Escrito por: Caro

«Escribo desde el sur de España, más concretamente desde Sevilla, tengo 25 años. Soy una soñadora pero vivo despierta, un parte de mi mente vive aquí y la otra en lugares más lejanos y aunque mis ojos ven lo cercano, también, en ocasiones, ven más allá de las estrellas.»

Muy buenas una semana más!! Lo último que decidimos junto con las chicas es tomarnos con calma todo y es que a veces, las prisas no son nada buenas aunque tampoco hay que ir a pasitos de tortuga. Una cosa normal, ir poco a poco, conociéndose pero sin dormimos, que en el proceso luego llega una lagartona y zassss. Y en esos momentos están cuando llega Rebecca al “No Limits”, como siempre se queda como algunos segundos embobada con la camarera y arrepentida de estar ahí (ainss los miedos…) se dispone a marcharse, pero es tarde porque la camarera ya la visualizó y la saluda con esa sonrisa tan linda que tiene.

Me encanta cuando la morena con los nervios siempre empieza a tartamudear y se bloquea, se ve tannnn dulce. Mi camarera que es muy lista le pregunta porque está tan nerviosa y labios carnosos le responde que no tiene que ver con nada de ellas, que es por temas familiares, por lo visto su familia es una autentica telenovela, siempre pasando cositas. Por lo que Miriam como buena futura algo, le propone pasar el día siguiente juntas, por eso de conocerse e ir despacio y demás, pero la cara de Rebecca tiene el miedo escrito en la cara.

O sea chica, después de todo lo que formaste en el cumpleaños de Rebecca, que terminasteis en la mesa de la cocina, no me pongas esas caritas. El caso es que escurre el bulto diciéndole que tiene mucho trabajo. Vemos la cara de decepción de la camarera que antes de que la condesita se marche le suelta un “Una pena, pero si puedes deshacerte de la costura, mi oferta sigue en pie. Piénsalo” Vamos, da ese pasito hacia adelante, eso es ir poco a poco labios carnosos.

Llega el día siguiente y vemos a todos los amigos desayunando en casa de Olli y Christian y si fueran pocos suena el timbre y aparece la guapa de Rebecca, que se ha auto invitado a desayunar. Miriam la recibe muy contenta porque eso quiere decir que está libre y pueden hacer algo, pero la cara de Rebecca, es de sorpresa, no tengo muy claro que se quisiera encontrar allí a su camarera, igual eso tiene un nombre, se llama destino.

El desayuno continua y bueno, Constantine está deprimido por cosas del amor, aunque él lo niega en todo momento y nuestra rubia dice que solo hay algo que se puede hacer, y a pesar que la condesita piensa que es “toneladas de helado y películas para llorar” a ver, con esas cosas lo que haces es hundirte en la miseria más aún, prefiero lo que sugiere Miriam “distracción” así que la sugerencia es ir a jugar al billar, yo hubiera dicho lo mismo, me encanta el billar…

Y bueno hacia una sala para jugar al billar nos trasladamos. Primero vemos a los hombres, como siempre, haciéndose los gallitos por quien juega mejor (perdón si me está leyendo alguno) y después nuestra Miriam se va a la mesa de billar en la que está Rebecca, que como condesita me parece que poco sabe de ese apasionante mundo, pero igual lo intenta, solo piensa que tardará como 100 o 200 años en cogerle el truco. Pero ni mucho menos tiene que esperar a ello, porque tiene a la profesora ideal. A ver, Miriam es inteligente, guapa, camarera, simpática y sabe jugar al billar, que más se le puede pedir a la vida.

Así que le sugiere una clase práctica en ese momento. Le coge el taco y la rodea por la cintura, testifico que todo de la manera más profesional. Pero la morena se pone nerviosa y la aparta. Por lo que la otra, solo decide mostrárselo a distancia, pero entonces, Rebecca que es como una niña, le dice que le encantaría que se enseñara de “primera mano” por lo que la rubia vuelve a rodear a la mini condesa para ello. Ainnss cuanta necesidad de un mínimo contacto físico.

Y todo es perfecto, labios carnosos le ha cogido el tranquillo a jugar y así se lo demuestra a su más-que-amiga-menos-que-novia. La camarera se emociona y al ver lo bien que evoluciona su amiga en el juego, en un arrebato le da un beso en la mejilla, pero la reacción de Rebecca es exagerada, ya que le reclama que está haciendo, dejando a la rubia sin saber bien que decir…

Optan por la distancia, Miriam se pone a jugar la billar con Constantine, los dos profesionales en la materia. Y aunque la condesa junior intenta acercarse se nota la lejanía de la camarera que no se ha tomado nada bien el reclamo de antes, fue sin motivo.

