te saca la vuelta y lo sabes

El martes pasado por la noche, andaba por el parque Kennedy, con la intención de comprar un nuevo esperanzador sabor para mi odioso sustituto cigarro electrónico, cuando me encontré con una amiga de la universidad que no veía hace más de diez años (#ViejaTuVieja).

Alejandra Ariza era la típica leca enclosetada que gritaba a los cuatro vientos que le gustaban los hombres grandotes y machotes (#Meow). La «nerdie» de la que todos hablaban en esa época, pues se había ganado la triste fama de «acosadora del año», después que la «Miss cachimba» le tirara dedo públicamente por mandarle cartitas de amor anónimas, que luego fueron evidenciadas cuando se le tiró encima en un inocente día de borrachera que le costó la reputación de católica santurrona.

Me acerqué a ella, tratando de identificar si se trataba de aquella misma querida flacucha de amables modales, de voz suavecita y lentes de fondo de botella de antaño. Ella me reconoció inmediatamente ahora con lentes de contacto, con una pancita significativa y con menos alegría de la que yo esperaba después de tanto tiempo. La abracé emocionada y ella se quedó abrazada a mi (#MeReventóUnPulmón) con fortísima clara tristeza.

¿Qué es lo que le había pasado esta vez?

  1. Había escuchado que estaba trabajando en una empresa gringa de transportes hace uff, y que se había agenciado un préstamo suicida para comprarse un departamento de estreno en San Isidro que se rajó en el sacudón que ocurrió en Lima hace varios años. Así que tal vez, el motivo sería que andaba más misia que el chavo del ocho después del juicio que le costó más que el depa.
  2. Otro motivo que se me ocurrió fue que conociendo lo dadivosa que era (#YaPecabaDeCojuda), fácil se había metido en un lío familiar con las conchudas de sus hermanas que la sangraban con el cuento de las madres solteras desde que ella era una practicante que ganaba trescientos cincuenta soles al mes.

Alejandra interrumpió mis especulaciones, para darme un indefectible mensaje cuando empezó a llorar desconsoladamente en mi hombro (#SeSecóLosMocosEnMiSaco), frente a los sapasos comensales que aguzaron el oído para oír la historia.

Ale tenía, lamentablemente, lo que comúnmente llamamos «EL CORAZÓN ROTO».

Creo que mi chica me engaña Nellita, creo que me saca la vuelta desde hace tiempo.

¿Había escuchado bien? ¿Dijo MI CHICA? (#Ta’QueAlFin) (#WelcomeToTheGroupGirl) (#ProudOfYou) (#UniónCivilYA!) (#AyPerdónMeFui).

No le pregunté CÓMO, CUÁNDO, DÓNDE (me moría por saber), no quise hacerla sentir incómoda, no vaya a arrepentirse de contarme si la jodo, pensé. (#EnVerdadEraBieeeenCloset)

No entiendo, no sé si estoy alucinando, no sé porque no le pregunto directamente, tengo miedo de perderla, que me diga: SI PUES, ESTOY CON OTRA, ¡YA FUE! No sé qué hacer Nella, de verdad no sé qué hacer.

Alejandra tenía 3 añitos con su fla, y aunque sus viejos recontra religiosos ya sabían que Ale era lesbiana hace tiempo (se enteraron bien feo) y no les quedó otra que «aceptar», aún tenían la postura idiota de ignorar la situación, como si fuera un secreto familiar doloroso del que era preferible no hablar. En cambio, la familia de la supuesta sacavueltera quería mucho a Ale, y la relación entre ambas era consentida plenamente.

Fue enumerando uno a uno los extraños comportamientos de su novia, mientras yo pensaba (por experiencia propia), que hace raaaato que la habían cagado pero que era una enorme responsabilidad sugerir que estaba en lo cierto, sin saber realmente si así sería. Mientras la noche se tornaba más lastimera, yo iba comparando las situaciones y acordándome de la burrada que es querer ir en contra de lo obvio.


Después de la única relación estable que tuve hasta hoy, me metí en una de «REBOTE» (ya sabes, en la que te lanzas al toque y CON YODO, después de una ruptura, con una chica completamente diferente a tu ex).

El asunto es que no la conoces pues, ahí ta’ el detallito (#YaTeQuieresCasarYa).

El desamor genera grandes cantidades de amor ficticio.

