UIO sácame a pasear película lésbica

UIO: Sácame a pasear, nos habla de Sara, una adolescente que está en su último año del instituto. Es una chica solitaria, rara para el resto de sus compañeros, con pocos amigos y cuya vida transcurre entre el instituto y su casa. Vive con una madre controladora, con la que mantiene una relación distante, y un padre, escritor, mucho más cercano y comprensivo.

Vemos como la vida de Sara cambia cuando Andrea llega al instituto. Entre las dos surge una amistad que poco a poco va convirtiéndose en algo más. Ambas encuentran en la otra su compañera para compartir su amor por los libros, pasear de noche, sentarse en un banco solitario…

Empiezan a salir juntas a divertirse, primero a conciertos y después, cuando ya son pareja, por locales de ambiente. Su relación es un completo secreto para todo el mundo y es en la habitación de Sara, escondidas en el patio del instituto o en esos locales de ambiente, donde pueden estar juntas.

Esta película nos habla del despertar sexual, de la salida del armario, del rechazo y del miedo pero sobre todo nos cuenta una historia de amor entre dos chicas. Puede parecer otra película dramática pero no lo es en absoluto. La película escapa continuamente del conflicto y aun teniendo pequeños momentos de tensión, desprende un tono suave durante todo el metraje.

Me gustó, y mucho, cómo está rodada. Es difícil recordar al resto de personajes ya que la cámara se centra en ellas dos casi en exclusividad. El padre y la madre de Sara aparecen muy pocos minutos y son mostrados en actividades cotidianas: la madre de llevándola al instituto, el padre preparando la comida o dándole dinero para tomar algo cuando salga, etc…

película lésbica UIO

Una de esas escenas en las que aparecen los padres me llamó particularmente la atención: Sara está comiendo con ellos y se ve de fondo en la televisión el telediario. En él están dando la noticia de que una chica ha sido ingresada en contra de su voluntad en un centro para curar su lesbianismo. Me impactó la pasividad con la que los padres de Sara reaccionan, o mejor dicho, no reaccionan. Aunque en España esa noticia sería inconcebible según las leyes actuales, sí muestra la realidad que se vive en muchos lugares del mundo donde esto no sólo no escandaliza sino que es algo completamente normal.

Película lenta y tranquila, sin muchos artificios y muy intimista. Vemos lo que es la vida de una adolescente: sin muchos conflictos y con una rutina centrada en ir al instituto, los deberes, salir por las tardes a pasear, ir a conciertos, leer, la música, el sexo… No puedo dejar de mencionar la banda sonora que nos acompaña durante todo el largometraje, ya que me encantó, así como su impecable y luminosa fotografía a manos de Manuel Bascoy, en la que se nos muestra una preciosa Quito.

La actuación de sus dos protagonistas, Samantha Caicedo (Sara) y Mariana Juliana Rangel (Andrea), es muy acertada y dotan a sus personajes de un realismo puro. Las escenas, tanto individuales como juntas, son creíbles. Vemos a Sara masturbándose (cómo olvidarme del cepillo de dientes de Sugar Rush al ver esa escena) o a ellas dos besándose y teniendo relaciones, pero estas escenas no fueron ni artificiales ni forzadas sino de lo más dulces y realistas (sin ser eróticas en absoluto). Aquí sí hay besos, Lesbicanarias, y de los que te dejan con una sonrisa tonta en la boca pensando: ¡¡¡Cuanto amor!!!

En palabras de su directora:

[…] La adolescencia es una época de transición en la cual el individuo necesita reafirmarse; y en dicho momento como enfrenta el amor. Sara y Andrea, son dos chicas que no se sienten identificadas con la gente que les rodea. Yo les veo como dos individuos que necesitan encontrar otro espacio; de cierta forma quieren escapar de su realidad monótona. Y en su condición encuentran un escape; lo que une su amor es la afinidad y formas parecidas de ver el mundo.

La película se construye en este acercamiento (entre Sara y Andrea), en la amistad y atracción que deriva ese encuentro de dos soledades. Es el despertar de una identidad sexual con las búsquedas que surgen en la adolescencia; descubrimiento que configura una identidad alrededor del cuerpo.

Este primer largo de Micaela Rueda llega plagado de premios en varios festivales, aunque no ha tenido mucha publicidad por este lado del charco. Reconozco que he ido a verla sin esperar nada, ni bueno ni malo, iba, si me permitís la expresión, completamente virgen. En muchas ocasiones voy a ver una película por sus innumerables buenas críticas y por la publicidad que nos lanzan durante meses. Como ejemplo de las que se proyectan en este festival pondré a Heartland o Bellow her mouth. Es normal que con tanta publicidad se generen expectativas y después, en la mayoría de los casos, llegan los chascos.

UIO película lésbica

Sin embargo, sin publicidad y sin expectativas he encontrado en UIO: sácame a pasear la pequeña joya de este Lesgaicinemad. Así que no puedo dejar de recomendárosla. Algunas veces las pequeñas cosas son las que más nos llegan al corazón y UIO: sácame a pasear a llegado al mío.

Por cierto, para las que se pregunten de donde viene UIO, os diré que son las siglas aeroportuarias que se refieren a la ciudad de Quito