Bienvenid@s nuevamente a lo que parece ser ya la recta final de nuestras Darlet y de Infidels en su conjunto.

El capítulo de hoy, si tuviera que darle un nombre sería algo así como: De Rusia con amor….

Como no podía ser de otra manera, nuestro episodio comienza con Arlet comiendo, entretenida se encuentra en tan placentera función cuando comienza a sonar un móvil. Arlet quien no puede dejar de hacer lo que está haciendo, llama en un tonito agudo adorable, es decir a grito pelado a su ahora cónyuge para que atienda. La susodicha al parecer no llega, está ocupada o vaya una a saber que le sucede, entonces atiende Arlet. Al parecer le hablan de un viaje a Rusia, y como es lógico le dice que están equivocados…pero ahí es donde aparece rauda nuestra Dani a decirle que no, que no, que le pase la llamada a ella. Por los gestos de algarabía de la niña, parece que son buenas noticias. Arlet no entiende porque tanto festejo, pero finalmente termina la llamada y luego del festejo de su mujer, nos enteramos que se ha ganado un viaje a Moscú, de 4 días con todos los gastos pagos.

Arlet se pone contenta pero no entiende como es que Dani se ganó un viaje, entonces ahí ella le explica que estuvo juntando las etiquetas de un paté y al parecer ha tenido suerte. Arlet primero se sorprende porque ella estaba convencida que todos esos concursos eran un tongo, pero no, al parecer no. Dani le muestra todas las latas que estuvo comprando para los distintos concursos, para un viaje, para un sueldo de 2000 euros toda la vida y no sé cuantas cosas más. Están provistas de latas como para cualquier desgracia que pueda sucederles, o bueno, no sé, al ritmo de alimentación que lleva Arlet lo mismo se lo finiquitan rápido.

Mientras tanto, en el bar, podemos ver a Paula y a Toni hablando de presupuestos de cosas que hay que hacer. Paula le dice que ya está cansada de todo eso, que tener un bar la aburre. Toni le dice que el problema es que ella esperaba divertirse y se trata de un trabajo. Paula le dice que está manteniendo eso por él y por Dani, pero que lo único que le interesa es deshacerse de ese bar y terminar su novela. Paula le dice que su idea es traspasarle el bar a otra persona, pero que no se preocupe, que no es algo que se vaya a hacer tan rápido, que no sobran los pretendientes. Cuando llega Dani saltando feliz por lo de su viaje a Moscú, Paula le da la mala noticia.

Dejando de lado estos pormenores laborales, nuestras chicas se preparan para el viaje a Moscú. Se están probando ropa para la nieve cuando les llega el itinerario, que visitar la plaza roja, que visitar el Bolshoi, que hoteles 4 estrellas (esto es lo que más la emociona a Dani), etcétera. Dani considera que será un gran viaje, que van a poder hacer cosas que luego ya no podrán hacer más. No sé, me parece que estás dos creen que tener un hijo es confinarse a vivir en una cueva por el resto de los siglos, un poquitín exageradas. De hecho, Dani comenta que una vez que nazca el niño ya no podrán salir a cenar, ni a bailar, ni nada. ¿Ven? ¡Pero que es un bebé nada más, no dos pares de grilletes! Dani en un arresto de romanticismo fílmico le dice: No te preocupes, siempre tendremos Moscú.

Más adelante, toda la acción se traslada hacia Cruz, quien tiene la desgracia de estar con el que parece era el amor de su vida, haciendo el amor en un hotel, con tanta suerte para la desgracia que el buen hombre se le queda seco ahí, en pleno lecho. Obviamente lo primero que hace es llamar a sus amigas, y en la habitación se presentan, Paula, Joana y Arlet.

La lógica indicaría que deberían llamar un médico, un profesional que certifique que este hombre ha muerto o algo, pero no, les da por la aventura y no tienen mejor idea que vestir al difunto y querer sacarlo del hotel para depositarlo en su coche. Sí, sí, les juro que no lo estoy inventando, que hicieron eso.

Comienzan a andar con el peso muerto del muerto por los pasillos, cuando Cruz recupera la cordura y les dice que no le parece lo que están haciendo, que Esteban no se merecía algo semejante. Entonces vuelven a la habitación y llaman a un médico diciendo que una persona está un poco indispuesta…se inventan una serie de síntomas y obvian la más importante, que la persona hace rato no respira, pero bueno, un detalle.

Mientras tanto, Arlet comienza a sentirse mareada, entonces que mejor que recostarse un poco al lado del buen hombre, total ya sabemos que no la va a patear ni le va a disputar la sabana.

Finalmente llega la doctora quien al ver dos personas en la cama pregunta cual es el enfermo. Paula se apura a despertarla a Arlet y dejan a la profesional de la salud que haga su trabajo. Por supuesto, como no es un caso complicado como para ir a llevárselo al Dr. House, enseguida concluye que el paciente ya pasó a mejor vida. Todas actúan una sorpresa y consternación envidiables. La doctora que no termina de creer toda esa escena comienza a hacerles preguntas, porque es todo como bastante surrealistas, y finalmente termina pidiéndoles que se pongan de acuerdo con lo que dicen porque lo tiene que hacer constar en su informe. Cruz, la única cuerda pese a la tristeza, termina explicando la verdad de lo sucedido.

Al otro día, nuestra Arlet está en cama con fiebre, parece que el stress de llevar un muerto por los pasillos de un hotel le bajó las defensas. Nuestra enferma tiene 39.5 y como es lógico, siente que se muere. Dani como la santa que ya sabemos que es, y porque además es lo que cualquiera de nosotras haríamos por nuestra mujer, se ocupa de todo, llama al médico, llama a la escuela para avisar que no va a ir a trabajar, le prepara té, etc.

Más adelante, aparece por la casa de las chicas, Toni. Arlet se ve que ya no tiene tanta temperatura como antes, porque tiene fuerzas para ir a abrir la puerta. Toni le pregunta si necesita algo, pero al parecer Dani ya le dejó todo listo incluida la comida, entonces Toni le ofrece lo único que puede, compañía. Dani le agradece y le dice que en realidad las dos están agradecidas con él. Toni le dice que no tiene que agradecer nada, que él ya entendió cual es su papel, es decir, que no tiene ninguno, y que está muy bien así.

Arlet le pregunta sino tiene ganas de ir a Moscú, y él le pregunta que si acaso el viaje no era para dos. Ella le dice que sí, que se va a tener que buscar acompañante, porque ellas no van a poder ir. Así que tanto juntas etiquetas de paté, y el viaje se lo llevó Toni….pero bueno, al menos se le ha pasado el rollo del embarazo psicológico y el ataque de paternidad que tenía.

Si se preguntan que pasó con el bar, y sino se lo preguntan no importa porque yo se los voy a contar igual, finalmente Paula logró traspasarlo, pero no a un desconocido, sino a su hermana Mariona, que vendría a ser su versión responsable de la vida. Así que con nueva dueña, nueva cocinera (Paula), Toni y Dani, habrá que ver que tal les va de ahora en más.

Para terminar, nuestras chicas no fueron a Moscú pero igualmente quisieron tener fotos como si lo hubieran hecho, así que con posters, nieve artificial y vestidas como si estuvieran a 40 grados bajo cero, se dedican a hacerse fotos para mostrarle el día de mañana al niño en camino. Es decir, para mostrarles que a sus madres les faltaba un tornillo, pero como van a ser las únicas madres que conozca, supongo no le parecerá tan raro.

Paciencia que el final ya está cerca.

¡Hasta la próxima!