Buenas tardes señoras, como podrán notar no soy CindyAparicio, pero no se preocupen, no he usurpado su lugar. Resulta que tristemente para nosotras, las editoras de lesbicanarias tenemos que trabajar para vivir (es lo que tiene trabajar en un blog en el que no pagan :P) y Cindy ha estado super a full esta semana así que me toca tomar el relevo a la espera de que vuelva la próxima. ¡Jefes de Cindy déjenla en paz!

En fin empecemos con el resumen del segundo episodio de la tercera temporada de Rizzoli & Isles. Este señoras, es un episodio que les va a encantar porque con todo y que nuestras chicas están más peleadas que un hincha del Real Madrid con otro del Barcelona, se las arreglan para coquetear…a eso le llamo yo arte. ¡Vamos allá!

Comenzamos con el asesinato de una pobre mujer que decidió que iba a hacer Yoga en un sitio rarísimo con tuberías y más oscuro que el infierno. Señoras…por lo que más quieran, vayan a hacer ejercicio a los gimnasios que hay mucho asesino suelto, no les pongan las cosas fáciles.

En fin, Korsak, Maura y Frost están en la escena del crimen recuperando toda prueba posible para resolver el caso. Maura se centra en el cadaver y los otros dos en el chisme, porque señoras, los periodistas de Boston saben que es lo realmente interesante de esta serie, y en primera plana han colocado la noticia del momento: ¡Maura y Jane están peleadas!. Por lo visto la población entera sufre como nosotros.

Mientras tanto Jane está intentando hacerle de comer a sus hermanos, pero la cocina nunca ha sido lo suyo, eso lo tenemos bien claro cuando intenta agarrar el sartén caliente con la mano desnuda. Digamos que a los perros les encantó la cena, pero a la pobre mujer no le da tiempo de renegar porque en eso tocan a la puerta y es el padre desaparecido…menuda sorpresita.

El hombre intenta irse por las ramas viendo la tele, pero Jane lo mete en cintura y le dice que empiece a darles respuestas, uno no puede desaparecer y volver como si nada. Papa Rizzoli les entrega entonces una invitación para su nueva boda. Resulta que el hombre ha conocido a una chica mucho menor que él y por supuesto quiere casarse por la iglesia.

Jane está estupefacta y le recuerda que ya está casado con lo que va a ser un poco complicado que pueda casarse por la iglesia, pero él ha vuelto precisamente para conseguir anular su matrimonio anterior…algo me dice que mamá Rizzoli no va sentirse muy contenta con el desarrollo de los acontecimientos.

Del amor al odio hay solo un paso...al sexo dicen que dos..

Jane decide que irse al trabajo será más productivo que enredarse en problemas familiares, pero Maura la recibe con un: «Hola Detective Rizzoli» para recordarle que no se llevan, como si no se lo recordara la cama vacía todas las mañanas.

Las chicas empiezan a trabajar en el caso pero tirándose pedradas mutuamente mientras se miran con ojos de «no sé como pude haber salido contigo alguna vez». Frost y Korsak se limitan a mirar intentando no salir quemados con el fuego cruzado que se están lanzando estas dos.

Volviendo al asesinato Maura le dice a Jane que la mujer tenía urticaria. La detective pregunta que es eso y yo digo que el escritor se pasó un pueblo porque eso hasta yo lo sé pero bueno…sigamos el juego. Maura le responde que hablando en el idioma del vulgo «esa cosa roja que pica». La cosa se está poniendo caliente y no necesariamente en el sentido que nosotros desearíamos.

Al final Jane se va con Frost al apartamento de la asesinada a ver si descubren alguna otra pista y encuentran polvos blancos misteriosos. Así que se van al laboratorio para descubrir si acaso la mujer estaba involucrada en asuntos de drogas. Y ya que están en comisaría aprovechan para hablar con los padres de la chica que al parecer se estaban divorciando. Como la cosa empieza a ponerse un poco extraña, Maura les recuerda que su hija los quería mucho a los dos y que para honrarla deberían «ser amables el uno con el otro». Mmm…Jane, eso mismo deberían hacer Maura y tú que ya fue suficiente sufrimiento para un capítulo.

