Y cómo dirían al inicio de Los Autos Locos “¡y aquí están de nuevo! El más osado grupo de pequeñas mentirosas…” ¿Preparadas? Pues ahí están nuestras pequeñas niñas en la comisaría respondiendo al tercer grado. ¡Ay! Pero como no podía ser de otra manera según las chicas van respondiendo la cosa pinta fea para Spencer ¿por qué los polis de las series son siempre así? Las chicas al salir del interrogatorio hablan de las preguntas y de que ninguna dijo que Ian y Spencer se habían besado. Hablan sobre la verdad y la mentira, esos dos conceptos tan equívocos a veces y tan absolutos otras.

En la comisaría las chicas se reencuentran con un antiguo vecino de Emily que ahora es policía y al que el inspector hace entender que debe descubrir si las chicas mienten.

Al día siguiente los padres de Spencer (¿por qué nunca salen? Estas niñas a veces parecen huérfanas) le dan una charlita sobre que quizá no haya superado bien la pérdida de Alison. Y que creen que “necesita ayuda”. Aquí debo decir algo, no sé porque se mantiene la idea de que ir a un psicólogo o buscar ayuda profesional es negativo, porque no lo es, señoritas. Pero la cosa es que la familia de Spencer trasmite esa idea absurda. Los papás parece que la tratan como si estuviera obsesionada o algo así. Ian la trata con condescendencia y Melissa… bueno, Melissa no es nada empática.

Nuestra Emily coincide en el vestuario con Paige y le recuerda que le ha dejado un par de mensajes a los que no ha respondido. Paige no quiere hablar del beso, quiere hacer cómo que no ha pasado nada.

Spencer acompaña a Toby a un motel para que pueda huir de Jenna un par de días, justo los que sus padres están fuera de la ciudad. Parece ser que Jenna sospecha que Toby cogió su móvil. Toby le asegura a Spencer que va a ayudarla a averiguar si Jenna tiene que ver algo en eso de involucrar a Spencer. Justo antes de irse Spencer oye sonar una flauta y suena detrás de la puerta 214 (el número escrito en Braille ¿recordáis?).

En la casita de Hanna esta intenta lidiar con que su madre no entienda que siga “viendo” a Caleb. Pobre, no sabe que en realidad los tres viven bajo el mismo techo.

Ya en el instituto, Aria descubre que Mr. Fitz y Jenna están hablando, y un sms de A- solo hace aumentar sus celos. Jenna va a presentar un relato a un certamen y Mr. Fitz cree que tiene posibilidades de ganar.

Emily se encuentra en su taquilla una nota de Paige citándola ese mismo día en un bar ¿qué querrá exactamente Paige? Hanna y Spencer le explican que Spencer cree que Jenna tiene una habitación en el motel y que deben entrar para averiguar algo más. Por cierto que me encanta la frase de “creo que deberíamos dejar de jugar a ser Ángeles de Charlie”. Pero Spencer está en modo obsesivo y para a Garret (el policía jovencito que tiene la misión de sonsacar información a las chicas) con la intención de justificar su teoría sobre Ian. Así que decide irse con Toby al motel para ver si averigua algo. En la habitación 214 encuentran las gafas de sol de Jenna y la bolsa misteriosa… que está vacía.

Y mientras Hanna descubre que su mamá ha encontrado las cosas de Caleb en el sótano nuestra Emily llega al bar donde la ha citado Paige. Esta escena me encanta, porque ¿quién no ha vivido ese momento en que la persona que te gusta acaba tus frases? O mejor aún ¿quién no recuerda eso de empezar a hablar a la vez que la chica que te gusta? Ese inicio de todo, el momento de ¿podrá pasar algo con ella? Paige se sincera, le confiesa que cuando la vio con Maya sintió que era como ella y que sí, que es la primera chica a la que besa ¿quién no recuerda su primer beso? Aquí he de confesar que no me queda nada claro si cuando Emily habla de Maya lo hace en pasado (como algo acabado o no).

