Libros Lésbicos Punto y Aparte

Lucy lleva bastante tiempo pensando en abandonar Dakota del Sur para irse a España a estudiar. Las razones que la motivan son múltiples, pero desde luego la más importante es que lleva media vida (o toda entera) enamorada de su mejor amiga, Sarah. Y, como suele suceder en tales casos, Sarah no tiene ni idea de la cuestión.

Lucy se muere de amor, de deseo y, últimamente también de celos salvajes porque resulta que Sarah no solo ignora sus sentimientos, es que además ha decidido casarse (y no con ella, por supuesto). El afortunado se llama Joseph y es lo que todo el pueblo califica como un buen partido; aparentemente, también para la madre de Sarah, resulta la mejor decisión que ha podido tomar en su vida.

Pero todo esto es mucho más de lo que Lucy puede soportar. El proyecto tantas veces pergeñado, cobra realidad y urgencia en su mente: se va. A estudiar. A Salamanca.

Dejando aparte lo incontestablemente acertado de la elección (porque Salamanca es una muy buena opción para estudiar y para vivir, desde mi personal punto de vista), no resulta difícil imaginar que este viaje representa una ruptura, un antes y un después en la existencia de Lucy. Algo que decide no comunicar a su gran amiga.

Sarah se lo toma como es lógico, o sea, mal. Cuando Lucy se encuentra en el cementerio del pueblecito de Dakota, última concesión a sus recuerdos y paraje que muchas veces sirvió de lugar de reflexión íntimo, Sarah se presenta enfurecida.

Quiere y demanda una explicación: no le cabe en la cabeza que siendo tan amigas, Lucy no haya tenido el detalle de decirle que se largaba. Lo que no sabe es que, precisamente, la única persona de la que no quería Lucy despedirse era de ella, porque se le hacía un mundo verla y saber que seguramente sería la última vez.

De hecho, muchas cosas tiran de Lucy para evitar su marcha.

Por un instante vaciló y se planteó la posibilidad de quedarse, posibilidad que se desvaneció cuando vio salir una lágrima en el rostro de la mujer a la que había amado en secreto tantos años. (Pág. 12)

Y entonces, algo sucedió, algo que parecía que no iba a pasar nunca. En realidad, no hubiera pasado si ambas no se encontraran en esos momentos tan emotivos que genera una despedida definitiva.

Lo que parecía un simple gesto de amistad cobraba una nueva dimensión y, por muy extraño que pareciera, el deseo de alejarse de Lucy, se convirtió en un irrefrenable deseo de besarla. Deslizó una de sus manos hasta los labios de Lucy y los acarició, sin desviar su mirada. La lucha entre lo que le decía su cabeza y lo que su corazón pedía a gritos tuvo un claro vencedor y, por una milésima de segundo, sus labios se encontraron… Pero algo llamó su atención. (Pág. 13)

Efectivamente, no se besaron de milagro. Las interrumpió el claxon impaciente del taxi que esperaba para llevar a Lucy al aeropuerto. Pero el insólito episodio las ha afectado a las dos: Lucy se ha quedado temblando y Sarah…aturdida, sin saber cómo evaluar el evento que ha estado a puntito de suceder.

Cuando Lucy llega a Salamanca, aun con tristeza, se dedica a buscarse la vida: encontrar trabajo (en un restaurante muy cerquita de la Plaza Mayor, exactamente en la calle Espoz y Mina), alojamiento (un pisito con vistas al puente romano sobre el Tormes, nada menos), matricularse en Biblioteconomía (para todo hay gustos, jejejeje), y amoldarse en general a la ciudad y su movimiento cotidiano.

Allí irá conociendo gente. Para empezar, a Sofía, una muchacha de múltiples habilidades con la que se choca mientras hace footing por la ribera del Tormes. Con ella tendrá más de un encuentro, desde todos los puntos de vista imaginables (ya me entendéis).

Aquella muchacha inquieta había hecho que Lucy volviera a tener ese brillo en la mirada que murió cuando se despidió de Sarah. Recordaba la manera de tocarla la noche anterior y se le erizaba la piel. (Pág. 65)

Pero desde luego serán buenas amigas en el mejor sentido de la palabra: alguien en quien puedes confiar en los momentos menos buenos y que está ahí cuando la necesitas.

En en trabajo no puede tener queja: su jefe es un encanto (aunque esta valoración no es compartida por la cocinera, María, que también es un encanto). Precisamente en el restaurante conocerá a Marta, profesora de la universidad, otro peso pesado en la trama de este libro.

Al principio, Marta se configura como otra posibilidad para Lucy de curar sus heridas amorosas con un apósito capaz de hacerle olvidar a la causante de tales daños. Pero después…después todo se complica y termina por transformarse en una aventura dentro de la aventura principal.

¿Se olvida Lucy de su amada original, Sarah? No, lo que pasa es que para estos momentos ya ha tirado la toalla. Y con razón: Sarah se casa, se está casando con el tal Joseph, alias el maravilloso, y juntos se van acto seguido a una igualmente maravillosa luna de miel al Caribe. Y Sarah no ha respondido a ninguno de sus mails. Así que Lucy, aunque sea por mantener la corrección diplomática entre amigas, le envía otro mail. El último que piensa enviarle. Pero, movida por la falta de respuesta de Sarah, decide confesarle por fin en el dichoso correo que está aún turbada por lo que pasó en la despedida y… En fin, ya sabéis. El tema es si Sarah llegará a leer el mail, porque está muy ocupada con la boda, el festejo, y tal y tal.

No obstante, Lucy sigue con su vida salmantina. La profesora Marta la invita a algo que sabe que le hace muchísima ilusión: visitar por la noche la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca. Dicho sea de paso, no me extraña que le haga ilusión: si vais a Salamanca, procurad hacer una visita a la Universidad: los edificios históricos de la misma merecen la pena, y mucho.

Lo que parecía un evento cultural-académico se acaba tornando en el inicio de una aventura con tintes de novela negra. Marta y Lucy se toparán con una trama siniestra en la que unos delincuentes sin miedo a apretar el gatillo, buscan algo muy valioso y muy oculto. Tres llaves a encontrar, tres llaves que abren un espacio secreto, tres llaves que pueden llevarte a la muerte.

Esta es una novela de aventuras, desde muchos puntos de vista. Pero, sobre todo, como acabáis de intuir, porque hay toda una trama dentro de la narración principal que resulta una auténtica novela de acción en sí misma. Lucy y Marta (con más aliados, claro) vivirán a lo largo de las páginas una historia de misterio, libros antiguos de gran valor, peligro real (de hecho, hay asesinatos) y, por supuesto, una buena dosis de intriga, de indicios perturbadores, de personajes maquiavélicos… En suma, la idea central es que nada ni nadie es lo que parece.

Aparte de ello, la trama amorosa resulta también interesante. Hay una historia que avanza poco a poco, y que es el centro de gravedad de la novela: Lucy y Sarah. Seguro que os encantará descubrir si acaban juntas o no. Por todo lo dicho del libro, que lo disfrutéis, si os apetece.

Edición citada: Guillamón Saura, M. Punto y aparte. Editorial Círculo Rojo. Colección Novela. Primera edición, mayo 2012.