Escrito por: CindyAparicio

Normalmente me paso la vida escribiéndola en 140 caracteres pero cada cierto tiempo algo extraordinario ocurre que me impulsa a escribir un poco más. Este es uno de esos casos extraordinarios, ¡que emoción que seas testigo!. México es mi patria, el mundo mi hogar y estas líneas mi yo más sincero.”

Comenzamos este episodio cumpliendo una de mis múltiples fantasías, Jane Rizzoli y Maura Isles juntas, desnudas y haciendo cosas sucias; tranquilas lesbianas, no tan sucias, en realidad están tomando un relajante baño de lodo, o arcilla. Bueno, relajante para Maura porque Jane no puede dejar de quejarse; yo también me quejaría si estuviera sumergida hasta el cuello en lodo en lugar de estar sumergida hasta el cuello en lodo en la misma tina que la mujer de mis sueños. Maura silencia a Jane y esta no puede creer lo rápido que su chica se está convirtiendo en su madre. Oh, el matrimonio.

Lesbianas y lodo, todo un clásico

La dicha marital es pronto interrumpida por un cazador que transporta a una mujer en brazos, a quien acaba de rescatar de las manos de su asesino. Maura y Jane corren a ayudar pero es demasiado tarde para la chica, no así para el bebé que lleva en el vientre por lo que la Dra. Isles procede a realizar una cesárea de urgencias con nada más que una navaja suiza. ¡Supera eso McGiver! Es un niño, Jane Rizzoli y Maura Isles acaban de tener un hermoso bebé. Menos mal que se toman las cosas con calma. Maura está preocupada por el pequeño que se ha quedado sin madre y me pregunto ¿Dónde podrían encontrar a una pareja sólida, estable y llena de amor dispuesta a darlo todo por el bienestar del niño? ¿Dónde?

En la comisaría Jane se queja de tener a su madre limpiando su depa y poniéndole el almuerzo en bolsas de papel con caritas felices. ¡Hey, ya me encantaría que mi madre hiciera eso! Cuando llega a casa resulta evidente el porqué de su molestia, mamá Rizzoli ha pintado muestras de pintura en la pared de Jane ¡Sorpresa! A Rizzoli no le hace mucha gracia que su casa pronto esté pintada de rosado, o Begoña, lo cual nos lleva al trágico recuerdo de cualquier butch de cuando querías una litera para construir un fuerte y tu madre te obligo a dormir en una femenina cama color rosita. Si, Jane, todas hemos estado ahí.

No, no es lesbiana…es una simple heterosexual frustrada con su orientación sexual

Jane se desahoga con Maura, por supuesto que lo hace, y esta intenta defender las buenas intenciones de su suegra mientras revisa el contenido del estómago de la víctima, sin embargo la Dra. Isles no puede concentrarse pensando en el destino del bebé huérfano con quien, por cierto, pasó la mañana. Un momento… ¿A caso la Dra. Isles está…? Jane se pregunta lo mismo.

Recapitulemos: Jane y Maura son dos mujeres solteras, sin novios ni aparente compañía masculina, que duermen en la misma cama de vez en cuando, que no pueden evitar tocarse sin justificación, que tienen sesiones interminables de miradas intensas, que arriesgan su propia vida para proteger a la otra, además de que la mamá de Jane Rizzoli está viviendo en la casa de Maura y ahora están hablando sobre bebés… Nop, no suenan como lesbianas para mi.

Una vez dejado eso claro, Rizzoli y Frost encuentran la habitación de hotel donde se hospedaba la víctima y descubren que era casada. El marido es un pescador que pasa los días en altamar y ni si quiera sabía que su mujer estaba embarazada, pero el drama no culmina ahí no sólo él no es el padre de la criatura sino que Tracy, la víctima, tampoco es su madre. Y decían que las lesbianas eran las complicadas. Resulta que Tracy es simplemente una incubadora andante para el bebé, ahora sólo deben encontrar dónde fue inseminada.

En asuntos realmente importantes mamá Rizzoli ha organizado una venta de garaje en la casa de Jane quien no está particularmente emocionada por ello, por cierto ¿sabían que Jane Rizzoli es bastante mala con las ventas? Ella se desquita con una pareja que no quiso pagar 2 dólares cuando llevan a su bebé en una carriola de $1,049.99 dólares. Si, Maura sabe la cantidad exacta porque en sus ratos libres decora la habitación del bebé que más pronto de lo que creen tendrá con Jane Rizzoli, incluso la propia Jane está sorprendida del instinto maternal desatado en su chica. Y sólo para probar que Maura Isles es la MEJOR nuera del mundo, procede a comprar un horrendo cuadro pintado por mamá Rizzoli por la desorbitante cantidad de 500 dólares, porque una horrenda pintura te cuesta 500 pavos pero mantener feliz a tu suegra no tiene precio.

