Escrito por: CindyAparicio

Normalmente me paso la vida escribiéndola en 140 caracteres pero cada cierto tiempo algo extraordinario ocurre que me impulsa a escribir un poco más. Este es uno de esos casos extraordinarios, ¡que emoción que seas testigo!. México es mi patria, el mundo mi hogar y estas líneas mi yo más sincero.”

¿Han escuchado sobre los Rizzoli? No, no me refiero a un sofisticado platillo italiano ni a ninguna mafia siciliana, por lo que he escuchado un Rizzoli es ese amigo/amiga “hétero” que se comporta super gay.

Y precisamente, ya que entramos en materia, la buena nueva de la semana es que por fin, después de una larga y agotadora espera en la cual hemos tenido que conformarnos con inventar historias lésbicas donde no las hay, las maestras de este fino arte también conocido como “subtexto” están de regreso. Dejen pasar, señoritas, aquí vienen de regreso Rizzoli & Isles.

La última vez que les vimos Jane Rizzoli se sacrificó disparándose para detener a un poli corrupto mientras su chica, la Dra. Maura Isles, salvaba la vida de su hermano. No se preocupen, Jane no murió aunque no podemos decir que se lo esté llevando demasiado bien, mientras todos los demás se ponen guapos para asistir a la ceremonia en la que será condecorada con una medalla por su valerosa hazaña nuestra detective está en casa comiendo cereal y en ropa deportiva, vamos como cualquier lesbiana que se respete un sábado por la noche. Maura se presenta en su departamento para hablar sobre sus “partes privadas”, porque ¿De qué otra cosa hablan las héteros sino de sus “partes privadas”? Y estas dos son héteros, ajá.

Homo lesbicus en su hábitad natural

Maura reprocha a Jane por malgastar su dinero en telemarketing y no en Shakespeare ya que, “Si la mente se mantiene ocupada uno se recupera más de prisa” o como lo dirían ellas:

Maura: Mente – Cuerpo
Jane: Me-tete en tus asuntos
Maura: Tú eres mi asunto.

Repitan conmigo: Awww.

Pero todavía hay una ceremonia a la cual asistir y si de algo saben las lesbianas es de ceremonias por lo que Maura, con toda la familiaridad de alguien que ha estado ahí muchas veces, va hasta la habitación de Jane por su traje de policía y le dice que lo harán “Por las buenas o por las malas”. Tan rápido las lesbianas pueden convertir cualquier cosa en sexo… Increíblemente Jane se niega a la propuesta indecorosa alegando que ella “no es ninguna heroína” por lo cual no tiene por qué ir a la ceremonia. Está todo dicho, será “por las malas”. Y en casa de algún piromaníaco alguien prepara una bomba. Lo dicho, un típico sábado por la noche.

Con esa mirada puede tomarme por las malas cuando quiera…

Y vamos con los créditos. Si, apenas. Esta temporada dará mucho de qué hablar.

Resulta que Jane no es la única homenajeada esta noche, la cabo primera Abby Sherman aparentemente rescató a sus compañeros enfrentándose ella sola a un grupo de guerrilleros que acababan de tirarle granadas a su camioneta. Eso suena como una heroína y Jane piensa lo mismo.

Después de su emotivo discurso, Jane se encuentra con Casey, un viejo compañero suyo de la secundaria que voló desde Afganistán para verla pero ella no parece tan impresionada y prefiere averiguar por qué papá Rizzoli no estuvo en la ceremonia, mamá Rizzoli convertida en un mar de llanto anuncia que papá Rizzoli ha solicitado el divorcio y mientras Jane intenta procesar la información Maura se enfrasca en limpiar alguna mancha de su corbata, porque claro esta no es una serie gay y Jane y Maura no son una pareja casada desde hace años.

Ni si quiera tengo que explicarles lo gay que es esta imagen ¿O sí?

Jane regresa con Casey quien resulta ser un viejo amor de preparatoria pero la otra chica homenajeada pronto capta su atención, no puedes evitarlo aunque lo intentes ¿Verdad Jane?, el pobre Casey intenta nuevamente pero esta vez Jane no se molesta en disimular su profunda molestia cuando ve a Maura pasearse del brazo de un hombre que no es ella así que, obviamente, abandona a su propio chico para ir a reclamarle a Maura su elección de pareja porque nadie es igual de bueno que Jane, ¿Ok Maura? Nadie.

Casey galantemente acompaña a Jane a su automóvil y mientras discuten por qué se tardaron tanto en ser novios (Casey dice que es porque Jane le daba miedo, yo pienso que era porque Jane es super gay) el automóvil de Abby Sherman explota con la cabo dentro. Jane está en shock pero Maura, salida de quien sabe dónde, acude en la ayuda de su chica y se hace cargo de la situación.

Frankie lleva a Jane a casa y le pide que se quede ahí lo cual es la señal que Rizzoli necesita para ir a la comisaría a resolver el crimen como sólo ella sabe pero no puede pasar porque no tiene una placa (aparentemente las cicatrices en el abdomen no funcionan como placas pero ¿podemos darle una segunda mirada a ese abdomen por si acaso?).

