Libros lésbicos

La costumbre de Kyle Kirk de devorar kilómetros con su Harley ejerce sobre ella un efecto terapéutico: la ayuda a pensar, la tranquiliza. Pero esa tarde, Kyle lleva consigo una inquietud que no logra adormecer por más distancia que recorra. Una idea ha hecho presa en su mente: siente una necesidad compulsiva de acudir a un local BDSM lésbico.

Kyle se inicia así en un mundo complejo, con reglas propias que desconoce. Pero muy pronto descubrirá que su inicial impulso no era simple curiosidad: es un ambiente que le atrae y que ejerce una poderosa fascinación en ella.

Pronto conoce a una enigmática mujer y bajo su guía experimenta su particular ritual de iniciación. De la mano de Dane (así se llama su maestra) Kyle se va metiendo más y más en el mundo BDSM. Pero no es sólo eso: el interés de la alumna no es sólo por la docencia recibida.

Poco a poco, Kyle se va enamorando de Dane. ¿Hay reciprocidad en esos sentimientos? ¿Está Dane interesada en Kyle? Estas preguntas tendrían una respuesta clara y simple en otro tipo de trama. Pero aquí todo es mucho más oscuro. Estamos en un terreno resbaladizo, desconocido, donde las relaciones se establecen bajo pautas distintas. Dane tiene un problema con su pasado amoroso o, mejor dicho, su pasado en una relación BDSM que resultó bastante tóxica.

A causa de la mala experiencia, Dane ha desarrollado una cierta tendencia hacia la autodestrucción. Aunque se supone que adopta en sus relaciones sexuales un rol dominante, cuando pierde el control cae en el más extremo masoquismo.

Y esto sucede cuando tiene que enfrentarse (o simplemente rozarse) con su ex, Brad. La tipa en cuestión es una dómina que, más que dominante, resulta una déspota desconsiderada. Por este motivo, las mujeres que van del otro rol (el sumiso) no tienen excesivo interés por ella. Aunque se dé aires de grandeza, el hecho cierto es que no tiene mucho éxito porque todas saben que no sabe ser una buena dómina y que ponerse en sus manos acaba siendo un auténtico riesgo. No obstante, su arrogancia extrema le confiere un cierto halo de superioridad y dominio que encandila a las sumisas novatas (y eso es lo que es Kyle). Como podéis intuir, aquí hay un problema.

Brad intentará echarle el guante a Kyle, aunque solamente sea por fastidiar a Dane. No sabemos si Kyle será lo bastante estúpida como caer en sus garras. Pero si hay algo seguro es que Dane las va a pasar canutas y todo el tinglado no va a contribuir precisamente a restaurar su precario equilibrio emocional.

En un momento dado, Kyle se convierte en dómina. Desde luego, esto le ofrece la posibilidad de comprender de primera mano el punto de vista de su amada Dale. De hecho, disfruta de su nuevo rol enormemente. Incluso llega a ser una dómina de prestigio: con autocontrol, respeto a la sumisa de turno, segura y eficaz. Tanto es así que consigue alcanzar un nivel suficiente como para poder enfrentarse con la mismísima bestia negra: la cruel Brad.

Como decía al principio, el principal aliciente de este libro lésbico es más el escenario que la trama. Porque, para qué engañarnos, si no es por el ambiente BDSM que la hace diferente, la narración no tendría demasiados elementos originales.

El eje del interés es, por tanto, un mundo en cierto modo tabú y que genera curiosidad. Pero si el tema-cuero ya es suficientemente llamativo, lo del BDSM lésbico ya es la locura del morbazo. Porque como encima la mayoría no estamos familiarizadas con el asunto, resulta un tema que sin duda nos va a impresionar.

En este momento surge la pregunta inevitable: ¿son verídicas las situaciones que se describen en la novela? ¿Es así el ambiente cuero-lésbico? Ni idea, claro. Es difícil pensar cómo viven en Marte, no sé si me explico. Así que decidí echarle un vistazo por internet para por lo menos vislumbrar los conceptos fundamentales del movimiento «leather» (por cierto, el local donde aterriza Kyle al principio de la novela se llama «Leathers»). De esta pequeña investigación saqué las conclusiones siguientes:

  1. Este tipo de relaciones pueden ser un juego sexual de alcoba (no siempre, pero en la novela las interacciones de este tipo son siempre sexuales). Se supone que el morbo generado le da más intensidad al polvo.
  2. Existen una serie de principios básicos: el BDSM ha de ser seguro, sano y consensuado. Las condiciones de lo que en la novela se denomina «escena» (yo he encontrado «sesión») se pactan de antemano. Esto en el libro se afirma una y otra vez, pero la verdad es que en ciertas ocasiones el acuerdo no parece haber quedado muy claro.
  3. La famosa palabra de seguridad: sí, parece que es imprescindible. En la novela se alude insistentemente a la tal palabra. Pero, bueno, de qué sirve si la sumisa no quiere u olvida pronunciarla (y no quiero decir más para evitar spoilers).
  4. En relación con lo anterior, la dómina tiene su responsabilidad: debe controlar la «sesión» y preocuparse de que transcurra sin daños. Debe estar muy atenta a las reacciones de la otra parte y no fiarse de que si la sumisa no dice la dichosa palabra de seguridad, es que se puede continuar dando caña. En esto, la novela tiene una falla grandísima: pervierte el «juego» y acaba dando la sensación de que quien se mete en esos mundos puede acabar en Urgencias.