Parece que la noche en Rosewood tiene intención de volverse romántica, señoritas. Me encanta cuando las pequeñas mentirosas se vuelven pequeñas besuconas. A la hora de la cena Aria ha preparado todo para cuando llegue Ezra pero parece que al profesor no se le va de la cabeza el relato de Jenna, lo cual inquieta bastante a Aria. En algún lugar del bosque Caleb está sorprendido por la doble o triple personalidad de Hanna. La reina de los tacones altos es ahora ¡Dora la exploradora! Y este guiño es el que precede a que estos dos decidan abrirse un poco más. Ambos terminan confesando cosas que les han marcado. A su vez Spencer y Toby están dándose calla jugando al Scrabble, parece que a Spencer no le gusta perder. Me encanta la complicidad que tienen estos dos. Esta noche acabarán compartiendo cama y pijama.

Por otro lado Paige ha decidido que la mejor manera de mejorar la noche es el karaoke, mejor no pregunten ladies, porque no sé muy bien cómo hemos llegado a este punto, pero al menos destroza la canción de Pink con gracia ¿no? Incluso consigue que Emily se el una, esta última con mucha menos gracia. ¿No os parece encantadora Paige en esta escena? Cómo mucho más suelta y fluida, no tan encorsetada como en otros capítulos. Y para estás dos la noche acaba con una canción de Pink de fondo y un beso de despedida fuera ya del bar. ¿No os parece que entre estas dos hay química?

Y la noche acaba con cada una de las chicas acompañada: Emily con Paige, Hanna con Caleb, Spencer con Toby…

A la mañana siguiente mientras Emily habla con Aria recibe un sms de Paige invitándola a ir juntas de picnic ¡qué romántico! Podríamos pensar, pero quizá Emily no piense igual porque cree que Paige se está escondiendo, escondiendo quién es. Así que mientras disfrutan del picnic (me encanta la manta de cuadros, la cesta de mimbre, las frutas y la música ¿por qué nadie me lleva a mí de picnic?). Y aunque Emily lo entiende no quiere empezar nada así. La frase “no puedo arriesgarme a que me vean contigo” ha dolido… No quiere volver a sentirse mal por quién es. Así que aunque a Emily le gusta Paige cree que solo pueden ser amigas.

Spencer se despierta abrazada a Toby (alguien debería recordarle a esta niñita que disfrute un poquito de las cosas y se deje llevar) cuando se oyen ruidos en la habitación 214. Ambos salen para descubrir que la música que suena es de una grabación y que A- ha dejado un mensaje en la bolsa de papel llena de hielo: “Te estás enfriando”. Toby reconoce que aunque no descubrieron nada fue divertido darle una paliza al Scrabble (reconozcámoslo, señoritas, que nos den un poco de caña nos da vidilla) y le planta un beso. Por otro lado Aria cree que debe ser sincera con Ezra y contarle lo que pasó aquella noche en el garaje con Jenna. Pero tiene miedo de que todo cambie. Y la mamá de Hanna ha entendido que no puede obligar a su hija para que deje de ver a Caleb. ¡Ay Caleb, Caleb! Que tu también escondes algo ¿nadie en esta serie viene de frente?

Como en cada capítulo las cosas se complican al final, esta vez para Spencer que está metida en problemitas. La policía sabe que ha mentido y que se estaba viendo con Ian a escondidas el verano que Alison murió. La policía está en su casa esperándola. Las otras chicas intentan averiguar qué está pasando pero solo reciben un sms de A-.

Sabemos que alguien las está vigilando a todas. Ese alguien que come palomitas con guantes de cuero… ¿Qué creéis que pasará entre Emily y Paige? ¿Pensáis que Emily y Maya han acabado? ¿Será Paige capaz de aceptar quién es? ¿Y por tanto dar los pasos para no esconderse?