Verónica’ es un thriller mexicano que cuenta la historia de una psicóloga de mediana edad (Aracelia Ramírez) que vive alejada de la sociedad en una pequeña cabaña en las montañas. Lleva tiempo sin ejercer hasta que decide aceptar el caso de Verónica de la Serna (Olga Segura), una paciente con recuerdos reprimidos desde su niñez, y con su último terapeuta desaparecido.

Nada más comenzar la película es imposible no acordarse de ‘Persona’ de Ingmar Bergman teniendo en cuenta la estética en blanco y negro (aunque hay escenas a color) y con sólo dos protagonistas. Carlos Algara y Alejandro Martínez-Beltrá, los directores de la película, confesaron que fue ese film el que inspiró ‘Verónica’.

Inicialmente se nos ofrece la visión de una terapia rutinaria entre médico-paciente pero según pasan los minutos la tensión y el intercambio de papeles entre ellas se hará patente. Además descubriremos cómo el pasado de Verónica ha trastornado su vida y su mente más de lo que parece a primera vista.

La psicóloga es una mujer analítica y rígida que según va avanzando la película pierde frente a su paciente que poco a poco empezará a manejar la situación y a tomar el control de la mente de la psicóloga. El juego de poder entre ellas va avanzando y cambiando durante toda la película, lo que hace que sea interesante y mantenga la intriga.

En la película se tratan las agresiones sexuales y abusos en la infancia pero por parte de la madre. Es un tema interesante ya que pocas veces se trata este tema en el cine, sí con frecuencia por parte del padre o algún hombre de la familia pero pocas veces por mujeres. Lamentablemente lo hace de una forma errónea y carente de sensibilidad. Cae en el tópico de “como abusaron de ti de pequeña te hiciste lesbiana”. El trato dado sobre este tema está exento de tacto y lo que podría haberse convertido en una oportunidad de ahondar en un tema delicado, incluso novedoso, acabó convirtiéndose en diálogos y situaciones de mal gusto.

Una de las cosas destacables del film son las actuaciones de Aracelia Ramírez y de Olga Segura. No es fácil que sólo dos actrices en una cabaña perdida en la montaña mantengan una película, es un reto difícil y muy duro, pero ellas lo consiguen y aprueban con nota.

Este largometraje es un avance en el cine mexicano, donde no es frecuente ver thrillers y menos aún con esta temática, pero siento que se queda descafeinado. Además de lo mal expuesto que está el tema de los abusos, la película tiene momentos aburridos y llega un punto en el que te esperas lo que pasará a continuación, perdiendo la esencia del suspense.

Aun con todo esto, pienso que podrían dedicarle unos minutos de su tiempo y darle un visionado aprovechando que está en Netflix. Lo más que van a perder será poco menos de hora y media de su tiempo y quizá hasta le saquen más “chicha” que yo.

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