pero vivo despierta, un parte de mi mente vive aquí y la otra en lugares más lejanos y aunque mis ojos ven lo cercano, también, en ocasiones, ven más allá de las estrellas.»

Muy buenas de nuevo. Después que nuestras chicas se decidieran y que Valentina dejara ese estado de locura transitoria que hizo que fuera novia (por un par de días) de Axl y que por fin admitiera abiertamente que le gustaba Pía, con miraditas, agarraditas, abracitos y todas esas cositas que hacemos con la persona que nos gusta, van dos “expertos” que desde aquí exijo que me enseñen el título y sueltan así, sin anestesia , que la que se tiene que ir de la casa es la dulce Pía. No neguemos que todas estábamos con lagrimas en los ojos, y no nos engañemos, gritábamos a pleno pulmón que fuera Greta, Nina o incluso Marisa, pero no, Maca dijo el nombre equivocado y la morena fue la acta para salir de esa casa. Y no piensen que saltó de alegría o algo así, pregunto lo mismo que nosotras ¿yo por qué? Ni estaba contenta, ni feliz, ni nada de nada, y mientras mi pobre Valen sacándole sus mejores sonrisas a pesar de que fue un golpe para ella también.

No sé si de la presión psicológica o que está echando el rollo de su vida, porque no nieguen que alguna vez han dicho que están enfermas (yo solo un centenar de veces) pero nuestra Pía no se encuentra bien, y está en la cama. Maca decide que lo mejor es llamar al médico, y bueno, grande Valen que estuvo ahí rápida con “se le pasa si está acá en mi cama, yo la cuido… se cuida…” Pero no, así que mientras el médico viene en camino y Valentina le va a preparar algo de tomar (¿no les parece tierna?) Marisa, le dice lo que todas pensamos, que no tiene nada, que todos son inventos, pero bueno, al final es el doctor el que nos confirma, que gracias al cielo lesbicanario, tendremos Pía para rato.

Al final se sincera con Maca, y está aterrada por salir, tienen miedo que la encuentren los que la tenían secuestrada o la reconozcan, pero Maca le dice que ya es una mujercita ,( y déjenme aquí decir, “y que mujer…”) que ya no es esa niña que llegó aterrada y que tiene que enfrentar sus miedos.

Luego vemos a mi Valen haciéndole unos masajitos, consintiendo a nuestra Pía, mas tiernas ellas…como toda una novia, huy no, perdón, amiga, pues así es como se la presenta a su madre, que por desgracia va a verla porque se enteró que estaba enferma, ¿quién la llamó? Yo es ver a la madre y entrarme el bajón, porque ya aprovecha y le dice que se pueden ir esa misma noche de allí, o sea, ¿en qué está pensando esa mujer? Yo soy Pía, ni a mi casa llego, me meto a robar en la primera tienda con una pistola de goma, todo sea para que me lleven de nuevo a la casa de Maca.

Todo un desastre, no puede ser que en menos de 4 horas, le hayan dicho que se va, en la cena le aconsejan que recoja sus cosas, se pone enferma y su madre ya está ahí… Para que digan que las series van muy lentas…

Mientras Pía recoge sus cosas, la madre, que perdón por lo que voy a decir, pero parece que se ha metido un porro en vena, porque está constantemente como en los mundos de Yupi, solo está maravillada por la casa. Cuando Valen le dice que Pía está aún débil, a la mama solo le preocupa el que no pueda limpiar y hacer las cosas de la casa… pero mientras mi Valen intenta darle consejos de cómo cuidar a su amor “ se toma un jarabe que odia, pero si una le habla y la distrae se lo toma y ni cuenta se da” awwwww que encantadora… Pero toda princesa tiene cerca a una madrastra o una bruja, me decanto por lo segundo, porque a la mujer solo le preocupa tener que comprarle el remedio, mientras como cual princesa en su caballo blanco, Valen sigue con las indicaciones “nada de café, porque le cae mal al estómago y le da acidez y el jugo de naranja con azúcar, no le gusta lo amargo” si eso no es amor…