(#CofCof) So, aquí voy:

  • Intuyes que te están colocando los cuernos y que pareces un adorno en la hato de un cazador, cuando empiezas a sentir que los cariñosos mensajes por whassap, matinales, nocturnos y a cualquier hora del día (#notedejabanichambear), no sólo ya no son respondidos con la misma rapidez y ecuanimidad que antes (#nooqueva) sino que cada vez se hacen más escasos y no los propicia ella. Los buenos días mi amor, buenas noches mi cielo, los ¿qué haces? Repartidos durante los diabéticos días, simplemente se esfuman para dar paso a los silencios espaciosos y las comunes pendejas disculpas respectivas como: «Hoy tuve un día de locos amor, ¡no sabes! Pucha, estuve full», «Este celular del diablo, que se pone en vibrador, se prende, se apaga, maldito blackberry, creo que compraré un iPhone», «Me olvidé el celular en la cartera, y estuve todo el día fuera haciendo papeleos», “Me quedé dormida mi amor, es que estaba cansadísima”, etc, etc.

Lo que no sabes es que su celular siempre anda en vibrador, guardado o volteado para que pueda charlar cómodamente con la tipa de su trabajo con la que está a punto de adornarte.

  • Sospechas que la canción del «Santo Cachón» te cae a pelo y que te deberían dar regalías, cuando te alienta a salir con tus amigas más descerebradas y promiscuas de las que antes se metía los rajes más bravos: «Esas tipas sólo piensan en tragos y en putas», antes (#Ayayay), se cortaba las venas y se desgarraba las vestiduras cuando le decías que ibas a verlas en tu casa con un par de chelitas hasta temprano nomás, ahora, no sólo te da el visto bueno sino que se las da de novia comprensiva diciéndote que las amigas son importantes y que deberías tenerlas más en cuenta.

Claro, lo que no sabes es que mientras te duchas en tu casa, tratando de convencerte que la repentina madurez de tu flaca no es indicio de algo raro, sintiéndote culpable por desconfiar (aunque tu sexto sentido te sigue repitiendo que algo no anda bien), ella, está chapando en la puerta de su hato desde que te fuiste, con la nueva huevonaza que cayó en sus redes.

  • Presientes que tu adorada flaquita te anda poniendo los cachos, los cuernos y que tu cabeza queda chica, cuando le estás contando tu día o algún chisme que a ella antes le habría parecido interesante y de pronto te saca de cuadro con alguna cojudez como: «Amor! A ti no te gusta el Rugby no? Deberías hacerlo, parece divertido». «Maldita sea» (Piensas), «¡en qué momento le empezó a gustar ese deporte salvaje!» Ella que es tan “NO A LA VIOLENCIA” “PEACE AND LOVE” “UNIÓN CIVIL YA” (#PerdónMeFuiDeNuevo). Allí te das cuenta que sus gustos han sufrido variantes. Evade tus preguntas haciéndote sentir una lunática por preguntar y encima se ofende por tu cara de “Algo carajo pasa”.

  • Atrácate de nervios cuando en el whassap ya no sale su última hora de conexión, cuando cambió su foto de perfil sola y mirando al horizonte en vez de esa que por meses tuvo abrazadita a ti. Pélate de nervios (#Weonaaa) cuando le duele la barriga y no puede salir el viernes por la noche, el sábado tiene que leer para un examen, el domingo es día familiar, y el Lunes está muy cansada para verte.

  • Dalo por hecho cuando no contesta llamadas a tu lado, cuando se para sin importar donde estén y se demora como si se estuviera confesando, cuando de pronto escuchas una risita coqueta que hace tiempo no le escuchabas mientras habla con Dios sabe quién, cuando regresa y le importa un pepino lo que le estabas diciendo.

  • Sal de allí corriendo, cuando vayas a su casa y hables más con su vieja que con ella, cuando juegues con su hermanito y ella está en el baño hace una hora, cuando sacas a pasear a su perro, pero sola, cuando de pronto está de mal humor de nada, cuando te busca mecha por huevadas (#FinesDeSemanaDeHecho), cuando por último… necesita espacio y no te llama ni para saludar.

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p>No tuve corazón para contarte todo esto y esta es mi manera de expresarme Ale, espero que leas esto y que sepas que aunque creas que eres una leca intensa, y las cosas que aquí digo pueden no ser indicios reales, el sexto sentido no falla. Que cuando alguien te quiere de verdad no hay excusas. Que mi historia de relación “REBOTE” terminó cuando dos semanas después de pedirme espacio la vi agarrando con una seleccionada nacional de Rugby que salió más cagada que yo.


Gracias Fito Espinoza, por la enseñanza, el entendimiento, la recapitulada de este post.

Pintura de la talentosa: Andrea Barreda.