El día de Jane está siendo de pesadilla porque al salir se topa con que su padre ha decidido ir a la cafetería a pedirle la anulación del matrimonio a mamá Rizzoli. A eso le llamo yo tener sentido de la oportunidad…¡que alguien mate a ese hombre! Por supuesto se arma la marimorena en comisaría y mamá Rizzoli termina encerrada en la cocina totalmente molesta, no sin antes asegurarle a su marido que le firmará los papeles cuando las ranas bailen flamenco.

Y mientras Jane lidia con su padre, el más pequeño de los Rizzoli aparece en la oficina de Maura para pedirle consejo. Resulta que fue él quien le presentó a su padre a la nueva novia, pero se le olvidó comentarle que ambos «se conocen» en el sentido biblico.

Lo primero que hace Maura es preocuparse por Jane porque ahora entiende porque tenía tan mala cara por la mañana, y aunque estén peleadas de cara al público en su corazón ella siempre será la única. Tommy aprovecha para comentar que está bien que se hayan peleado. La doctora de inmediato dice que para nada, que es horrible. Él se explica diciéndole que ya que las dos ya no están «relacionadas» pues ellos dos podrían conocerse mejor…asco…con estos hermanos quien quiere enemigos.

Lo bueno es que nuestra doctora más bien se ríe de su propuesta porque lo que no va a hacer es conformarse con la copia barata cuando ha tenido un orginal. ¡Se siente Tommy!

En la morgue la pelea sigue su curso, porque vale que Maura tenga muy claro que si no es Jane no es nadie, pero no se lo va a demostrar tan fácilmente. ¿Por qué nos hacen sufrir tanto? Las chicas siguen sin hablarse directamente así que usan a una pobre criminalista que estaba en medio para pasarse información sobre el caso aunque estén una al lado de la otra.

Las novedades son que el polvo blanco no era droga sino una especie de shampoo natural porque la mujer estaba muy comprometida con el ambiente. La pelea dialéctica sigue entre estas dos hasta que Jane se gira para salir por la puerta y Maura se da cuenta de que lleva una cola de papel de baño (juas). La rubia pone ahí un límite a su enfado, no es cuestión de que todo el mundo se burle de su novia. Pero como al soltar un «Jane» para llamar su atención, la Rizzoli le contesta nefasta, la doctora decide que podrá vivir con tener una ex novia con cola y la deja irse mientras suelta una risita.

La investigación sigue su curso y Korsak y Jane se lanzan a una especie de gimnasio de Yoga porque se dan cuenta de que la víctima gastó cantidades insanas de dinero en ese lugar. Cuando llegan los confunden con una pareja y a los dos no les queda más que apoquinar para conseguir la información y encima terminan dándo clase. La pobre de Jane no hace sino sufrir recordando aquella vez que fue al gimnasio con Maura y comparándolo con la experiencia de tener por compañero a Korsak que las está pasando canutas. El cambio de pareja ficticio le ha venido fatal.

Al final lo único que descubren es que la víctima «había ascendido» porque según el mandamás del lugar «tenía mucho talento» a los dos (y a todos los demás) les suena fatal así que deciden que van a investigar exactamente que procedimiento hay que seguir para ascender.

Mientras tanto en el laboratorio, Frankie está pagando los platos rotos por su hermana, porque Maura está de muy mal humor y le echa un rapapolvo por andar sacando conclusiones apresuradas sobre sus dictámenes médicos. El pobre hombre hace lo único que se puede hacer en estos casos, huir cobardemente.

