En el episodio pasado de One Big Happy conocimos a la ex novia de Lizzy, que es lo que se llama una HDP. Afortunadamente, con la ayuda de la siempre atenta (a veces demasiado) Prudence, Lizzy pudo deshacerse de ella y empezar un nuevo camino de autoestima y felicidad lesbicanaria. ¡Al menos eso esperamos! ¿Vemos como va la vida después de la ex?

Lizzy en One Happy Ending

¡Amnesia ven a mí!

Nuestro episodio comienza con Lizzy leyendo un libro sobre bebés. Es normal en las madres querer saberlo todo sobre sus pequeños misifusos, así que nuestra chica entra en la norma. Entonces decide averiguar cómo se ve el bebé en ese momento dentro de su pancita y ¡¡¡HORROR!!! Hay cosas que es mejor no saber jamás señoras. Lo digo por experiencia… mi abuelo era doctor y en casa tenía un libro de ginecología… Aun no he podido olvidar algunas de las cosas que vi en ese libro…

Reponiéndose del susto está cuando llegan a casa Luke y Prudence con buenas noticias, resulta que, mentirijilla de por medio, han conseguido que el mejor ginecólogo del lugar atienda a Lizzy. Nuestra rubia está más feliz que una lombriz, porque conseguir una cita con el «susurrador de fetos», nombre con el que se conoce al interfecto, es prácticamente imposible, así que punto y partido para Luke por conseguirlo.

Pero no todo es bello en este mundo señoras, porque los dos están tan contentos que no se dan cuenta de que Prudence se siente totalmente echa a un lado.

One Big Happy

Lo siguiente que vemos es a nuestros tres mosqueteros en el gimnasio ejercitándose. Y mientras Prudence y Luke estiran, Lizzy ejercita los ojos para echarle unas cuantas buenas miradas a cierta chica que le gusta. Su amigo empieza a darle la tabarra y le cuenta a Prudence que la rubia lleva meses echándole miradas a la otra.

Lizzy: No es que esté enamoriscada de ella. Es solo alguien que me gusta y a la que me gusta mirar. Y cuando no viene se arruina mi día.

Eso sí, nuestra rubia padece del mal de la «timidez lésbica». Sip, ese terrible pánico de acercarse a las chicas guapas y sacarles conversación que tienen muchísimas lesbianas. Así que tanto Prudence como Luke se ponen en plan conspirador y tratan de ayudarla con algunos consejos:

Luke: Deberías ir a hablar con ella. Empieza por disculparte por llevar tres meses mirándola.
Prudence: O puedes felicitarla por tener un trasero tan apretadito y sexy.
Luke: (Mirando a Prudence como ¿En serio?)
Prudence: ¿Qué? Estoy casada no muerta.

Jeje, cada día amo más a Prudence señoras. En fin, como Lizzy sigue sin dar el gran paso, los dos desarrollan una estrategia para posicionarlas en caminadoras contiguas. ¡Y éxito!

Lizzy y Kate hablando

Las cosas pintan muy bien porque Lizzy y Kate (así se llama la chica) tienen química enseguida. Y además son igual de patosas para ligar. Empiezan a tirarse los tejos de manera inadvertida y loca pero definitivamente divertida. Eso sí, las cosas caen en picada y nunca mejor dicho porque cuando Kate intenta darle la mano a Lizzy pierde el paso y ¡zaz en toda la boca!

Lizzy y Kate en One Big Happy

La pobre sale pitando a los vestidores para intentar enmascarar su vergüenza, pero no tiene porque temer, a Lizzy le encanta que sea patosa. La caída creo yo que le ha dado puntos extras porque la rubia tiene cara de haberse sacado la lotería.

Más adelante, vemos a Lizzy con toda la familia en los bolos. Resulta que le mintió con todos sus dientes a Kate para poder invitarla a salir sin que se notara que la estaba invitando por si acaso decía que no. ¿Por qué las lesbianas nos complicamos tanto la existencia?