En un momento dado, Rebecca encuentra el momento para hablar con una Miriam distante y a pesar que le pide perdón y le propone volver a aprender a coger el taco, la profesional le dice que mejor lo hace ella misma, que no querría ofenderla en ningún momento. Admitámoslo: Tú te lo buscaste Becky…

Así que Miriam se pone en modo sexy jugando contra Constantine al que consigue ganarle y cuando felicita a sus amigos, se pasa por alto a Rebecca… Ainss ya empiezo a sufrir…Así que de nuevo intenta arreglar las cosas con ella.

Rebecca: Ok, Reaccione exageradamente. Lo siento. Esto que hay entre nosotras…ya sabes, no sé cómo manejarlo. Porque no estoy segura, pero no quería hacerte daño y eso es porque… Ok, por favor, ¿podrías dejar de ignorarme?
Miriam: ¿Qué es lo que quieres? Cuando me acerco te pones insoportable y cuando tomo distancia te molestas.

Entonces nuestra morena le die que ella se molestó primero porque no dejó que la besara enfrente de todos, pero la otra se defiende contestándole que era un pequeño beso en la mejilla, no es que se hubiera querido liar con ella encima de la mesa de billar (ojala, pero no se dio…) pero todo es interrumpido por Constantine y nuestra condesa opta por irse.

¿Y a dónde va? Al casi único lugar donde pueden entenderla. Va a casa de Olli y Christian. Le empieza a contar a este último todo lo que ha pasado con Miriam y de que por tonta ha perdido toda esperanza con ella, pero el otro no pilla lo que está diciendo, hasta que le dice “he perdido toda oportunidad de tener algo con ella” su amigo, se queda a cuadrados, muy graciosa su cara de sorpresa en ese momento y suelta un “no puede ser”.

Mientras nuestra camarera sigue jugando, pero ya sin ganas, por lo que cuando le gana a su contrincante dice de marcharse y afirma que no está bien desde que discutió con Rebecca y de nada sirven los ánimos ya que al final, termina marchándose.

La conversación sigue entre Christian y la morena. Que le dice que no tiene suerte en el amor, pero su amigo le responde que solo está asustada, por tener esos sentimientos que no le son familiares, pero a la chica le cuesta entenderlo y además piensa que ya es demasiado tarde en pensar en algo más. Luego su amigo le pide que si puede cuidar a Lily mientras hace unos recados. En lo que se encuentra a Miriam, muy seria, porque al igual que su amada, piensa que se ha estropeado todo antes que llegue a empezar, pero él, amigo de ambas les hace una encerrona, ya que le pide a la camarera que vaya a su casa a llevarle algo a Olli, sin decirle pues, que la que se encuentra allí es la condesa junior.

Mientras ésta, se encuentra hablando a Lily (el bebe de la pareja) lo afortunada que es ser pequeña sin ningún problema a su alrededor. Yo me hallo anotando todo hasta que llaman a la puerta y para sorpresa de ambas se encuentran cara a cara. Poco tardan en deducir la encerrona que le ha hecho su amigo. Las chicas se piden perdón por todo lo que pasó unas horas atrás y se alegran de que las haya engañado porque habrían tardado mucho más en dirigirse la palabra.

Y como buenas amigas de nuevo, juegan con la pequeña, en el que se echan miraditas y sonrisitas nerviosas, ya saben, eso que hacemos cuando estamos con la persona que nos gusta. Llega un momento que en una fascinante explicación sobre Santa Claus nuestra labios carnosos se llena la cara de pintura, cosa que hace reír a Miriam, que a los segundos, su amada, le pinta su cara a pesar de las suplicas. Entonces se levantan y empiezan a forcejear, desde el cariño y claro, tanto contacto hace que las dos terminen muy agarraditas mirándose a los ojos, pero como es una serie, fue el final de esa escena para mi pena.

Lo siguiente que vemos es a la morena salir del cuarto, acaba de quedarse dormida la pequeña, que a mí me encantan los niños, pero hay momentos en los que se tienen que dormir antes. Pero de nada sirve porque nuestra camarera tiene que entrar a su turno y aunque la condesa junior le pregunta si no tiene más remedio, para nuestra depresión crónica, la otra le contesta que sí. Igual las diosas lesbicanarias se apiadan de nosotras y cuando se va a marchar, Rebecca le cierra la puerta con un sexy “Al carajo el turno” y empieza a besarla, la otra, responde a sus besos y ambas terminan en el sofá en lo que puede llamarse la primera vez de ambas (con chicas).

Y así termina el capítulo, que pasará después del momento pos coito?!?! Pues la semana que vienen lo sabrán, hasta la próxima.

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