Llega el momento de la despedida, y solo está nuestra pelirroja para tan triste momento, bueno y la madre, pero a ella la cuento como media persona, y es que las niñas mal se han agarrado a golpes y cada uno anda a lo suyo, pero me dio mucha pena que nadie despidiera a la reina de la casa. Igual la pareja le estuvo insistiendo a la madre para que se quedara un poco más, pero nada, la mujer se lleva a Pía y como no les da ni un minuto de intimidad, la despedida es muy fría con un abrazo por parte de Valen y un “Pía yo…” y la otra le responde “si ya sé… yo también”. ¿Y eso qué significa?, Pía te voy a echar mucho de menos, Pía quiero matar en este momento a tu madre o Pía te quiero muchísimo pero no te lo puedo decir porque tu madre nos mira desde la puerta, porque le respuesta “si …ya sé, yo también” se aplica a cualquiera de ellas.

Es salir por la puerta y ponerse, la morena, la pelirroja y todas las lesbicanarias a llorar. Y mientras Pía llega a casa, donde empiezan los problemas, porque allí ni hay comida, ni dinero ni una Valentina amorosa. Esta última estalla con todas en la casa. Y les recuerda que su cielo azul, su estrella en la noche, su aire para respirar, en definitiva, el amor de su vida se ha marchado ( igual ella lo dijo con otras palabras más sutiles) pero le parecía fatal y a mi, que nadie la hubiera despedido con un “que te vaya bien”, “que tengas suerte“ o algo semejante… así que les grita todas que lo que más desea es que pase el tiempo y largarse de esa casa, automáticamente termina en la cama de Pía llorando…

Y así van pasando los días, con una pelirroja extrañando terriblemente a su… no se definirlo exactamente, así que diré, al futuro amor de su vida, y mientras nuestra Pía, consigue un trabajo en una hamburguesería. Aquí hago un paréntesis para decir dos cosas: La primera es alabar su capacidad en el trabajo, porque a la nena se le da genial y la segunda, ¿se han fijado lo guapa y sexy que está Pía con ese uniforme?

El jefe la ve tan capacitada, que le encarga enseñar a los nuevos empleados, que ni más ni menos que son el trío calavera. Bueno y ahí empieza una guerra entre el ex de Valen y nuestra guapa morena. Axl aun esperanzado en que Valen está confundida y solo es cuestión de tiempo, comentario que hace reír a Pía, que sabe perfectamente que nuestra Valen está caminando con ella de la mano por nuestra acerita soleada. Y entre discusión y discusión lo que nos faltaba para tener el circo completo, aparece Ana con una amiga y se sientan en una mesa.

A Pía le resulta muy complicado escuchar la conversación cuando tienes al lado un moscón revoloteando, porque eso es lo que es Axl. Al final, Ana termina yéndose y a Pía quedándole la duda el por qué está ahí cuando tendría que estar en la otra punta del país. Por suerte para la morena, el trío es despedido ese mismo día y todo esto mientras vemos a una Valen que no supera la partida de Pía.

Pero el cielo lesbicanario se apiada de nosotras y Pía, se presenta en casa de Maca para recoger unas cosas que se dejó (excusas, claras excusas) y Teo que es muy espabiladita, le responde que lo que se le olvido fue” una Valentina”, dejando a nuestra Pía sin saber que decir, y si como de un imán se tratara aparece nuestra pelirroja escaleras abajo y le vemos la primera sonrisa desde que se fue Pía y como no podía ser de otra forma, abrazo enorme, seguido de un apasionado beso, huyy no, perdón, esto último… no. Valen empieza a preguntarle qué tal le va todo, pero la otra, que no es nada sutil lo primero que le pregunta es por Ana, cosa que deja extrañada a la pelirroja.

Más tarde, se ven a las dos, super dulces en la cama, Pía tocándole el pelo a Valen mientras esta la pone al día de todo lo de la casa, pero cuando repartieron las cositas, a Pía de sutileza no le dieron nada, porque de nuevo arranca con el mismo tema, sacándole información sobre Ana, aunque no le dice la razón de sus preguntas. Menos mal que Valen cambia de tema y la morena le cuenta todos los problemas que tiene en casa… hasta que en un cajón encuentra a su tortuguita, ese peluche que a todas nos gustaría ser porque duerme abrazadita a él.

