Escrito por: Genix
Isleña de nacimiento, nací bajo el sol y el mar de las Islas Canarias. Pese a adorar al mar, los días soleados tumbada en la arena y noches cálidas bajo las estrellas, siento que pertenezco al país más grande del planeta: la humanidad. Me encanta la naturaleza, perderme en un bosque y aislarme del mundo escribiendo hasta meterme en mis propios relatos generando realidades emocionales que hagan mover mis propios cimientos. Resumiendo, amo ser consciente respirar cada vez que lo hago.

Mis manos no tiemblan porque te diga adiós.
Mis sueños no mueren porque avance por el pasillo que me aleja de ti.
Mis ojos no lloran porque no te verán en mucho tiempo, como ahora tras ese cristal.
Mi maleta pesa ahora más que al llegar.
Me llevo el lastre de la desesperanza.
Ahora… que te dejo atrás.

Sonreiré al de al lado simulando que todo va bien.
Acomodaré mi pelo de forma que viva en mí lo que quiera que dibuje mi cara sin que nadie me vea.
Abrochare mi cinturón mirando por el ventanal.
Pensando en si ese momento te duele tanto como me duele a mí.
Quizás mires el avión salir desde el aparcamiento y sientas la parte de mí que se quedó a tu lado.
Apoyaré mi cabeza esperando que ese apoyo quite peso a mi tristeza.
Y notaré como empiezo a dejar atrás una de esas cosas que se viven solo una vez.

Mis manos tiemblan porque ya no te pueden tocar.
Mis sueños mueren porque no sé cuando volveré a sentir tus labios.
Tu mirada va grabada en mí y la veo en todas partes, y aunque ahora es imposible creer que eso vaya a cambiar, duele igual al pensar que sí lo hará… y te olvide en algún lugar.
Mis ojos lloran porque cada despedida puede ser….nuestro adiós.
Ahora…que te dejo atrás.

Sé que debo ir tan lejos como pueda.
Quizás no creíste la absurda excusa al irme de aquí.
Pero tus caminos te llevan más lejos que a mí este avión.
Porque tu vida es algo que no está a mi alcance….a pesar de todo y lo demás.
Si te amo tengo que dejarte amar.
Si te hice feliz un instante guárdalo hasta que signifique algo para ti.
Cuando le mires piensa que nadie pudo soñarte como lo hice yo.
Y si sientes nostalgia alguna vez, solo mira aquella foto que un día nos hizo sonreír.
Aquel bonito lugar en el que una vez te conocí.

Cerraré los ojos porque sé que el tiempo me curará de ti.
Un día despertaré y solo tendré un vago recuerdo de aquellos ojos.
Y prepararé mi taza de café en mis mañanas ojeando el periódico.
Preguntándome a qué lugar escapar este puente mientras me doy una ducha, reprochando el porqué Lidia me llamó a medianoche y no dejó mensaje en mi buzón.

Y quien sabe….quizás en algún lado de este mundo hagas igual.
Quizás seas feliz… o quizás no.
Quizás tu libertad te llevó a ser todo aquello que no quisiste ser…o quizás no.
Habrás llenado tus días de otros días por llegar, o tal vez veas cada amanecer como yo los vi por ti.
Y sonrías… como yo cuando aprendí a sonreír a tu libertad…sonriendo a la mía.
El día… que te dejé atrás.

Habrá otros labios frente a mí, como ya han habido estos años.
Algún día miraré otros ojos que me miren como te miré a ti.
Y soñaré con sentirme viva muriendo.
Como… cuando te dejé atrás.

Eso es todo, este es el sentido del humor de la vida.
Que nos llena de idas y venidas de un mundo que va al revés colocándose del derecho.
Y en medio de tanto caos puede pasar tener una foto adornando mi salón…
Esa que olvido y que alguna vez en meses, miro de reojo antes de salir de casa y me recuerda que…
La protagonista de esta historia nunca fuiste tú…..siempre lo fui yo.

Me llevaré una sonrisa al cerrar la puerta e ir camino del ascensor, aprovechando como siempre el espejo para poner en orden mi chaqueta.
Llegaré tarde, como siempre….
Me meteré en el atasco y golpearé el volante de mi coche al ritmo de la música…
Sí, ya no miro tanto el espejo retrovisor, ya no miro hacia atrás, si no es para colocar el poco maquillaje que se me corre por mi absurda manía de llevar siempre el cristal abierto.
Me perderé en medio del espeso tráfico de cada mañana sonriendo ante el semáforo al ver el nombre de Bea iluminado en mi móvil “ A ver qué se le ha ocurrido ahora” y sonreiré a alguna loca propuesta tan típica de ella.

Llego tarde a mi cita de las 8, Bea y Lidia me esperan para cenar esta noche en el Mauri para preparar la siguiente escapada…ojalá sea a algún lugar en donde no se pueda confundir ratas con ardillas.

Cómo me dijo una gran amiga una vez «Irse y hacerlo en silencio» no es una posibilidad, es la solución, aunque para mí es y será siempre lo más duro que pude hacer…y volvería a hacerlo.
Las cosas que se viven solo una vez, se viven y ya está.
Sí, es verdad, sigo sonriendo… desde que hace un año te dejé atrás.
Espero, con todo lo que soy, que te vaya igual… desde el día en que me dejaste ir.

Imagen por: Xlordashx