Aquí vengo a contarles como cada semana lo que pasó entre Isabel y Cristina en Tierra de Lobos. Bueno, cada semana no, porque las apariciones de la pareja no son semanales, tenemos que esperar más. Como la semana pasada que no pasó nada que nos interesara, pero esta semana nuestras diosas lesbicanarias han escuchado nuestras plegarias y el capítulo que les voy a contar, viene muy cargadito.

Nos quedamos en que la Loba supo la verdad sobre el doble juego que Cristina se trajo con ella, y de nada valieron los arrepentimientos de esta última porque nuestra Isabel no estaba dispuesta a perdonarla, aunque terminó salvarle la vida, porque una cosa es que este enfadada y otra que la dejara morir vilmente.

El capítulo comienza con un pueblo que vuelve a la normalidad después del adiós de los militares corruptos, por la muerte su capitán. En esas anda Isabel, de recados por el pueblo cuando ve a nuestra Cristina. En un primer momento las dos sonríen cuando cruzan sus miradas, por lo que pienso que todo está bien entre ellas, pero de repente nuestra Loba cambia el gesto. La del burdel le quiere agradecer que le salvara la vida y que la perdone, nuestra chica dura se niega en un primer momento, pero al final, es más fuerte lo que siente y termina citándose con Cristina.

Y tal cual se encuentran en el bosque como quedaron. La Loba nada más llegar le pregunta para que la va a utilizar ahora, pero la del burdel se defiende diciendo que solo quería vengarse de su padre en aquel momento, no tenía nada que ver con ella.

Cristina: Es verdad que al principio quería vengarme, pero todo cambió cuando te conocí.
Isabel: No te creo nada.
Cristina: Isabel, llevo todo la vida en manos de hombres y nadie nunca jamás se había preocupado ni me había besado como tú lo haces.
Isabel: Mientes.
Cristina: Te quiero…

Pero nuestra Loba no la cree y la vuelve a tachar de mentirosa. Cristina que no se da por vencida, se lo repite y le planta un beso, a lo que nuestra chica responde con una bofetada (sip, ya sé, todas las semanas se lleva bofetón por Isabel, que carácter…). Pero al instante se arrepiente y la besa, la otra le corresponde y empiezan a quitarse la ropa. Una pena que el bosque sea tan pequeño y no ayuda que se pongan al lado del camino, pues tan mala suerte tienen que en ese momento pasa Lobo y ve a su hija como no debería , su cara es un poema…

Cuando por la noche llega a casa, el señor la está esperando. Le dice a su hija que sabe lo que ha estado haciendo y con quien y empieza su monólogo:

Dios me ha castigado de la peor manera posible. Mi propia hija revolcándose como una ramera desviada consumida por el vicio y la perversión. Nunca imaginé que fueras capaz de hacer algo semejante. Estás enferma, menos que tu madre está muerta… Me das asco, pasarás el resto de tus días en un convento mientras yo intento olvidar que algún día fuiste mi hija.

¿Cómo os habéis quedado? Pues imaginaos la pobre Isabel, que aunque le dice que puede cambiar, no sirve de nada, su padre quiere que suba y haga el equipaje, pues mañana mismo deja la casa, La pobre Loba termina llorando desconsolada.

Al día siguiente encuentra a sus tres hermanas hablando de la boda de Nieves, pero ella, no tiene tiempo y va directamente a decirles que ingresará en un convento. La cara de sorpresa de sus hermanas es tremenda y le preguntan si lo ha pensado bien, pero ella se limita a decirles que siempre se ha sentido diferente y cree que lo mejor es encomendarse a ayudar a los demás. Obviamente les oculta las verdaderas razones, ya que les hace pensar que es por iniciativa propia.

Poco después las inocentes hermanas no dudan en ir a hablar con su padre para evitar que se marche, pero el padre, les dice que es una decisión que ha tomado ella misma y que no puede hacer nada al respecto (que cínico puede llegar a ser este hombre…). Así que pese a todo, las hermanas no consiguen nada, la marcha está a punto de efectuarse.

Y así es, lo siguiente que vemos es a nuestra Loba con las maletas bajando las escaleras para marcharse. Le pide a su nana un favor, pero no sabe que ésta es un fiel perrito de Lobo, así que cuando Isabel le da una carta para que se la de a Cristina, en cuanto ésta se da la vuelta, termina rompiéndola, nunca llegará a destino.

Mientras sus dos hermanas mayores en la despedida, intentan que recapacite, pero bueno, no depende de ella, así que les da un abrazo y sale pues el carro la espera. El padre ni la mira al marchar solo le hace un cruel regalo de despedida diciéndole que Cristina está muerta, así que la última vez que vemos a nuestra Isabel es alejándose en el carro, llorando ante la noticia.

Y es que Lobo, en día antes, fue a ver al sucio de Sebastián para que le hiciera un trabajo y no era otro que el de acabar con la Cristina. Con esa idea se presenta en el burdel y se la lleva a punta de pistola, discretamente, sin que nadie lo vea. Una vez en el bosque, la de burdel le pide una y otra vez que no la mate. El otro le cuenta que a Isabel su padre la ha metido en un convento y a ella la quiere muerta, pero al final, se arrepiente y la deja ir, con la condición de que se vaya de Tierra de Lobos, así que la chica no duda en huir.

Y esto es todo está semana, pero no se dejen engañar, porque os aseguro desde ya, que Cristina no se irá tan fácilmente dejando a Isabel en esa situación, pero para eso tendremos que esperar algo más. ¿Qué les pareció el capítulo de hoy? ¿Y la reacción del padre? Espero sus comentarios al respecto. ¡Hasta la próxima!