¡Aviso importante! Si usted es una lesbiana con problemas de cursilería, episodios graves de subtextualidad y doble sentido o deseos involuntarios de emparejar a cada par de mujeres que se aparece en la pantalla de su televisor o computadora, este episodio de gayzzolies altamente recomendable.

Así es, mis queridas lesbicanarias, es el delicioso momento del día en el que nos servimos un buen plato de #Gayzzoli, nunca mejor llamado; y es que este episodio de Rizzoli & Isles puede ser resumido en una sola palabra: G-A-Y. Comenzamos este episodio con un bar lleno de marineros. Ajá, Gay. Creo que puedo escuchar de fondo a los Village People… en fin, no tan gay es lo que sucede en un callejón donde alguien vestido de blanco está asesinando a una pobre chica.

En asuntos realmente lésbicos, nuestra pareja favorita acompaña a mamá Rizzoli a un brunch dominical, porque nada hace feliz a una suegra como sacrificar tus domingos y vestirte como una buena chica.

¿No son adorables

Algunos marineros lo creen así y le lanzan piropos desde la acera para molestia de Jane quien se encarga de espantarlos a todos con su acostumbrada mirada de “ni-te-atrevas-ella-es-mía”. La cosa se pone que echa humo aunque es sólo el Gayzzolimóvil que comienza a soltar humo por el capó. Jane, como la lesbiana butch que es, se propone a empujar el automóvil con tacones y todo pero es asistida por un par de marineros que la llaman “señora”. Jane parece ofendida por esto pero Maura le explica que, en el ejército, decir señora es una señal de respeto. Jane preferiría que le dijeran “señor” como señal de respeto. Tan, díganlo conmigo, gay.

Marineros y chicas llegan hasta un taller mecánico atendido por Giovanni, un macho italiano con grandes metacarpianos, que rápidamente recibe a Jane Rizzoli con un “Estás muy buena”. Jane utiliza a Maura como un escudo humano anti héteros y Maura, seguramente ofendida por esto, coquetea con Giovanni. Janne se da cuenta de su error y se interpone entre el macho italiano y su Maura antes de que le ponga sus metacarpianos encima.

¡A-l-é-j-a-t-e!

Justo a tiempo Janne y Maura reciben una llamada, han encontrado el cadáver de la chica del inicio. Sin auto mamá Rizzoli propone usar un taxi pero Giovanni tiene una mejor idea y les presenta a Julieta, no lesbianas, tranquilas Julieta no es otra que un hermoso Alfa Romeo 1975. Maura, como buena lesbiana, está super emocionada por el deportivo. De camino a la escena del crimen Jane le pide a Maura que desista en sus intentos héteros con Giovanni alegando que no tienen “nada en común”. Maura responde que Giovanni y Jane son iguales, excepto por los genitales llenos de aceite de autos. Y luego tienen esta conversación:

Maura: Tu y yo somos amigas. Jane: Si pero yo soy interesante… y tú no quieres acostarte conmigo (Psicología inversa) Maura: (Levanta la ceja e inclina la cabeza en un claro signo de “¡Aquí y ahora!”) Jane: ¿O si? Maura: No. ¡No! (Doble negación hacen una afirmación, ¿verdad?)

Sus labios dicen ‘no’, sus ojos dicen ‘Si, por favor’

La escena del crimen es bastante mala, tomando en cuenta la nula habilidad de Jane Rizzoli para caminar con tacones. Resulta que la acción ocurrió justo detrás del “Dirty Robber”, el bar donde Maura y Jane suelen tener sus citas. Jane decide investigar y Maura se ofrece a acompañarla pero Jane se niega.

Maura: Iré contigo. Jane: ¿Por qué? Maura: ¡Tu no eres mi jefe!

¡Pfff… hasta una lesbi Femme sabe plantarle frente a sus novias mandonas! En el bar el cantinero recuerda que la víctima y algún marinero se besaron en aquella icónica foto de Alfred Eisentaedt que Maura y Korsak se apresuran a representar, Jane no está feliz. Vaya, parece que Maura está con todo en eso de poner celosa a Jane pero ¿Quién no lo haría cuando se ve tan adorable?

De vuelta al cuartel, Rizzoli está furiosa porque Maura va ganando en la batalla de los celos y el café es horroroso desde que Stanley, el nuevo encargado, lo prepara con sus calcetines como filtro. Justo cuando pensaba que los mayores problemas de su mañana serían un mal café, Giovanni el semental se aparece con un ramo de claveles y una caja de bombones. Jane rápidamente lo despacha alegando que tiene un novio(a) y está en una relación muy seria, aunque eso ya lo sabíamos. Resulta que Giovanni en realidad está buscando a Maura.

Maura parece genuinamente sorprendida al ver a Giovanni pero acepta su propuesta para salir ya que ella “adora a los italianos”. Momento… ¿Qué otra persona además de Giovanni es italiana? Una pista: Empieza con Gay y termina con Jane Rizzoli.

Por cierto, ¿Se acuerdan que hay una chica muerta? Pues resulta que el semen encontrado en su cuerpo pertenece a un marino que, como es natural, se declara inocente. Todo esto para descubrir que el papá de Frost en realidad es el Comandante Frost. Y un HDP. Si, en siglas… parece que están de moda.

