Bueno, bueno, bueno… a ver… ¿Dónde están las que se quejaban de que no pasaba nada entre Julia y Mariana en la novela?… Sí, sí, ahora dirán que ustedes no dijeron nada… y es que, sé que habrán visto los capítulos y estarán de acuerdo conmigo en que en una semana ha pasado todo lo que no había pasado en 3… El resumen anterior acababa con Julia y Armando reconciliados y preparando maletas para irse a Madrid y con Mariana guardándose las ganas de retener a su “mi amor”. Y así comenzamos…

Mariana y Julia Las Aparicio

Dios, qué tortura más insana…

Qué bonito, los tres en Villa Aparicio, en calma y armonía… mentiiiiraaaaa… Bajo esa superficie de amor y amistad idílicos, donde cada uno ocupa el lugar que corresponde, se esconden tensiones no resueltas que nadie, excepto la Señora Chavela, parece ver… Les pongo un ejemplo: Mariana está ejerciendo de jardinera cuando el Mamila, en plena faceta machoman, le quita de las manos una maceta pesada por eso de que las mujeres no deben hacer esfuerzos. A nuestra niña eso le sienta como una patada en el culo, pero se calla la boquita y se marcha silenciosamente echando miraditas a los achuchones que se da la parejita… La Señora Chavela ficha el hecho y va detrás de Mariana, quien le confiesa que no sabe muy bien que pinta ahí en medio, la matriarca le dice que le pida claramente a Julia que se quede y nuestra niña se va llorando… ayssssssss, que culebrón…

Esa misma noche Julia le está contando a Mariana las maravillas de mudarse a Madrid y la invita a irse con ellos (¿Es tonta o se lo hace?), evidentemente su “amiga” lo rechaza tajantemente y le pide que se quede… Julia no entiende su reacción (dios, que alguien le haga un dibujito a ver si así lo capta) y se molesta con ella.

Y a partir de aquí todo entra en vorágine mudanza… Julia y Armando parecen dos lapas que no se separan mientras preparan el traslado, Mariana anda arrastrándose por los rincones sin saber qué hacer, el clan Aparicio aceptando que la niña se va al otro lado del Atlántico y la Señora Chavela preocupada por el hecho de que su hija huya y luego se arrepienta. Tanto es así, que le dice que más que irse para estar con Armando, parece que huye de lo que le pasa con Mariana; Julia lo niega todo y sigue erre con erre con que ellas dos son sólo amigas y ahí no pasa nada raro: le gustaría tenerlos a los dos en su nueva vida, pero ya comprendió que no se puede y se va a ir a Madrid sola con Armando… Su madre, como todas nosotras, no se cree nada, prueba con la táctica de las metáforas y ahí se va, para dejar a Julia reflexionando y empaquetando…

Y en esas esta la muchacha, haciendo la maleta, cuando llega Mariana en son de paz para devolverle algunas cosas, Julia entierra el hacha de guerra y tiene lugar la conversación que tanto tiempo hemos estado esperando:

Mariana Las Aparicio

¿Cómo decirle que no con esa carita? Ayyssss…

Julia: ¿Por qué me duele tanto, eh?
Mariana: No sé, porque vas a dejar a tu mamá, a tu familia… está cabrón.
Julia: No, no creo que sea por eso. ¿Por qué me dueles tanto tú? Digo, no debería ser complicado, porque tú puedes ir a verme, yo puedo regresar… No nos vamos a morir… Entonces, ¿Por qué siento como si estuviéramos terminando? ¿Tú y yo qué somos Mariana? ¿Somos amigas? ¿Somos hermanas o qué somos? Mariana: Somos amigas, colega. Amigas y nada más.
Julia: Entonces, ¿Por qué me dijiste lo que me dijiste ayer? Que no querías que me fuera y…
Mariana: No me preguntes algo que ya sabes.
Julia: No, no sé.
Mariana: Ya, por favor, no me hagas decirlo… ¿Para qué?
Julia: Dímelo, por favor…
Mariana: Te amo, Julia.

Awwwwwwww, por dios, por fin… que bonito madreeeee… y se me acabaron los kleenex viendo el final de Calzonaaaaaa… Beeeesooooooooo, beeeeesoooooooooo… ¿Qué? ¿¿¿¿Abrazo???? Pero… ¿me pusieron un vídeo de Otalia y no me di cuenta?… Diossss… qué poco me dura la alegría… Pues sí, como lo leen, ahí están: llorando, abrazadas, en silencio… aysss… va pa’ largo… la montaña rusa acaba de comenzar…

Julia Las Aparicio

Siento romperles así la ilusión, pero no puedo ocultarles información o reescribir la historia… ¿o sí puedo?

