Closet laboral

Aventurarse a ir por el mundo con una bandera arcoíris como estandarte en México, no siempre es de las mejores ideas, por lo contrario, en la experiencia de muchas de mis amigas y conocidas, mientras más te hundas en Narnia es mejor. Pero ¿qué hay cuándo de verdad no tienes ganas de esconder nada? Es todo un dilema el decidirte, si permanecer libre y multicolor por los pasillos de la oficina o pintarte el día gris en el claustro de tu personalidad.

Muchas chicas por evitarse las conversaciones indiscretas o por colocarse en la postura “yo no tengo que decir nada, porque es mi vida y no les importa”, evitan meterse en tema o no se comportan de manera usual; estimada lectora, considera que voltear a ver a tu compañera con un giro tipo “Exorcista” significa que no estás cubriéndote tan bien.

Consideremos los puntos negativos o posibles, es decir, ¿qué consecuencias nos puede traer el salir del clóset laboral?  

Discriminación

En sí el encontrar un trabajo bien remunerado y con prestaciones oficiales es difícil, pero el peor de todos los colmos es este, ya que 1 de cada 3 personas gay en México ha sido blanco de algún tipo de discriminación laboral y al 14% se les ha negado el empleo a causa de su sexualidad.

Si el ambiente en tu espacio guarda tintes sexistas, quizá sea el primer factor a considerar para regresarte al armario con todo y tupperware de verduras.

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Ser la “todas mías” del lugar

El pensar que a una lesbiana le gustan todas las mujeres, suele ser un estereotipo muy popularizado por Shane de The L Word, puede pasar que si sales, de repente llegue Carmen la de Recursos Humanos y te diga “perdón, pero soy normal”, mientras tú, no tienes idea de lo que dice.

La “todas mías” es un término de la vida diaria, como cuando vas de fiesta y cierta chica ya anduvo con el 70% de las asistentes, opuestamente a un sitio como tu trabajo, no es tan común que nos pase a las lesbianas.

Interrogatorios de oficina

De cualquier mal, este se resuelve con un buen diálogo. Siempre existirá una respuesta diplomática para una pregunta estúpida por ejemplo “eres muy guapa y femenina ¿cómo es que eres lesbiana?”, claro, tu educación debe corresponder a la de una delicada flor: mis gustos no definen un estilo para vestir o comportarme, pero gracias por lo de guapa… (Hay que aceptar cumplidos).

El convivir con las personas de una manera sana y sin buscar confrontaciones, siempre ayudará al lugar de trabajo a ser más armonioso y por tanto se fomente una atmósfera de tolerancia y respeto.

En una anécdota interesante, justo comencé en un nuevo trabajo y en lo personal me cuesta mucho guardar palabras del argot LGBT mexicano, como buga o lencha, así que ni siquiera consideré regresar al clóset. Aunque ya corren chismes de que soy rara, creo que se refieren a que bailo en mi cubículo y no a mi orientación sexual.

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Definitivamente cada postura es interesante y la decisión es muy particular, pues permanecer o no en el armario a causa de tu empleo, será algo que decretarás en el momento más oportuno de tu vida.