Trabajar con tu novia al lado tiene sus beneficios, pero nuestras chicas están probando el lado más amargo de todo este asunto porque no hay tregua entre estas dos. Maura se acerca a los detectives para comentarles que ha descubierto que el cuerpo de la víctima estuvo zambullido en aguas contaminadas y que después de investigar ha localizado cuales son los posibles lugares donde pudo haber muerto pero que tendrá que comprobarlo mediante pruebas al agua.

Jane recuerda que su tropa (creo que de los scouts) solía acampar por los lagos mencionados. Maura no puede evitar meterle una pullita diciéndole que duda que jamás haya podido ser «amable, amistosa y generosa» como todos los Sprout troopers tienen que ser. Jane la mira con cara de «no es lo que me decías cuando compartíamos cama» pero le responde que ganó el premio a la «trooper más dulce» dos años seguidos. La doctora Isles pregunta casi con cara de inocencia: «¿Había alguien más en el campamento?». ¡Auch! Frost y Korsak la miran espantados ¡esto está llegando muy lejos!

En fin las dos tienen que ir a los lagos y por supuesto deciden ir por separado. Pero no contaban con la astucia de sus compañeros de trabajo que ya están hartos de ver tanto pleito cuando tienen claro que estás dos son la una para la otra. Resulta que Korsak y Frost le han pedido al compañero de la grúa que se lleve los coches de las chicas por estar mal aparcados, de tal manera que ahora no tienen como irse.

Convenientemente aparece mamá Rizzoli para llevarles el almuerzo de las dos. La mujer como toda buena madre busca la felicidad de su niña y todos tenemos claro dónde se encuentra. Frost se une a la operación «que vuelvan las Rizzles» proponiéndoles que utilicen su coche para ir juntas.

Jane está reticente pero Maura cede cuando mamá Rizzoli les dice que con todo lo que está sufriendo lo menos que podrían hacer es concederle el deseo de portarse como personas civilizadas. Ya se sabe que Maura no le puede negar nada a las mujeres Rizzoli.

Eso sí, una vez acomodadas en el coche la guerra vuelve a empezar, porque Maura se niega a escuchar la música de Jane y en lugar de dar direcciones entendibles decide hablar en términos de longitud y latitud que no sé ustedes pero yo no sé interpretar.

Mamá Rizzoli llama por teléfono para asegurarse de que su plan esté funcionando, pero como las chicas siguen con las suyas pasa al plan b y les pide que pongan el CD que les ha incluido con la comida.

El cd en cuestión es uno de esos de autoayuda llamado «Que hacer cuando tú y tu amiga no pueden ser amigas» pero Maura, que está sacando toda la mala leche que llevaba guardando toda su vida lo traduce como «¿Qué hacer cuando tu ex mejor amiga es una perra?». Mamá Rizzoli se hace la que la virgen le habla y se despide con un «Diviértanse, las quiero A LAS DOS». No sé ustedes pero yo quiero una suegra como esta.

Cuando llegan al retiro donde está el lago del que tienen que sacar las muestras se encuentran con un guardia que les pide identificarse. Jane, que a estas alturas se muere por tocar a Maura, le aprieta la mano mientras le comenta al hombre en cuestión que las dos acaban de «ascender» por lo que sus nombres no estarán en la lista. Y la sonrisa no fingida que tienen las dos nos demuestra a todas que en el fondo se siguen queriendo, ¡estas cosas no se pueden fingir!

En fin Maura se pone en acción y recolecta la muestra, pero a mitad de camino se da cuenta de que hay una bomba de agua rara por ahí y después de tomarle foto le dice a Jane que tienen que salir de ahí por patas, que confíe en su palabra. Las chicas se suben al auto y van de camino a la comisaría cuando otro automóvil las embiste y se las lleva de largo.

No sé ustedes lesbicanarias, pero yo estoy empezando a pensarme muy seriamente eso de abandonar el auto en pos de la bicicleta… De hecho estoy medio paranóica, ya no sé si quiero salir de casa, las lesbianas tenemos muy mala suerte con los «accidentes».

