Mi Sol favorito

Luz madrugadora encendiendo la Toscana. Sol en mi ventana. Sol color banana. Sol despertando tan suave como una purificadora nana. El Sol dando los buenos días al Pato y la rana.

Mi Sol favorito es gratuito. Ese Sol que amanece en tus ojitos. Sol en el desayuno, en los huevos fritos. Sol brillando a gritos. Sol destacando desde que era un mito. Sol bendito. Sol tan rico como el más añejo de los quesitos. De la letra i, el Sol es su puntito.

Sol en el piano. Pasión del Sol que se acerca de su mano. Sol de sonido rugoso o más bien plano. Sol que no ha nacido en vano. Sol melódico, plácido, sereno, cadencioso, como las canciones de Mecano. Sol alimentando el otoño y sus manzanos, Sol rejuveneciendo el invierno si la primavera se le arrima demasiado temprano, Sol ardiendo en pleno verano.

Sol aroma a momento. Sol que trenza su cuerpo con el viento. Un Sol irreal, de cuento, que muy dentro siento. Sol violento al que me enfrento. Avanza el día, el Sol va en aumento. Ese Sol es mi sustento.

Sol en la guitarra. Sol firme como tu garra. Un Sol que sufre, cura y después narra. Sol sanador, aquí y en Navarra.

Ocaso en el país del Sol naciente. Sol pensativo capaz de iluminar la mente. El Sol más frecuente, también el más sorprendente. Sol centelleando desde tus dientes, sonrisa que nunca miente. El más bello Sol durmiente cuando en el cielo está ausente. Sol vivo viviente…

Todos los Soles del mundo se pueden marchar a otro mundo mejor siempre y cuando no se lleven de mi lado tu calor.

Aposté mi Vida

Aposté mi Vida por lo que aquí dentro siento. Por escribir un cuento desde tus soplidos de viento. Porque tus defectos con los míos se vuelven perfectos. Porque tu ukelele con mi lápiz no componen lamentos. Porque abrazarte un momento apaga cualquier tormento. Solo por eso soy ganadora, lo logre por completo o solo un fragmento. Si hubiera permanecido saboreando ese cruento “¿y si…?” con el Titubeo sin fundamentos y el Miedo harapiento en su eterno enfrentamiento, acabaría vomitando lamentos hasta mi último aliento…

Mi esencia no se disfraza

A veces siento que soy la mezcla de todos los países y razas; soy única en mi especie, mi esencia no se disfraza.

De origen español, donde nació mi primer verso, soy la mano desértica de Atacama pidiendo compasión al Universo.

Me muevo con la parsimonia del sur de América, soñadora habitante de una isla quimérica.

Misteriosa igual que la Antártida, a veces tanto como la tierra más árida.

De puntualidad germánica pero no cuadriculada, igual que el orden de los edificios en Praga mi cabeza está bien amueblada.

Perezosa como el animal más vago de la selva amazónica, admiradora del lenguaje en todas sus formas fónicas.

Contadas son las ocasiones en que explota mi placa tectónica, no soporto el dance ni la música electrónica.

Disfruto con platos picantes mexicanos o chilenos, no me gusta el pescado crudo aunque me aseguren que está bueno.

Los pocos nervios que me ponen el cuerpo del revés los compenso con un sosiego parecido al de vivir al final del pueblo groenlandés.

La respiración de mis letras florece por las calles empedradas de Italia y Francia; si no se llegan a conocer en todo el mundo, para mí, ya no tiene importancia.

Mis deportes favoritos se salen de lo corriente, desde escalada hasta esgrima y cualquiera que vuelva a mi sangre un líquido ferviente.

Sueño con bucear con los tiburones de Oceanía, puede parecer absurdo pero ese lugar no es ninguna manía.

Mis interminables momentos de meditación se asemejan al proceso zen originario de China y Japón.

Tan silenciosa como un monje tibetano, eso no significa que esté enfadada y evite tenderte la mano.

A veces mi carácter puede parecer frío Finlandia; en realidad, es tan tímido como si viviera en el lugar más remoto de Islandia.

Me atrae la cultura egipcia y los enigmas que aún están por descifrar; el atractivo del resto de África, desde Cabo Verde hasta Madagascar.

Soy única en mi especie, mi esencia no se disfraza; ¿qué te parece si, de una vez por todas, nos quemamos las mordazas?