Lesbicanarias

Quizás nos sentemos esta noche perdida hasta el amanecer, charlando…pensando sobre la mejor forma de hacer a nuestra alma un cómodo traje a medida, y no tardemos hasta la salida del sol en concluir que la mejor forma de vestirla es de libertad. O aprender a provocar, con más frecuencia, esos momentos en los que ni la piel la pueden mantener dentro.

En algún momento de un día como este, dónde se mezcla lo ido y el porvenir, nos de por rescatar del recuerdo de nuestro olvido algunos momentos que el tiempo va borrando pero que son ya parte de nosotros mismos y no desees perderlos del todo.

Sea como fuera, con nostalgia al año que se va, con ilusión al que llega, lo bueno de todo es que no perdemos la manía de tener esperanza, que el que no haya nada escrito sobre este final, ni sobre este comienzo, lo vuelve un lienzo en blanco donde comenzar nuevas historias, o seguir continuando con las empezadas.

Sí, así somos. Los únicos capaces de ser imperfectos, indecisos y hasta caprichosos, pero también estamos hechos de esperanza, de emociones, de una fuerza que nos hace cambiar todo con solo proponérnoslo. Con un perdón, un silencio, una caricia, una mirada….una palabra. Toca seguir, seguiremos luchando, todos lo hacemos, aun cuando creamos que estamos solos, todos libramos nuestras batallas, todos somos guerreros de un mundo visible desde dentro. Toca creer en ello, como cuando miras a los ojos de alguien sincero y te hace llorar de alegría solo por tenerle cerca.

Y sí, con esa fe invisible en lo bonito que hay en todo, incluso en el dolor…continuaremos continuando… Sin garantías de este hoy, ni del ayer, ni del mañana…

No esperemos la noche sentados durante el día. Siempre hay algo por hacer, con el pasado, con el presente, algo que quedó pendiente y que hoy bien lo podemos acabar. ¿Quién nos lo impide? ¿Miedo? ¿Nosotros mismos? ¿Acaso no somos nosotros quienes creamos esos tabúes que nos los sacamos de la nada?

Quizás es tiempo de aceptarlos, porque decidamos que aquí y ahora, el temor ya no se cuele a hurtadillas por las rendijas de nuestras heridas a romper en pedacitos nuestro optimismo de saber que mañana…va a ser ese gran día que siempre hemos esperado. Sin miedo a llegar, aun sabiendo que hay mucho más allá todavía y ese desconcierto nos saca de nuestra zona de seguridad, esa en la que nos gusta vivir porque te sientes a salvo de todo y todos…menos de ti mismo.

Mi deseo para ustedes es que sean felices sintiendo frío o calor, alegría o tristeza, soledad o compañía. Que toda emoción nos recuerda que estamos vivos y que somos capaces. Que aquí seguimos y el tiempo que nos queda no es sino la respiración de un fin, irrepetible, único e irreemplazable.

Abracen sus sueños y no se rindan le pese a quien le pese. Alguien, en algún lugar te estará buscando para disfrutarte tal y cómo eres y hacer que esta noche no sea solo de fuegos artificiales, de campanadas, de un cambio en el calendario. Sé tú y haz lo que te haga feliz sin perder de vista quien eres. (Esta parte se permite eludirla si ya llevas dos copas de más, que en esas todos creemos que estamos de lo mejor de la vida…hasta que llega la resaca) Con o sin nostalgias en tu espalda, mirando adelante….siempre buscando una salida. ¡¡Feliz Año Nuevo a todas!! Sean felices bailando hasta que sangren los pies, canten o hablen a quienes les escucha hasta que ya no tengan voz y mueran de emociones ofreciendo las suyas a quienes saben bien cómo recibirlas.

Recuerden… «el mañana», sea por comodidad, porque confíen en que el paso del tiempo borre lo imborrable, por desidia o por falta de aceptación…..no existe, todo depende de nosotros.

¡¡A brindar se ha dicho!! Que todos se rodeen de quienes los quieren, porque repito: Seguimos aquí, y eso, señoras, hay que festejarlo.

Por mi parte prometo atracones varios, de amigos, de sonrisas, y de brindis por la gente incondicional de mi vida y esas increíbles que me quedan por conocer y que desde ya les tengo un hueco en mí.