Y ya llegamos al 9 y va quedando nada para el final de la historia…así que mejor nos dedicamos a desmenuzar con que nos han sorprendido las chicas de Plan V.

Si la memoria no les falla, y sino aquí estoy yo para recordarlo, Mara y Pato viajaron a Montevideo al festival para ver si “Aquamara” resulta ganadora, pero claro, eso implica viaje juntas…habitación juntas, y determinadas situaciones que se puedan dar estando solas y por sobre todas las cosas, lejos de Mora y de Daisy (aunque de momento parece que Pato es una free woman porque Daisy al enterarse del viaje la dejó).

De hecho, estando solas Pato aprovecha para decirle a Mara que está arrepentida de todo lo que pasó, que si pudiera volver el tiempo atrás haría las cosas diferentes. En fin…habrá que creerle, igualmente Mara, pese a que se conmueve un poco con el lloriqueo de Pato, le dice que las cosas hechas están, y que ella ahora se va a casar con Mora. Flechazo directo al corazón de la arrepentida. Mara 1 – Pato 0.

Brevemente podemos observar a Laura arrastrando lo que queda de su dignidad intentando que Ana aunque sea la escuche, pero Ana es terca, orgullosa o como queramos llamarlo pero ni siquiera le da la chance de explicar nada.

Mientras tanto Flor está en su terapia, o en fin de su terapia, porque obviamente si le partís la boca de un beso a tu terapeuta, la cosa tiene que ir terminando, por eso están charlando sobre derivarla a otro profesional “varón”….hasta donde yo recuerdo de la primera temporada, Flor era un personaje bisexual (también es cierto que a diferencia de todas las series donde usualmente la chica bi pareciera que sólo se acuesta con hombres, en este caso sólo recuerdo haberla visto con chicas), con lo cual no sé porque no podría enamorarse de un hombre.

Volviendo al almita en pena (Laura) se encuentra en su trabajo escribiéndole un mail a Ana donde le explica todo lo que pasó, su miedo a decir que es lesbiana, no animarse a decirle que no a la proposición de su jefe, celos por Débora, inseguridad por ver a la trepadora ex de tu novia merodeando…y finalmente le dice que si es necesario, piensa decirle a todo el mundo que es lesbiana. Así, bien drástico, desde la total oscuridad del armario a la luz global sin escalas. Tal es así, que la primera persona que se aparece es su jefe y es el primero en escuchar de boca de Laura “soy lesbiana”…por supuesto así fuera de contexto y demás, pero en fin, que en estos temas a veces mejor que todo sea fuera de contexto a que no sea nunca.

Pero mientras algunos salen, otros permanecen adentro, como es el caso de Ramiro, el novio de Darío, que encima no han tenido mejor idea que inventar que Flor es su novia para que el padre no sospeche. ¿Piensan salir siempre con Flor? Que incomodidad, pero bueno, es lo que tiene el armario.

Como ya estaba extrañando un poco de maldad en dosis generosas, aparece en escena la cuñadita del opus, que como es mala, mala, bien mala, se dedica a borrarle los mails a Ana, entre ellos, obvio el de Laura. Así que con el delete se fueron las palabras de amor de Laurita. Mientras está divertidísima haciendo esto, la ve Consuelo (la mucama) y le dice que no entiende porque no deja que esas chicas se quieran, y le explica que del lugar donde viene ella, hay mucha gente que practica magia negra, así que sabe perfectamente lo que está haciendo. No quiero saber donde vive Consuelo ni con que gente se relaciona.

Y como Laura decidió salir del armario le falta el gran paso, decírselo a sus padres. Lamentablemente para Laura las cosas no son como ella esperaba (bueno, como casi nadie espera), sus padres en 2 o 3 minutos aprovechan para hacer gala de toda su ignorancia y prejuicio.

Los homosexuales se mueren todos de sida, no van a tener nietos, la gente los va a tratar mal por la calle…además no entienden porque se los dice, hubieran preferido que se lo guardara como un secreto y que no lo supiera nadie (especialmente ellos claro). Le advierten que el camino que acaba de “elegir” es muy peligroso, oscuro…y que ellos sólo se preocupan por su futuro. En fin, con gente preocupada así no llegamos a ningún lado.

¿Y donde está Ana? Está en la cama de Débora, pero no…no piensen eso pervertidas, están ahí echadas mientras Ana se encuentra pensativa. Débora le pregunta si tiene ganas de irse a su casa, porque si va a estar con la cara que está sería mejor que se fuera….y a esa muestra de honestidad, otra respuesta honesta…Ana le dice que se separó de Laura, que no está bien del todo, que estuvo enamorada de Laura….que está enamorada de Laura. Eso es lo ideal para decir en la cama de cualquiera, comentar que estás enamorada de otra.

Salgamos de este drama torteril que viene medio denso ya, y volvamos a Mara-Pato que andan festivaleando y “Oh, si…ganaron el premio” ¡Albricias!. Pato sube al escenario a recibir el premio, muy emocionada y se lo dedica a Mara obviamente.

Luego solas en la habitación, Mara intenta rememorar viejas épocas con Pato, pero Pato comete el error de decirle que no puede casarse con Mora porque es una mitómana. Mara como era obvio lo primero que piensa es que Pato le dice todo eso porque está celosa, y Pato le reconoce que celosa está, pero que eso no quita que lo que le está contando de Mora es cierto. Mara prefiere no creerle nada y se va ofendida.

Laurita, que ya dejo a sus retrógrados padres, en otro de sus intentos por llamar la atención de Ana, le escribe un graffiti:

Pero la diosa fortuna no está de su lado porque cuando Ana llega a ver el graffiti justo la llama la psico ex y se va. Laura se queda triste obviamente y nosotras con mil interrogantes.

¿Ana perdonará finalmente a Laura? ¿Pato logrará desenmascarar a Mora? ¿Ramiro saldrá del armario? ¿Flor logrará tener una relación más seria con alguien?

No quedan muchos episodios para que se termine así que supongo algunas respuestas vamos a tener.

¡Hasta la próxima!