En fin que volviendo a la serie, Maura tiene una pierna atrapada en el coche pero las dos parecen estar bien, solo un poco sacudidas por el golpe. Aunque todo se pone negro oscuro cuando empiezan a dispararles. Por si no lo teníamos claro aún, las quieren matar.

Con dificultad las chicas consiguen escaparse y empiezan a huir, pero a mitad de camino, Maura le dice a Jane que lo siente pero que ya no puede más y cuando se quita la bota entendemos todas porque lo decía, la mujer no tiene pierna sino más bien una masa amoratada que a mi me ha dolido solo de mirarla.

Términos médicos van y vienen, pero en conclusión, que como Jane no le haga dos cortadas en la pierna para que la sangre fluya, la doctora se nos va a quedar sin pierna. Obviamente a Jane le entran los nervios y se niega en redondo y aquí aprovecho yo para decirles chicas que deberían pensarse muy seriamente en tomar algún cursillo médico, porque si las series son un reflejo de la realidad lésbica lo van a necesitar. Todavía me acuerdo de Pepa ahí haciéndole al médico con Silvia…

En fin, Jane se dispone a entrar en acción pero Maura decide que si está en peligro de muerte quiere morir alegre así que le ordena a su novia quitarse la blusa por si acaso perece en el intento irse mirándole el escote. Jane reniega pero cumple no sin antes decirle que seguro también se llevó un golpe en el cerebro…eso de pensar en sexo cuando hay cuchillos de por medio solo le sienta bien a Angelina Jolie.

En fin, Jane apoquina y corta a Maura que al principio parecía que aguantaba como las meras machas pero al final termina desmayándose del dolor, así que a Jane no le queda otra que quedarse cuidándola pistola en mano.

Y eso me recuerda que el otro día estaba yo comentando en Twitter con las lesbicanarias que esta escena es sospechosamente parecida a una que vimos en Xena, ¿se acuerdan? En fin como siempre los malos se dedican a cortarnos el rollito romántico y metralleta en mano capturan a las chicas, las meten a su propio coche, las llenan de cinta y sueltan el agua para que se ahoguen. Y yo pienso, estos son idiotas, porque por mucho que se hayan ahogado si las ven llenas de cinta se van a dar cuenta de que fue un asesinato…pero bueno el coco de estos malosos como que no les da para más.

Jane que está espabilada se empieza a retorcer a tope para intentar liberarse mientras que Maura que ha perdido mucha sangre y está media delirando le dice que llame a su madre y le diga que ya hicieron las paces. La doctora siempre preocupada por lo que su suegrita piense de ella. Jane desespera pero se da cuenta de que efectivamente su teléfono funciona repentinamente pero solo puede poner símbolos raros porque con el agua se le desfuruló.

Maura que con todo y estar drogui es más inteligente que nosotras le da el tip de que use código morse y Jane se apresura a enviarle a Korsak el mensaje. Al final para alegría de todas nosotras Korsak llega a tiempo y las saca del atolladero.

Pasado el susto todo el mundo se reúne en casa de Maura para recibirla a su llegada del hospital. Maura dice orgullosa que su doctor le ha dicho que las incisiones de su novia eran perfectas. Mamá Rizzoli se emociona porque siempre quiso una doctora en la familia. Jane le dice que se va a tener que conformar con dos polis y un hijo con destino misterioso, pero luego recula y comenta mirando a Maura: «Creo que también tienes una doctora» ¡Awwwwwwwwwwwww! Se vislumbra reconciliación en nuestro camino señoras.

Mamá Rizzoli que ya no aguanta más les ordena pedirse perdón mutuamente y besarse de una vez por todas. Las chicas reniegan pero al final las dos se disculpan y Maura le dice a su chica que la ha extrañado, Jane responde que ella también y abracito que te pego.

Y así terminó este episodio señoras, yo no sé ustedes pero soy feliz como lombriz porque a mi tanto pleito me estresaba…aunque dicen que el sexo de reconciliación es el mejor…mmm….