El episodio pasado en Chicago Fire hubo un tremendo accidente y nuestra pobre Leslie Shay se quedó aún más traumatizada de lo que ya estaba. Dawson intentó hablar con ella, pero Shay decide que es mejor vivir la vida loca con Devon y nos quedamos en las mismas. ¿En qué líos se meterá esta semana?

Chicago Fire

Nuestro episodio comienza con Davon bajando en ropa interior mientras Otis y Severide la miran con caras de «qué pesada es». Tengo que admitir que la mujer ganó unos cuantos puntos conmigo cuando reconoce el casco de Battlestar Galactica de Otis. ¡Es fan de Battlestar Galactica! ¡Incluso sabe el precio del casco! Ese es un buen signo donde quiera que se vea ¿no? Osea es Battlestar Galactica. Lo siento, es que soy muy fan de la serie. Si no la han visto ¡corran!

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Shay se une al grupo y Severide se sorprende, porque a estas horas nuestra rubia tendría que estar en el trabajo, así que le pregunta qué ha pasado. Ella le responde que ha decidido cambiar de estación, que le ha pedido al jefe que la cambie y es algo definitivo. No piensa volver al equipo. ¡Noooooooooo!

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Ya en la estación, el jefe aprovecha que todos están reunidos en el comedor para contarles que Shay ha decidido dejar de trabajar con ellos. Dawson se queda de a seis y pregunta si es algo ya seguro. El jefe le dice que sí y le presenta a quien será su nueva pareja.

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Encima me enjaretan a este pesado

El tipo es un fan hardcore de Dawson que lo mira incrédula, se ve que todavía no puede entender que su chica amiga la haya dejado sola, abandonada y a merced de sus fans. En cuanto puedo, le pregunta a Severide si él estaba al tanto de la situación. Kelly le dice que se ha enterado apenas por la mañana y Gabriela se marcha enojada a trabajar.

El chico nuevo le pone ganas, pero no tiene nada que ver con Shay. Está demasiado verde y Dawson no tiene la paciencia necesaria para lidiar con un principiante desde el principio y después de un rescate accidentado en el que casi resulta chamuscada menos.

¡Sufrimiento total!

¡Sufrimiento total!

En la ambulancia el pobre hombre no hace más que hablar como tarabilla hasta que Dawson de plano le pide que se calle porque no puede más. ¡Ay Gabriella! Una no sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido. ¡A ver si la próxima vez dejas de ser tan pesada y apoyas más a Shay en lugar de recriminarle cosas! Te estás llevando tu merecido.

Ya en la estación, Dawson le cuenta a Casey que ha intentado hablar con Shay pero ella no le contesta así que le ha dejado otro mensaje. Gabriela se siente culpable porque sabe lo que todas nosotras sabemos, que su manera de lidiar con el tema del suicidio es lo que las ha distanciado y piensa que puede ser parte del motivo por el que su amiga ha decidido dejar la estación. Casey intenta animarla diciéndole que ella estaba a cargo del equipo y era su deber ser dura con ella, que cuando uno es jefe a veces no se puede ser también «amiga».

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Más tarde, Dawson se encuentra con Severide y le dice que tiene que convencer a Shay de que vuelva o la van a meter en la cárcel por asesinato. La mujer sigue sin poder tolerar a su compañero de ambulancia y como no pase algo rápido se va a convertir en asesina en menos de lo que canta un gallo.

Severide le dice que Shay necesita hablar con ella y no con él. Pero Dawson le dice que ya lo ha intentado, pero Shay prefiere estar: «con esa chica Davon». Ahhhhhhhh celillos…. el monstruo verde… no, ya en serio, Dawson está preocupada pero al mismo tiempo sigue nefasta con Shay.

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Al terminar el turno, en el hospital, el nuevo compi le pide una cita a Dawson que pone cara de «no tienes ni idea» y le dice que lo siente muchísimo pero que «ya tiene a alguien». Y nop, no es Shay chicas, nuestras ganas. Se refiere a Casey porque andan en trámites de volver.

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Otis y Severide terminan su turno y llegan super contentos al departamento, pero se llevan una sorpresa treméndamente desagradable cuando lo encuentran hecho un desastre. Hay cosas rotas por todas partes, y se han llevado la televisión y el casco de Otis.

Severide sale corriendo a buscar por todo el departamento a Shay temiéndose lo peor.

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Kelly encuentra a nuestra rubia llorando como magdalena en su cuarto que también está totalmente vuelto del revés. Severide le pregunta que ha pasado y la rubia le contesta entre sollozos que le dio una llave del departamento a Davon. ¡Malditaaaaaaaaaa! ¡Me has engañado con tu buen gusto por las series a mí también!

Ais chicas, pobre Leslie, en serio. Le llueve sobre mojado y como las cosas sigan así la veo en el hoyo porque tiene una cara de desesperación y tristeza que no es normal. ¡Sufro mucho por ella! Pero que esto nos enseñe una lección. ¡Cuidadito con los ligues porque la cosa puede terminar muy mal!

Y hasta aquí nos quedamos en este episodio chicas. A ver si el próximo Shay puede ver la luz porque ¡ya basta de lesbianas tristes y deprimidas!