Para todo lo demás existe esa tarjeta de crédito…

Rizzoli y Frost visitan la clínica de fertilidad en donde Tracy concibió al hijo de alguien y una de las enfermeras les recibe con la nada cuestionable afirmación de que los bebés interraciales son los más hermosos. Jane rápidamente aclara la situación, ella está con Maura y Frost es de dudosa procedencia, hoy sólo vienen a atrapar a un asesino. Mientras esperan al Dr. Hanson, Jane nota los horribles zapatos crocs que utilizan todas las enfermeras, ¡hey quizá todas ellas son lesbianas también! El Dr. Hanson y la enfermera Randy niegan conocer a Tracy de algún sitio pero ambos tienen más cara de culpables que Jane Rizzoli negando ser gay.

Mientras tanto Maura está ayudando a mamá Rizzoli a desmontar la venta de garaje e intenta elogiarla por sus habilidades culinarias y de limpieza, mamá Rizzoli afirma que nadie es mejor que ella con un bebé y que debería verlo por sí misma. Momento, ¿Acaso mamá Rizzoli está pidiendo nietos? Porque Maura tiene una cara como si mamá Rizzoli acabara de pedirle un nieto. Supongo que los 500 dólares no fueron un desperdicio, después de todo.

¿Pueden ver las pequeñas cunas flotando alrededor de sus cabezas?

Los padres del bebé desconocido llegan a comisaría, resulta que contrataron los servicios de la clínica para que Tracy fuera la mamá sustituta pero alguien de la clínica les dijo que ella había tenido un aborto, menos mal que la Dra. Maura Isles es una experta en cesáreas de emergencia. Hablando de ella, Maura y mamá Rizzoli están en el hospital con el bebé haciendo de canguros, mamá Rizzoli luce tan feliz cargando a su casi nieto y Maura no puede evitar la emoción de imaginar cuando efectivamente sea su nieto en brazos. Dios, esta serie es tan gay.

Todo es felicidad mientras padres y bebé se reencuentran excepto que Jane recibe una llamada de comisaría avisándole que los otros padres del bebé están ahí… momento ¿qué? ¿El bebé ahora tiene padres biológicos, padres adoptivos millonarios y madres lesbianas? ¡Imaginen las comidas familiares!

Resultado de la investigación, el bebé es hijo biológico del primero de los padres pero el óvulo usado no es el de su esposa, el Dr. Hanson resulta ser también conocido como el abogado de adopciones Russell quien misteriosamente aparece muerto en la recién abandonada clínica de fertilidad. Russell y Tracy eran amantes, alguien lo sabía y envió una fotografía al marido de Tracy quien asegura no ser el asesino. Frankie descubre que las intenciones de Tracy eran nobles pues sólo aceptó el empleo por el dinero y para que su esposo pudiera renunciar a su empleo y estar con ella. La enfermera Randy resulta ser la dueña del óvulo que concibió al bebé y había fingido su embarazo para poder robarle el niño a Tracy una vez la hubiera asesinado.

Jane le pide a Maura que cuide del niño pero ella ya tiene a su pequeño retoño en brazos, que mala suerte que la enfermera Randy también esté en el lugar. Jane presintiendo el peligro se teletransporta hasta el hospital donde mamá Maura le pone en brazos al niño. ¿Acaso no forman la familia más bonita que han visto?

Estaré profundamente decepcionada si no escriben un fanfic basado en esta foto

La enfermera Randy parece pensar lo contrario y amenaza a Rizzoli y al bebé con un bisturí, mamá Maura defiende cual fiera a su cachorro pero no hay nada que moleste más a Jane Rizzoli que sentir a su familia en peligro por lo que rápidamente desarma a la enfermera Randy y salva el día.

De regreso a las tinas de lodo Maura afirma que siempre ha visto el lado maternal de Rizzoli, bueno no realmente pero eso no quiere decir que no esté dispuesta a verlo en un futuro muy próximo, no es que no quieran niños pero por ahora pueden divertirse como niñas sin mayores responsabilidades que peleas de lodo. No me quejo.

¡Y hasta aquí llegan las lesbiaventuras de esta semana, no olviden sintonizarnos la próxima en su lesbopágina favorita para otra fantástica entrega de Gayzzoli & Isles!