Una de mis cosas favoritas de las que escribir en lesbicanarias son las propuestas de matrimonio lésbicas. Y es que aunque ahora todo va cambiando y cada vez hay más representación en los medios, la verdad es que aún no es del todo común ver a parejas lésbicas felices como lombrices. Por eso sé que esta propuesta de matrimonio entre dos chicas les va a alegrar el día. En primer lugar porque ¡el amor es super bonito cuando se comparte! Y en segundo porque la han hecha de manera especial y con una mascota super linda acompañando.

Nuestra historia de amor comienza en la Universidad Elon en Carolina del norte donde Grace Baldridge y Elizabeth “Lizzie” Capel se conocieron hace cuatro años. Y a pesar de que Lizzie no se reía de los chistes de Grace las dos terminaron siendo inseparables desde entonces. Especialmente porque las dos son apasionadas de viajar, así que las dos se mudaron juntas a Los Angeles, en donde residen ahora mismo.

Las chicas llevaban ya un buen tiempo preparando su próximo viaje, su idea era manejar desde Los Angeles hasta Alaska junto a su perrito Willie Nelson e ir parando donde les fuera cuadrando para disfrutar de todo el viaje. Además las chicas querían documentarlo todo para poder recordar el viaje, como solemos hacer todas.

Así que a Grace, que llevaba un tiempo ya pensando en cuál sería la manera de hacerle la gran pregunta a su chica, se le iluminó el foco y decidió que el viaje era el momento perfecto y empezó a planificarlo todo para poder incluir la propuesta en medio del viaje.

Parecía óptimo comenzar este nuevo capítulo de viaje con las cosas que nos son más valiosas: nuestro perro Willie Nelson y tenernos la una a la otra.

La pedida de mano llegó en el día número once de su viaje.

Una mañana le sugería que fuéramos a ver la vida salvaje cerca del parque Kincaid. Una ve ahí, nos encontramos un puente desierto donde podíamos ver un grupo de alces. Así que decidí que ese era el lugar. A lo mejor fueron los majesutosos alces en el fondo o a lo mejor el hecho de que ya no podía aguantar los nervios de seguir con el secreto ni un minuto más. Puse la cámara como venía haciendo todos los días, dije algo divertido para difuminar la tensión y le pedí a la chica de mis sueños que se casara conmigo, como siempre supe que haría.

Y podría describirles lo bonito que fue, pero ¿para qué cuando pueden verlo ustedes mismas:

¡No me digan que no ha sido bonito ver esta propuesta de matrimonio entre dos chicas! A mí se me ponen los ojitos de corazón cada vez que me toca ver algo así. Parece que que hay tanto amor que contagia felicidad ¿verdad? Además el motivo de Grace para compartirlo es muy bonito:

Pienso en mí cuando era una niña, una niña pequeña tomboy que sentía la necesidad de quedarse bien adentro del closet. Las mujeres butch o tomboy jamás terminaban bien en la televisión o en las películas. La gente que se presentaba a sí misma de la manera en la que yo quería presentarme usualmente era la broma del lugar o un personaje secundario. Me gustaría poder volver atrás y contarle a mi yo cuando era una bebé lesbiana que no perdiera la esperanza, porque todo termina funcionando.

Espero que les haya gustado tanto como yo y que las haya dejado con la misma sonrisa que llevo puesta mientras les escribo este artículo.

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