Escrito por: Desiderata

Soy incierta de nacimiento… casi invisible por tímidez, que no afloja ni con el paso de los años. Tengo treintaytantos y escribo a orillas del Tormes. Me gusta encontrar la felicidad en las cosas pequeñas de la vida, cosas que hace que la vida valga la pena. Tengo algunos defectos como lo de ser lectora, serie-adicta y buscadora compulsiva Y cómo diría Juan Gelman “Escribo en el olvido / en cada fuego de la noche / cada rostro de ti.”

Aquí estoy de vuelta de mis vacaciones, dispuesta a contaros las aventuras de Rose en Out with dad. Resulta que estas semanas he estado desconectada del mundo, de internet y de casi todo. Así que estoy encantada con haber vuelto y encontrarme con que la segunda temporada de Out with dad ha empezado. Lo primero es darle las gracias a Natiuxx por subtitular la serie. Esta vez podréis ver los capítulos en la propia página web de la serie.

Para poder activar los subtítulos primero debéis darle al play y cuando comience el vídeo os saldrá la opción de CC donde al pinchar podréis elegir español. Es bastante probable que no veáis todos los idiomas así que os aconsejo que le deis a “ver en pantalla completa”.

Cómo recordaréis dejamos a Rose en el último capítulo ensayando diferentes formas de decirle a su papá que era gay. Después del subidón de decírselo a Kenny, Rose sabía que el siguiente en la lista era su padre. Bien, el primer capítulo de la segunda temporada comienza justo en ese momento. Mientras Rose ensaya y ensaya lo que podría decirle a Nathan este entra por la puerta, dispuesto a hacer la cena (eso sí, algo fácil). De modo que mientras el hombre se pone a cocinar escucha los mensajes en el contestador (¿es que Rose no contesta al teléfono mientras salta en la cama y juega con muñecos?).

La cosa es que uno de los mensajes es de Vanessa que le dice a Rose que siente haberse portado como una perra pero que todo es complicado… Y aquí aparece la “otra Rose” cómo aquel día en el cine, que le dice a Rose que es el momento justo para decirle a su papá todo, para ser sincera y contarle. Y Rose pone cara de “cómo si fuera tan fácil, decirlo como si no tuviera más importancia”. En estás que Nathan le dice que había dos mensajes para ella, uno de Kenny que llamó para decirlo lo increíble que es (Kenny es el increíble eh?) y otro de Vanessa ¿será que la está ignorando? ¿O algo así?

La cena trascurre entre la normalidad de la conversación y lo raro (muy raro) de tener a la “otra Rose” sentada en la mesa presionando para que Rose le suelte todo a su padre. Pero Nathan ya sabéis que lleva tiempo rastreando lo que le pasa a su hija así que, queridas mías ¡ha llegado el momento! Porque Rose se lo suelta tal cual a su padre: Creo que soy gay. Y aquí llega Nathan con su reacción, chicas, porque por más que haya querido prepararse, por más que lo sospechara, el momento ha llegado y ahora le toca estar a la altura, y eso ladies, siempre es difícil.

Así que Nathan empieza a soltar un discurso sobre las supuestas cinco etapas que deben pasar los padres cuando saben que su hijo es gay: primero entrar en shock. Segundo negación, tercero enojo y culpa y cuarto tomando decisiones. Y aquí el papá se pregunta y se responde el solito a todas y cada una de las cuestiones que supone cada etapa… vamos que el solito se marca un monólogo mientras Rose pone cara entre asustada y alucinada, porque resulta que no solo está el tema de las etapas, también está el tema de los posibles caminos que en teoría cada padre debe elegir: dar apoyo, dar apoyo incondicional y bla, bla, bla porque el hombre no calla ni para coger aliento. Todo esto para llegar a la quinta y última etapa: LA ACEPTACIÓN.

Y digo yo, querido padre de Rose, también conocido como Nathan, en vez de soltarle toda esa perorata ¿no hubiera sido mucho más eficaz decirle a Rose que la aceptas y la apoyas en todo? Así, con un abrazo cálido, che! Y sin tanto rodeo. Nathan cree que la primera fase (la del estar en shock) aún persiste pero está seguro de que pasará. Pero Nathan ya en la cama oye cómo Rose habla por teléfono con alguien ¿será con Vanessa?

A la mañana siguiente, ya de camino al instituto, Rose aprovecha para hablar algo más sobre el tema con su padre. Ambos se preguntan si no deberían haber hablado de ello antes ¡ay que majos! Pero si los dos estáis bien con esto ¿no deberíais dejar de darle tantas vueltas? Me encanta esta escena, porque en unos minutos se plantean en el diálogo un montón de temas que a todas nos han pasado por la cabeza alguna vez ¿qué palabra es la que nos hace sentir más cómodas para definirnos: gay, lesbiana, bollera? ¿Por qué esa obsesión con las etiquetas? Porque yo llevo la de tímida como Rose: desde siempre, pero resulta que todo puede ser relativo. Claro que a Nathan aún le esperan más sobresaltos porque cuando Rose le cuenta sus inquietudes con respecto a lo que siente por Vanessa casi hay un accidente de coche.

¡Ay Vanessa, Vanessa! Sufro, chicas, sufro mucho porque entiendo tanto a Vanessa que podría explicarle cada punto a Rose. Y no creo que ninguno de los papeles sea fácil, porque también entiendo a Rose, que cree que Vanessa está en período de negación porque su familia es muy religiosa. Aunque Nathan cree que lo que le pasa es que tiene miedo. Al llegar al instituto Vanessa está en la puerta, Rose quiere hablar con ella pero la verdad es que Vanessa parece que no quiere lo mismo. Y aquí, queridas mías, llega el segundo más doloroso de todo el capítulo.

Porque después de disfrutar del apoyo de Kenny, después de tener el valor de hablar con su papá y saber que tiene su apoyo y su amor, Rose va a saber lo que es el desprecio, pero no el desprecio de cualquiera, si no el de la persona que te gusta, la persona por la que sientes algo. Y ese desprecio, ladies, es el más doloroso de sobrellevar.

¿Os ha gustado el capítulo? ¿Qué os ha parecido la reacción de Vanessa? ¿Qué creéis que debería hacer Rose? Espero ansiosa al segundo capítulo 😉