Julia, en vez de tomarse una pausa para reflexionar, decide volcarse del todo en su futuro con el Mamila y su nueva vida compartida… me cae mal, muy mal. Y encima la voy a tener de vecina… porque no para de decir que se va a mudar a La Latina, a 10 minutos andando de mi casa… Que no se me acerque la pesada esta, porque mi vida se volverá un dramón… y ya no quiero máaaaaaaasssssssss… loca está, loquita perdida…

Gracias a las diosas, nuestra Señora Chavela sigue insistiendo en que no se cree nada de la ilusión loca de su hija. Mientras nuestra niñalindadenuestrocorazón intenta escribirle una carta a Julia pidiéndole que se olvide de lo que dijo, que tiene miedo a perderla por haber hablado cuando no debía… Ayyy, miniña, si ella te lo pidió y todas nosotras llevábamos semanas esperando ese momento…

Julia Las Aparicio

Carita de no-sé-qué-hacer-con-todo-lo-que-estoy-sintiendo…

Pero, seamos justas, Julia está viviendo un conflicto emocional e intenta aclarar su cabeza hablando con Alma (quiero una hermana mayor así, menos mal que tengo hermanas adoptivas, que si no…). Le cuenta lo que pasó la noche que se besaron, que no sabe muy bien qué es lo que siente, pero que quiere estar con ella no sólo como amigas, que han estado evadiendo el tema hasta que Mariana le dijo que la amaba, que sintió ganas de salir corriendo y de decirle que la ama al mismo tiempo, pero que también ama a Armando… Alma la consuela diciéndole que es normal tener miedo al estar enamorada de dos personas; Julia decide que va a seguir con el plan de irse con Armando, pero está hecha un mar de dudas… La verdad es que no me cambio por ella ni por un rato… bueno, si el rato es con Mariana, sí me cambio.

Aysssssss… En fin, un nuevo día amanece y, este en concreto, es el último día de Julia en el D.F. y todas nos preguntamos ¿Se irá con el Mamila o se quedará con Mariana? No se adelanteeeennn… Vamos a verlo… Julia tiene todas las maletas preparadas y no sabe si se despedirá de su mejor amiga, mientras nuestra niña se debate entre las opciones que se le ocurren para retenerla: aparecer en plan peli-romántica-de-sábado-tarde en el aeropuerto o… nos quedamos sin saber la segunda opción porque suena el teléfono… tensión dramática… naaaa… es el Mamila… ¿Qué querrá ahora? Que pesadito… El muchacho se presenta un poco más tarde en su casa con cervezas para agradecerle que no hablase con Julia, Mariana le dice que eso no lo sabe, pero que su amiga le ama y le reta a que él haga lo mismo… El muchacho se va ofendido del lugar y yo estoy cabreada porque Julia ni llama ni aparece ni un triste mail ni un mensajito ni nada de nada…

Nuestra Señora Chavela (qué bien me cae) acude en rescate con una cajita de recuerdos de infancia a tantear a Julia y le dice que se despida de Mariana… La niña se pone en marcha y yo soy feliz dos segundos, porque justo llega Armandito-de-las-narices a interceptarla y me quedo de nuevo sin momento romántico no-te-vayas-que-te-amo/me-quedo-porque-yo-también-te-amo…

Las Aparicio

Un regalito por si quieren jugar a los dardos…

Julia llama a Mariana, pero se encuentra con el contestador y le deja todas sus dudas en un mensaje:

Mariana, contéstame ¿no?… Ya sé que seguramente no me quieres ni ver, que todo se volvió tan complicado y yo tengo tanto miedo de perderte. Perdóname Mariana, en serio… ya sé que fue mi culpa, que yo te empuje a decírmelo y que cuando lo hiciste te dejé así… sin decirte nada porque me quedé sin habla… No quería hacerlo, pero no sabía cómo decírtelo, y yo no podía sacar esas palabras y yo quería decirte que…

Justo en el momento más inoportuno se llena la memoria y nos quedamos sin saber el final… bueno, nosotras y Mariana, que escuchaba atenta la voz al otro lado del teléfono… Niñas, tomen nota: hay que borrar los mensajes a menudo, porque nunnnca se sabe cuando necesitaremos espacio en la memoria…