Examinando-a-Kate

En fin que Kate llega a la posiblemente cita y todo el grupo (excepto Lizzy que va a recibirla) intenta averiguar si es o no lesbiana. (Dios, como me reí con esta escena porque me recordó muchísimo a la de The L Word, cuando Bette, Tina, Shane y Alice intentan ayudar a Dana a saber si Lara es lesbiana). Como son heteros, digamos que lo suyo no es la sutilidad. Le preguntan si le gustan los deportes, si maneja un Subaru (como Dana :P) y si veía The L Word. Lizzy muere de la vergüenza pero al final funciona porque Kate le dice que efectivamente es lesbiana y que según ella esto era una cita.

Lizzy y Kate en la cita

Todo sale a pedir de boca, porque Kate también le confiesa a Lizzy que, lleva meses echándole ojo en el gimnasio y que cuando no va su día es más oscuro. ¡Toma ya! Son la una para la otra. ¡De aquí a la boda! El hijo ya lo adelantaron así que va con pack de dos en uno.

Al otro día, Luke y Lizzy van a su cita con el ginecólogo ese super nice y ya de paso aprovechan para platicar de lo bien que fue todo en la cita. La rubia está super emocionada, porque pensaba que le sería más difícil ligar ahora que ha empezado la aventura de ser madre. Pero no ha sido así, eso sí, falta contarle a Kate lo del bebé, pero bueno, ya habrá tiempo para eso. ¿O no?

Lizzy y Kate en el médico

Pues sí señoras, Lizzy es tan gafosa como yo y resulta que ¡Kate es su enfermera! Obviamente lo de esconderle el embarazo ahora es imposible, así que se apresuran a explicarle la situación. De todos modos, el momento es terriblemente incómodo. Porque claro, como enfermera, Kate tiene que hacerle preguntas incómodas a Lizzy en plan: ¿Cuánto pesas? O este diálogo que jamás querrías tener con una cita:

Kate: ¿Cómo describiría sus deposiciones?
Lizzy: ¿Sexys?

Un desastre todo señoras y como si eso fuera poco, a Lizzy se le cae el vasito de pipi para un examen en los zapatos de la enfermera.

Lizzy en One Big Happy

Estas cosas solo nos pasan a Rogue y a mí

Luego vemos a la pobre de Lizzy en su casa contándole la historia a Prudence y Leisha y totalmente traumada. Prudence como siempre se lo toma por el lado positivo y le dice que en idioma perruno «ya es suya» (LOL). Luke añade que tiene que tener paciencia, porque la noticia le ha caído cual bomba a la pobre de Kate, entonces seguro necesita tiempo para macerarlo. Le dice que se fije en Prudence, que aceptó que él tuviera una familia fuera de la que tiene con ella. Esto lo decía en buen rollito para relajar a Lizzy, pero termina afectando aún más a Prudence que cada vez se siente más fuera de la fiesta.

Lizzy y Kate

Pero dejemos de lado ese problema por un minuto para volver a Lizzy, porque resulta que Kate le pidió volver a verse, así que la mujer se emociona a full y ya está planificando una boda oficiada por la mismísima Jodie Foster. Cuando llega el momento de la cita, Kate le dice que aún le gusta y que tiene el peso perfecto para su etapa de embarazo (lol por eso último) pero luego viene el mazazo porque no puede salir con ella.

La situación es muy complicada, pero no por lo del bebé como pensaba Lizzy en un principio, eso no la incomoda. El problema está en que su jefe no le permite salir con pacientes, así que hasta que la rubia no deje de serlo no pueden verse…

One Big Happy

Lo siguiente que vemos es otra cita con el susurrador de fetos, que les enseña por primera vez al misifuso. Kate también está ahí, suspirando por su amor prohibido y contando los días que le quedan a Lizzy para tener al bebé y poder volver a estar juntas.

Y así terminamos este episodio señoras. Amor prohibido murmuran por las calles, pero la esperanza nunca muere ¿verdad? Vamos a ver que nos deparan los próximos episodios de One Big Happy lesbicanarias.