Marianella Castro

Arroz con leche, me quiero casar, con una señorita de Portugal, que sepa coser, que sepa bordar, que sepa abrir la puerta para JUGAR.

Si pues, no es novedad, jugar siempre estuvo de moda, sólo que ahora hemos cambiado las rondas infantiles por las redes, la liebre por gato, el chicharrón por chancho, pero la dinámica es la misma, es igualita.

El sano entretenimiento de hace años, como «juguemos en el bosque», «encantados», «las escondidas», «mundo», y para algunos precoces «el papá y la mamá» O.o, ahora tiene mucho que ver con nuestros asuntos de adultos, pero esta vez estás en la obligación de saber las reglas, sino, te puede costar más que irte a sentar a un lado mientras ves como los más vivarachos ganan la partida.

Pues bien, hay un juego al que le hemos entrado todos, por lo menos una vez en nuestra vida, sobre todo en la adolescencia, pero del que he venido escuchando constantemente ya de «grande»(#MAY) y se llama PSICOLOGÍA INVERSA, o como acostumbro llamarle cariñosamente, LA LEY DEL NO y se juega en este caso específico de una manera muy simpática.

Pasa cuando te gusta alguien de características mucho muy singulares para ti y generales para cuantos ya nos la tuvimos que comer doblada (la experiencia). Sucede siempre con la que te recontraencanta, con la más bonita de todas (#ofcoursemyhorse), con la mujer más linda que has visto en tu vida (#notienescable), la que tiene… ESO, eso que nadie más tiene, con la que oyes las campanas nupciales en cuanto abre la boca, la que te hace tartamudear o peor que eso, querer golpearte la cabeza contra el pavimento cuando te hace una simple pregunta y tú, no sólo no puedes responderla con lógica elemental sino que encima respondes con una pachotada más grande que el grano en la nariz que te salió un día antes de tu fiesta de promo (#taquenerdesteweon). Ella también es la que te mira pero no te mira, la que sonríe pero luego parece que no, la que te habla por los motivos que menos piensas (que son obvios para los demás), la que te mantiene en una montaña rusa de melcocha y auto condescendencia escuchando canciones de Río Roma, esa, la interesantemente extraña muchacha por la que anda atrás en cuatro patas medio país.

Ósea… demasiado barco pa’ tan poco marinero (#Psstsiatitehablo).

Ahora descrito el inconveniente obvio del juego, paso a la actitud que debe ser tomada en cuenta que nos lleva a la bien sabida filosofía del: ¿TE GUSTA? IGNÓRALA Y VENDRÁ A TI, ósea:

(#taratatán)

(#yatelasabesperonoaplicaspueshijito).

Si te gusta alguien y la quieres para ti… (#OJO)(#chapatuhisopo) has el esfuerzo sobrehumano de hablarle poco o nada, que no tenga la más mínima pista que te interesa o por lo menos que lo dude bastante, esto hará que camine solita hacia ti. En la actualidad el asunto de la tecnología ayuda una barbaridad, sólo debes ¡NO LLAMARLA! si te dice algo, contesta por whassap nomás, con un mensajito corto y despreocupado puedes tenerla a tus pies, y si ya te aceptó la solicitud de amistad, después de 3 meses de enviada, deja de ponerle LIKE a todo lo que pública (#stalkerdemie). Que tu muro no contenga nada de tu vida telellorona, ni te hagas el dandy tratando de poner algo interesante, porque ya te diste cuenta que no te sale, así que es mejor que seas un fantasma y según tú nunca sabes lo que ella publica, capicce? Además como quien no quiere la cosa, lo infalible es coquetear con alguna por allí o mejor aún con su amiga, no mucho, sin que se te pase la mano, para que luego, cuando tengas a la susodicha entre tus brazos (#siguesoñando), no reclame y puedas decir que a ella le pareció. No hay nada mejor que la indiferencia utilizada para provocar la cercanía. Nunca falla.

Pero, ¿por qué resultaría esto?

La explicación que debería de dejar de ser hipótesis para concebirse como un hecho de facto es que, este tipo de chicas siempre tienden a que por más que les digan que no hagan algo, lo terminarán haciendo a pesar de las consecuencias que puedan enfrentar. ¡Les encanta el desafío! ¡El masoquismo disfrazado! Esas son las que de chiquitas seguramente escuchaban un NO de su mamá, como un SI rotundo, y se andaban electrocutando con cuanto toma corriente encontraban (#heaquílaexplicacióndetodo).

Son una especie de pseudo Moisés, tratando de abrir el mar en dos, cuando se les presenta un plato de sopa. Simple. Estrategia. Todo es un juego.

Ahora bien, ¿qué pasa si a ti no te gusta jugar? Porque no está en tu naturaleza, no haces lo que no te gustaría que te hagan, no te parece correcto utilizar planes tan bajos para conquistar a una chica (#siclaro) o tal vez… (#TO-MA) la verdad es que jamás entendiste realmente como. Te explicaron ah, tus patas te cachetearon, te chaparon de los pelos, ¡te hicieron comer tierra como a los de Pedro Paulet! pero…NUNCA, nunca te resultó.

O.o

Entonces (#alistaeltambor), a ti lo de «con ésta, sí, con ésta no, con ésta señorita me caso yo» no llega a ser ni siquiera opción, es lo que es, como lo es para mi.

Conozco a mucha gente que simplemente intentó jugar o nunca se atrevió, o nunca le importó hacerlo, y otros que ya terminaron el bachiller con honores, y se van por el master de los juegos del hambre 2014 (#veaselapelicula).

La diferencia no radica en si lo haces o no, sino en la pérdida de tiempo que te significan este tipo de chicas.

¿Sabes que para mantener la relación a flote vas a tener que darle emoción al asunto cada semana? ¿Buscar razones para pelear donde no hay? ¿Ignorarla para que muera por ti? ¿Qué el factor de celos es lo único que podrás utilizar como medio de una buena relación a nivel sexual? ¿Sabes que al conquistarla vas a salir por los palotes en algún momento y vas a vivir al salto, esperando que se aburra? Le des lo que le des, hagas lo que hagas, digas lo que digas, así será, en un mes o en un año, o dos (depende de lo que quieras aguantar).

¿Te acuerdas cuando jugábamos a «San Miguel, San Miguel» felices, nerviosos y expectantes, con la adrenalina a tope, esperando que venga el villano a arrancarnos y jalarnos de nuestro lugarcito seguro? ¿Y si te resistías, (#pobrecitotú) te arrastraban como costal de papa, a pesar de estar rodeados de gente que nos advertía y trataba de mantenernos a salvo, siendo el único propósito el de convertirnos en cómplices de la misma fechoría, eligiendo al azar a otro, víctima de la mala suerte?

Mira a tu alrededor, hay mujeres y mujeres … el roche es que te guuuuuuusta el maltrato… como a mi.

Pintura de la talentosa: Andrea Barreda.