Por otro lado, en el libro todos los personajes principales intercambian continuamente sus roles. No es que sea imposible (a las personas que pueden hacer de dominante/sumiso alternativamente se les denomina «switchers»), pero al parecer no se da con tanta frecuencia. O se es dómina o se es sumisa. Y no resulta fácil intercambiar los papeles.

Hasta aquí el resultado de mis brevísimas y, por supuesto, incompletas investigaciones. No he logrado averiguar si ciertas prácticas de bar bollo-leather son o no ciertas: por ejemplo, lo de meterse por sistema un falo de plástico en los pantalones para impresionar. Esto me parece tan patético que….de verdad, sobran los comentarios. Para ejercer poderío no creo yo que haga falta meterse pollas de plástico en la entrepierna.

En cualquier caso, reconozco la limitación de mis investigaciones y asumo que no he llegado ni de lejos al fondo de la cuestión. Por eso, si alguien de verdad sabe del asunto, por favor que nos ilumine. De verdad que agradecería la opinión de quien conozca el tema de primera mano.

Creo que si la autora ha pretendido normalizar las prácticas BDSM, en el sentido de hacerlas más conocidas y que perdamos el miedo a experimentar….ha fracasado estrepitosamente, al menos conmigo. La novela da una imagen bastante oscura, peligrosa, por no decir un tanto aterradora del ambiente en cuestión. Es comprensible que, cuanta mayor sensación de inquietud se genere, mayor interés se produce en quien lee la novela. Pero este es un tema delicado y lo que acaba consiguiendo es fabricar aversión y terror. A ver, para entendernos sin más: no me veo yo ni recibiendo ni propinando palizas de verdad a absolutamente nadie (y mucho menos a quien quiero). Si me dicen que es un juego y que es de mentira, pues vale, me lo puedo plantear. Así que presentando las cosas de esta manera, desde un punto de vista tan radical, tan sadomasoquista (en el sentido de sentir placer dando dolor extremo y recibiéndolo), pues cómo lo siento, pero mi respuesta es salir pitando en dirección contraria. De hecho, se pasa por el forro otra de las máximas del BDSM: no dañar.

No obstante, es cierto que estos trazos de masoquismo tan subrayado se dan únicamente en el personaje de Dale, y sólo cuando está hecha polvo. Hay en la novela relaciones de dominación/sumisión bastante menos extremas. Caroline y Anne, amigas de Dale y pareja entre sí, disfrutan de prácticas mucho más «suaves» y apetecibles. Es más, cuando Dale evoluciona, se deja de tanto recibir estopa y da paso a actividades sexuales menos violentas, más emocionales y muchísimo más atractivas (al menos desde mi punto de vista). Kyle, de hecho, se confiesa fascinada y excitada por el tema BDSM, pero su fascinación nace más de un estado psíquico que de una sensación física. A Kyle la impresiona la relación de poder en el plano mental. Obsérvese su reacción ante uno de los espectáculos que se montan en el local más duro de la ciudad:

…pasó un minuto antes de que Kyle comprendiera que los lacerantes golpes estaban siendo descargados sobre las caderas cubiertas de cuero de la mujer sometida, en lugar de sobre su espalda desnuda. Aun así el efecto era demoledor. El acto de dominación era real; el acto de sumisión, por muy teatralizado que fuese, era auténtico. La falta de un castigo físico verdadero era irrelevante. La escena había sido dispuesta, y definidos los roles. La cruda declaración de entrega de poder era innegable y contundente. Kyle observaba transfigurada la escena, cegada por la lujuria.

Y ojo, a Kyle no le colma el BDSM en sí mismo. Necesita que la relación sea emocional, amorosa, para no sentirse vacía. Porque, en el fondo, todo esto puede ser muy excitante y divertido, pero si no hay amor no vale nada. En fin, como ya he dicho, la novela explora aspectos interesantes, aunque sólo sea porque es un terreno curioso. Y eso es interesante. En todo caso, más éxito tuvieron las famosas sombras de Grey y era una trama que hacía aguas por todas partes (incluyendo el background supuestamente BDSM). Desde luego, convencional no es, no os vais a aburrir. Así que….hala, a disfrutarla si os apetece. 🙂

Edición citada: Radclyffe. Las Líneas Del Deseo/ The Lines of Desire (Salir del armario) Ed. Egales. Colección Salir del Armario. Madrid-Barcelona, 2012. Edición Ebook.