Si, querido, son reales

Maura y su novio el Dr. presumido llegan a comisaría y él se niega a darle el alta a Rizzoli; quien no puede negarse, sin embargo, es Maura quien accede a permitirle el paso a Jane a la comisaría.

Jane y Maura se enfrascan en otras de sus naturales y nada gays pláticas sobre frustraciones sexuales y antes de que puedan hacer algo más recuerdan que hay un caso por resolver. Jane no puede hacer frente al maltrecho cadáver de Abby y se queja nuevamente de dolor en su herida, Maura le explica que podría deberse a estrés post-traumático pero, por si las moscas, decide tocar a Jane una vez más, sólo por si acaso.

Rizzoli aplica de nueva cuenta su mirada de cachorrillo y logra que Maura le de permiso de subir hasta su viejo escritorio, Korsak y Frost están felices de tenerla de regreso para ayudar. Especulan sobre el caso, y hablan de un posible ataque terrorista. Bla bla bla.

Jane busca ayuda con Casey, su ex, quien es un alto cargo en la milicia y discuten sobre posibles teorías de quien asesinó a Abby. Rizzoli sugiere que el ataque pudiera haber sido una venganza de los propios soldados americanos lo cual ofende grandemente al militar. ¿Y se preguntaban por qué terminaron?

De todas formas Casey y Jane terminan compartiendo una cerveza en el depa de Rizzoli, porque ya saben… Rizzoli NO es gay. Casey le dice a Rizzoli que, excepto por la parte femenina, Abby y ella son iguales. Vamos, que hasta los novios de Jane se dan cuenta que es una butch. Rizzoli es, en palabras del hombre, como un “cangrejo de caparazón suave”, un cangrejo poco femenino. Rayos, los heterosexuales son malísimos para eso de los piropos. Casey y Jane se besan, vale ya lo entendimos no es lesbiana, pasemos a otros asuntos.

Ni si quiera voy a comentar esto…

A la mañana siguiente mamá Rizzoli se encuentra con Jane y Casey en la cama y, aunque ambos estaban vestidos y en ninguna posición comprometedora, mamá Rizzoli está ofendida de encontrar a otra persona ahí que no sea la Dra. Maura Isles. Jane trata de explicar que ella y Casey sólo durmieron. Por supuesto que sólo pasó eso, no era como si Maura le hubiera acompañado. Hablando de nuestra sexy doctora, mamá Rizzoli anuncia que dado que no tiene donde vivir ha aceptado el ofrecimiento de Maura para quedarse en su casa de huéspedes. Creo que está más que claro cuál de los pretendientes de Jane Rizzoli va ganándose a la suegra.

En otra completamente lógica y natural reacción hetero, Jane corre a reprocharle a Maura el hecho de que se haga cargo de mamá Rizzoli pero Maura, conociendo bien a su chica, se da cuenta de que ha tenido sexo, bueno casi, lo importante es que la Dra. Isles nunca hablaba mucho en las fiestas de pijama, si saben a lo que me refiero. Maura y Jane comienzan a hablar sobre pecados y justo cuando están por cometer uno de esos sobre la mesa de la cocina el Dr. Presumido hace su aparición para fastidio de Rizzoli quien prefiere huir antes que compartir la dicha marital con alguien del sexo opuesto. Maura cuestiona el diagnóstico del Dr. Presumido quien le recuerda que él es un renombrado cirujano y ella una simple patóloga. Bye bye Dr. Perdedor.

De regreso en la comisaría Maura anuncia que la bala que estaba alojada en el hombro de Abby no fue disparada por talibanes sino por un arma americana, Casey asegura que el fuego amigo sucede a menudo pero Maura especula que Abby podría haber visto a su atacante; Jane, por supuesto, se pone de su parte y eso es todo para el militar. Bye bye Casey.

Veamos el marcador:

Dr. Presumido 0 – Jane Rizzoli 1
Casey 0 – Dra. Maura Isles 1

Nada mal.

Jane decide investigar por su propia cuenta la teoría de su chica por lo que se pone en contacto con Gary, el ex novio de Abby quien estuvo presente durante el ataque. Al final resulta que Abby se había enamorado de su superior el teniente Foreman y su ex, Gary, había decidido vengarse haciéndolos volar por los aires. Con ayuda de Maura, Rizzoli ata los cabos justo a tiempo para evitar que Gary se inmole con una granada. ¿Autodispararase y enfrentarse contra una granada activa? Eso suena como una verdadera heroína. Maura piensa lo mismo, por cierto ¿sabían que los héroes son considerados desviados sociales?

Entonces tenemos que Jane Rizzoli es un cangrejo poco femenino y desviado social, menos mal que Maura Isles la ama tal y como es.

¡Eso es todo por ahora, nos leemos muy pronto en otra emocionante entrega de Gayzzoli & Isles!