Mariana Las Aparicio

¿¿¿¿¿Decirme quéeeeeeeeee?????? Cuánto estrés…

Mariana escucha una y otra vez el mensaje intentando descifrar que es lo que le quería decir Julia, cuando por fin se le enciende una lucecita en el cerebro, se pone sus botas (sí, las de siempre) y sale de casa…. Bieeeeeennnnn por Mariana, lenta pero segura… corre Mariana, correeeee cual gacela, correeeeeeeee… Pero los minutos pasan y Julia se va despidiendo una a una de todas las Aparicio, hasta que el taxi se presenta a la puerta (taxi que pidió Armando, como le odioooo) y nuestra niña no llega a tiempo para darnos nuestra escena romántica y se oyeron voces en todo el planeta que gritaban Noooooooooooooooo, ¿Por quéeeeeeeeee? Con todo lo que hemos sufrido, ahora estooooo y los paquetes de kleenex se vaciaron y todas las banderas multicolores ondearon a media asta y… bueno, ya lo saben, estuvieron allí…

Mariana Las Aparicio

A la mierda Casablanca y el Bogart… esto es mil veces más triste… sufroooo

Todas hemos tenido un momento ay-me-rompieron-el-corazón-quiero-dormirme-y-que-todo-haya-pasado-cuando-me-despierte y cocinas y lloras y pones una lavadora y lloras y ves el anuncio del puñetero niño del metro papá-¿ya-pusieron-las-calles? y lloras y, vamos, que te deshidratas de una maneeeeera… Y, si no lo han tenido, ya lo tendrán yaaaaa… no, no es una maldición… es una putada…

En fin, nuestra niña Mariana está justo en ese momento pero, como todas sabemos, por mucho que te duermas no desaparece, así que amanece un nuevo día y ella sigue llorando por las esquinas la ausencia de la petarda de Julia. La Señora Chavela la llama para saber como está y ella le dice que está muy bien y muy ocupada (mentiraaaaaaaa, está hecha polvo y dando vueltas por su casa); la matriarca no es tonta y le recuerda que las Aparicio la quieren mucho, que puede ir a su casa cuando quiera porque es parte de la familia y aprovecha para averiguar si sabe algo de Julia… No, Mariana no sabe nada de ella…. Aysssssss… negro, lo veo negrito.

Mariana y Rafaela Las Aparicio

Carita de tengo-un-agujero-en-el-corazón-que-no-puede-llenar-nada… Voy a llorar…

Ayyy, qué poca fe tengo… ¿Cómo pude pensar que Julia iba a llevar a cabo algo que decidiera? No lleva ni un día de nueva vida y ya está reculando… Llama a Mariana y le deja otro mensaje indescifrable en el contestador (se ve que le está cogiendo gusto a tener partos mentales cuando nadie puede responderle):

Mariana, no sé qué estoy haciendo. Estoy loca, me dijo mi mamá que me volvería a pasar y no le creí. Y ahora estoy aquí. ¿Te conté lo del disfraz? ¿Lo que pasó después de que murió mi papá? No sabía cuál y me lleve el de hada, luego lloré porque quería el de bailarina. Rafaela lo sabía, quiero el de bailarina, Mariana. Quiero… carajo, no sé qué estoy haciendo.

Conclusión de esta humilde servidora: Julia no sabe lo que quiere y va dando bandazos de un lado a otro, llevándose por delante a los que se arrimen demasiado. Bueno, Mariana no está en casa porque ha ido a Villa Aparicio a visitar a Rafaurelia y devolverles unas cosas que le habían prestado; no se queda mucho tiempo y se despide con un abrazo de la Señora Chavela, se ve que nuestra niña necesita amor.

Madremíaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, madremiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaaa… Llaman a la puerta en casa de Mariana, suenan unas llaves en la cerradura, se abre la puerta y ahí está Julia… madremía, qué rapidez… estas cosas no pasan en la vida real… por lo menos no en la mía…

Julia Las Aparicio

Cariñooooo, ya estoy en casaaaaa…

Pero Mariana no está en casa, la nevera está vacía y no ha oído el mensaje de Julia… ayyssss… yo no puedo estar así, con tantos subidones y bajones, con tanta emoción y decepción… sufroooo, que alguien se compadezca de miiiiiiiiiiiiii…

Mariana y Julia Las Aparicio

Las dos hechas polvo y separadas… que alguien me lo explique…. Ayyssss

Bueno señoritas… así terminó la semana pasada… sé que no tienen paciencia ninguna y habrán visto los capítulos de esta semana, con lo cual, deben estar subiéndose por las paredes… bueno, pues seré yo la única, que ahora mismo estoy colgando de la lámpara… No desesperemos, las cartas están sobre la mesa y ahora sólo hay que ver como se desempeñan las jugadoras…