Pía: Es difícil estar fuera de acá.
Valen: Siempre te puede quedar algo en esta casa.
Pía: Todavía me quedas tu… mi valen.

Después de inmortalizar ese momento junto con el de la despedida, porque, si, nuestra morena se tiene que marchar a trabajar. La vida sigue por desgracia dentro de la casa y Valen se encarga de ayudar a Adela en unos asuntitos, mientras en su trabajo Pía se vuelve a encontrar a Ana, pero esta vez sí que la enfrenta. Amo las indirectas tan directas de Pía. Ya que mientras que Ana trata de hace como la que no entiende la cosa, la morena le responde que como puede ser que ni avise a Valen de que esta en la ciudad y aunque la otra le dice que solo va a estar ahí unos días, Pía no la cree y encima Ana que empieza a exigir diciéndole que por ningún motivo se lo puede contar a Valentina.

Mientras, nuestra pelirroja ajena a todo, aprovecha un descuido de Teo y se conecta a internet, lo primero que hace es mandarle un mensaje a Ana, cosa que no me hizo ni pizca de gracia, pero todo se arreglo al ver su cara cuando vio una foto de Pía… esa sonrisa nerviosa, ese embobamiento por minutos con la foto, son síntomas de estar enamorada. Mientras en otro extremo de la ciudad, tenemos a dos hombres que increpan a Pía en el trabajo, que les voy a contar, yo que también he sido camarera, hay gente muy pesada por el mundo, el caso, que ella, harta de los comentarios y demás, no tiene otra cosa que gritarles y llenarles con Kétchup la ropa, lo que ocasiona el despido inmediato… pobre Pía.

En la casa de Maca se preparan para recibir a otra casa, la de Petra, la verdad que cuando llegan, esas niñas dan miedito, todas iguales con uniformes y por como hablan, al unísono parece que llevaran pilas incorporadas, parecen máquinas. Pero no todo es lo que parece, y es que debajo de tanto, bordado, de tanta educación y demás hay una caja de pastillas que le hace tomar esta mujer a todas, para que estén calmaditas, la cosa se descubre y la mujer queda denunciada y las chicas vuelven con sus padres hasta que le asignen nuevo lugar, y todo esto, gracias a nuestras niñas mal, que destapan todo el tinglado.

Mientras, en casa para Pía las cosas están fatal, su madre que se comporta como si fuera su amiga y derrochando el poco dinero que tienen y demás problemas hace que tenga, para suerte de nosotras… pesadillas. solo diré “A mí las pesadillas de Pía” , y es que la nena sueña que está bailando para hombres, bueno, en un principio son Valen y Ana caracterizadas como tal y después otros hombres que la empiezan a manosear, es una situación bastante incómoda para ella, pero que quieren que les diga, soy débil, cuando veo a Pía en ropa interior, en esa barra, con ese peinado, tan guapa…en resumen, hermosa!!!! Que me vuelvo egoísta y espero que no despierte en un largo rato, pero la vida es cruel y la pesadilla llega a su fin. Podría ponerles 100 capturas del momento, pero solo les pondré algunas que tampoco es plan de parecer obsesiva, al menos, no delante vuestra.

Mientras en casa de Maca, ésta decide darles la noche libre, por lo que hicieron. Así que todas se empiezan a preparar, cosa graciosa porque como que a Valen le sale el hombrecito que lleva dentro, es muy gracioso ver como se arregla. El caso, que donde va esta chica, ¿lo dudan? Pues se presenta en casa de su amor, que la recibe con un fuerte abrazo. Un vez en casa, empiezan a hablar el trabajo de Pía, hasta que llega un momento en que la morena le suelta, así como es ella, de golpe, que vio a Ana, y le dijo que no contará nada. Entonces Valen responde “’¿mi Ana?, a lo que la otra a su pesar le responde “si… tu Ana”

Ufffff, cuanta tensión en el ambiente, no sé cómo acabará la cosa, pero Ana no traerá nada bueno para la pareja, ¿no creen? Un ejemplo es que es la semi culpable de la primera pelea de las chicas, pero eso, ya se lo contaré la próxima semana. Cuídense mucho y no vean demasiadas veces el video de Pía en la barra que puede ser perjudicial para la salud, le lo advierte una perjudicada sin remedio.