En asuntos importantes, Jane y Maura están teniendo una cita en Dirty Robber, porque nada une más a las lesbianas que los machos y los celos infundados, cuando Frankie llega para hacer mal tercio y de paso informar que ha habido una segunda víctima; al parecer Frost padre liberó al sospechoso 2 horas antes del ataque. Les dije que era un HDP. Afortunadamente, o no, la víctima está con vida. En el hospital Jane Rizzoli utiliza el poder de su seductora voz para despertar a los muertos, en este caso comatosos. La chica despierta para decir algo sobre delfines y algo azul. ¿Delfines? ¿En serio? Por cierto ¿Es demasiado malo desear estar casi muerta con tal de tener a Jane Rizzoli hablándome al oído? Eso pensé…

¿Quién dice que no existen los príncipes azules?

Rizzoli y Maura procesan por un buen rato (literalmente) las razones de por qué Frost olvidó decirle a Jane que su padre está en la marina, Maura argumenta que es porque son “amigos situacionales” por lo tanto no se dicen todo. Jane pregunta si ellas serían amigas si no trabajaran juntas, Maura establece que si así fuera nunca se habrían visto lo cual lleva a Jane a deducir que es un no; pero Isles dice que eso es un falso silogismo. ¿Recuerdan aquel ejemplo de la Dra. Isles ama a los italianos, Jane es italiana por lo tanto la Dra. Isles ama a Jane? Ese es un verdadero silogismo. Por cierto ¿Delfines azules? Es todo lo que Jane necesita para deducir que la segunda víctima fue violada en un hotel. Y yo que pensaba que no era buena para eso de la lógica. ¡Ah! Y la víctima está muerta. Mala suerte.

Mala suerte es la que está teniendo Maura en su departamento donde, por alguna razón que sólo puede ser un retorcido juego erótico preliminar con Jane, está teniendo una cita con Giovanni. La Dra. Isles ha preparado un festín con pasta cocinada con aceite de trufas y tomatillos orgánicos pero Giovanni sólo quiere una cerveza. Esperen… ¿qué? Increíblemente, o no, Maura tiene el refrigerador lleno de cervezas, aunque ella no bebe más que vino, supongo que Jane ha estado pasando mucho tiempo en el depa últimamente.

Giovanni se bebe la cerveza en tres tragos y le dice a Maura que se muere de ganas por llevarla a la cama y lamerle la cara. Ewww. Ser hétero es tan asqueroso. La Dra. Isles de pronto piensa exactamente lo mismo y huye lo más rápido que puede hasta los brazos de Jane.

¡Corre, Maura, corre!

Maura le confieza a Jane que Giolamedordecarasvanni le ha mandado mensajes y llamadas perdidas e incluso ha subido su foto a facebook. Hmm… entonces ¿Giovanni también es gay? Isles le pide ayuda a Jane para librarse de él a lo que esta responde con lo obvio: Decirle la verdad. Si, toda la lesbicanaria verdad, Maura. ¿Y el marino que violó a la segunda víctima? La sacó del hotel en una maleta, por ilógico que pueda sonar pero hey, la lógica nos ayudó a determinar que Maura ama a Jane ¿recuerdan? Así que vamos a dejarlo por la paz.

De vuelta a Gayzzolilandia, Jane flipa cuando descubre que mamá Rizzoli tiene un nuevo empleo en la cafetería de la comisaría pero justo cuando está por estallar Maura se aparece con un gran oso de peluche, nop no es un regalo para Jane (Maura regala cenas costosas y románticas entre otros regalitos) sino un regalo de Giovanni quien aparentemente parece creer que él y Maura están en una “relación”. Hmmm… ¿Giovanni es lesbiana? Jane reprocha a Maura sobre sus elaborados jueguitos lesboeróticos pero al final decide tomar cartas en el asunto y resolver las cosas ella misma. Maura le recompensa con un tierno beso… bueno, un beso a través de un oso de peluche pero ¡sigue siendo un beso para mí!

¡Se besaron! Bueno… casi…

Rizzoli decide implementar la estrategia de llevar a Giovanni a ver a Maura destripar a la víctima pero el tiro le sale por la culata cuando el hombre piensa que es “genial”. Creo que este caso necesitará medidas más drásticas. Jane y Maura deciden intercambiar estrategias mientras comparten un plato de la deliciosa comida de mamá Rizzoli. ¿Celos, besos de peluche y comida preparada por tu suegra? Nop, nada gay Rizzoli & Isles, nada gay.

¡Oh, es cierto, esta serie sigue siendo policiaca! Resulta que el asesino no era un verdadero marinero sino alguien haciéndose pasar por uno. Lo encuentran, lo persiguen, lo noquean, Jane Rizzoli salva el día como siempre.

En noticias Gayzzolis, Frost y Korsak coquetean en un bar. Mientras tanto Maura y Jane deciden ir a visitar a Giovanni quien ha pimpeado el auto de mamá Rizzoli. Maura decide que todo ha llegado demasiado lejos por lo que le dice a Jane que será mejor decírselo mientras la llama “amor”. Jane acude al llamado automáticamente y abraza a su chica por la cintura mientras le explica a Giovanni que ellas son “mejores amigas”, bueno más que amigas, ellas son LLBFF’S (Elbifs según Maura).

LLBFF’s

Si, lo han dicho, Jane Rizzoli y Maura Isles son LLBFF’S: Life long best friends forever (Mejores amigas para toda la vida por siempre). Yo he tenido muchas LLBFF’S… sólo que ellas preferían llamarse a sí mismas “novias”.

Y hasta aquí llega otra emocionante resumen de Rizzoli & Isles, no se olviden de sintonizarnos la próxima semana en su página lésbica favorita para otra lesbiaventura de este duo dinámico.