En el último número de América Chávez nos emocionamos un montón porque descubrimos que toda la historia del pueblo de América está llena de parejas lesbicanarias. ¡Sus mismísimas Diosas son una pareja lésbica! Además los dibujos eran de Jen Bartel y a mí personalmente me salieron corazoncitos en los ojos.
Esta semana el cómic comienza con América en las nubes, literal y metafóricamente. Literal porque está volando y metafóricamente porque en su cabeza está más feliz que nunca. Por fin tiene una idea clara de su pasado, y todo lo que ha escuchado le ha hecho reafirmarse en su identidad como mujer latina, de Fortona y con una familia. Además, se ha ido a vivir con David, su mejor amigo, así que están compartiendo piso en la universidad.
Todavía le tiene cierta rasquiña a Madrimar por haberla dejado sola en el momento más difícil de su vida, pero eso no quita que entienda por qué tomó esa decisión y que además le encante tener una abuela que es una mujer fuerte, misteriosa y no necesariamente la «típica buena del cuento». En sus propias palabras es la abuela de sus sueños.
Además, aprovechando que tiene todo claro, se pasa por la casa de la profesora Douglas (la directora de la escuela) para agradecerle que la pusiera en contacto con Madrimar. Eso sí, le pide que a partir de ese momento sea sincera con ella y las dos quedan en que las cosas serán diferentes.
En el terreno amoroso América Chávez está tranquila, las cosas con Lisa quedaron en stand by y de momento no tiene relación con ninguna chica, aunque Magdalena la sigue llamando por teléfono y le deja claro que le gustaría que en algún momento volvieran a estar juntas, pero nuestra heroína aún no está en ese punto de la relación. No es que sea demasiado desconfiada pero eso de que tu ex te engañe para entregarte a los malosos por mucho que fuera obligada deja cicatrices en el corazón que aún no se han curado del todo.
En esas estaba cuando los mismos robots malosos que la atacaron en Las Vegas aparecen en la universidad. América de inmediato se lanza a contenerlos lanzando improperios en español (¡me encanta!) y después de una batalla que obviamente gana ella, se va directo al departamento de la directora, pero no la encuentra allí.
Luego la escuela lanza un aviso de que se prohíbe volar por el momento y que todo el alumnado tiene que ir caminando al auditorio «Chavela Vargas» (obviamente que amé el detalle del nombre del lugar).
Ya en el auditorio, la doctora Billie Brightly sube al estrado y se presenta como si fuera la nueva decana. Si me lo preguntan tiene cara de mala malota. Además algo suena mal porque apenas recibe el puesto decide bannear los portales dimensionales y el vuelo. ¡Huele muy mal todo! Por si eso fuera poco, se descubre que alguien bajó el nivel de seguridad en el departamento de la decana y ahora no la encuentran y hay una nueva.
America, siendo como es de inmediato se pone en contra de las medidas, no entiende por qué no quieren que abra portales y menos que les impongan un toque de queda. La doctora Brightly la mira con desdén y le dice que su reputación la precede, porque además los robots son «conocidos» de ella y que voló cuando se le pidió que no lo hiciera, así que le pregunta si necesita teletransportarse ilegalmente, dejándola en mal lugar con los demás, así que América promete que no lo hará por el bien de Sotomayor. Por supuesto tres minutos después ya anda rompiendo su promesa y tratando de encontrar a la décana anterior porque algo le huele muy mal.
La doctora Brightly por su parte no pierde tiempo en aparecerse en el departamento de X’andria para decirle que quiere que espíe a América ¿quién mejor que una de sus mejores amigas en la universidad? Obviamente la estudiante no acepta inmediatamente, pero la doctora le hace ver que América fue la última persona que vio a la decana anterior que ahora está desaparecida, además se ha roto todas las reglas impuestas. Por si eso fuera poco cebo, le ofrece su apoyo en las elecciones a presidenta del alumnado y le dice que estará esperando su respuesta.
Cambiamos de escenario hasta el departamento donde América y David están forjando un plan para poder burlar la seguridad y buscar a la decana. Él le dice que bloqueará las cámaras de seguridad 5 minutos para que ella pueda abrir un portal y encontrar a la decana.
El cómic no ha sido especialmente sutil a la hora de presentarnos a la villana, así que yo creo que a nadie podría sorprenderle descubrir que la doctora Brightly es en realidad Exterminatrix y está monitorizando todo el campus. Y a pesar de los intentos de David se da cuenta del salto de América y además tiene a la decana metida en una especie de tanque de agua (algo que no me pregunten por qué pero le encanta a los villanos en los cómics).
Su siguiente paso es entrar en el departamento de América para llevársela acusada de romper el toque de queda y abrir un portal dimensional. David intenta cubrirla pero la decana le asegura que si él fue partícipe se lo lleva también. Luego se dirige a América dándole donde más le duele al decirle que entiende que sea tan rebelde dado que no tiene padres ¡auch! América se cabrea y la zarandea además de acusarla de ser ella quien secuestró a la decana, pero todo está siendo retransmitido al campus y nuestra heroína no se ve nada bien ante el alumnado.
Brightly lanza su carta final cuando America sigue negando que haya abierto un portal le dice que gracias a ella «Midas» está vigilando la escuela y los tiene en la mira. La morena se sorprende de que la decana sepa sobre Midas y eso queda aún peor en el vídeo porque paree que ha estado ocultando cosas. Vamos que la cosa no le está yendo nada bien de cara al público.
Brightly le ordena a una especie de soldados que son la nueva seguridad del campus que la detengan. América intenta resistirse, pero han activado un campo de seguridad que restringe los poderes de todos los estudiantes, así que mientras esté dentro de Sotomayor no puede hacer uso de sus poderes y tiene tanto punch como nosotras. Una vez que la tienen segura se marcha y la deja vigilada por un soldado que ¡resulta ser X’andria! Y hasta aquí lo dejamos en este número. ¡A ver con que nos sorprenden en el siguiente!
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