Cuando llevas cierto tiempo con tu novia, años o incluso unos meses, sucede que por un «comentario simpático», te dicen que si no son hermanas porque se parecen «muchísimo». Si no te han dicho que eres igual a tu novia fracasaste como Lesbicanaria…
Pero lo interesante es ¿Será verdad o mentira? En ocasiones hay personas que al ver a dos mujeres «cercanas», pues piensan «son hermanas», y ese pensamiento aumenta cuando usan ropa similar o son del mismo estilo. En ese punto todo es una suposición y una normalización de la heterosexualidad.
También es posible que busques en tu novia ciertas características que le asemejen a ti y podría ser que eso ya requiera una terapia… (Ok no) El problema es cuando sin querer (o eso decimos) comenzamos a parecernos a nuestra pareja y hay algunos hechos que pueden ser las razones:
Convivencia
El verse diario y estar juntas todo el tiempo les da un «no sé qué» y comienzan a realizar gestos similares, comunicarse con las mismas frases o compartir el guardarropa. Ese compartir las une y al mismo tiempo las está acoplando en una imagen y semejanza a su pareja. No es tan malo como suena, mientras la relación tenga su debido respeto a la individualidad y muchas otras características que hacen una pareja sana.
Conexión (cósmica o algo…)
Con ella, como es tu amorcito corazón y todo eso romántico, hay algo más allá, extrasensorial y mágico sobre ustedes, y es muy lindo cuando lo sientes, aunque sea casualidad. Se complementan las frases, la una a la otra, saben sus gustos y hasta lo que pedirán en el restaurante. Eso es positivo y divertido si lo sabes manejar.
Mezclar y unir sus mundos
Esta es una opción mejor agradable, ¿por qué? El empezar a juntar lo tuyo con lo mío y hacerlo «nuestro», sin espacio personal o sin esa esencia de cada una llega a ser destructivo, sobre todo cuando una se pega a la otra como flotador; aprende, se comporta y hace lo que la otra. De pronto ya no tienes amigos propios, eliges salir a donde ella decida o si a tu novia no le gustaba el cine de arte ahora tú lo evitas.
Ese concepto se llama mimetización y consiste en adaptarse al otro, dejando atrás u omitiendo la propia personalidad. Incluye la vestimenta, las expresiones y el comportamiento… todo. Y es fácil confundirse entre los otros dos puntos mencionados.
Así que si un día te dicen que te pareces mucho a tu novia y les preguntan que si mínimo son primas, piensen bien si no están cumpliendo alguno de estos puntos. No olviden dejar sus comentarios que siempre leemos con gusto en Lesbicanarias.
