El Papa Francisco estuvo en Irlanda para enfrentar las nuevas acusaciones de abusos sexuales por partes de líderes católicos a niños. O, dicho de otra forma, por más casos de curas pedófilos. Vamos a comenzar por dejar absolutamente claro que cualquier tipo de abuso sexual es inaceptable y espantoso, pero cuando se trata de niños es todavía peor. No importa quién sea el criminal que lo haga, no hay excusas.

Que yo haya perdido la fe en las religiones, particularmente la católica, que es en la que me intentaron criar, no es el motivo de este post. Tampoco es una condena a la Iglesia o a sus creyentes. Todavía tengo capacidad para respetar esas cosas. Lo que no puedo respetar es la defensa de lo indefendible.

Líder controversial

papa francisco

Jorge Mario Bergoglio, ahora mejor conocido como Papa Francisco, es el primer Papa jesuita, el primero de Suramérica, y el primero que no es europeo desde el siglo VIII. Además es el primero que parece desafiar algunas de los status quo que el romance entre la Iglesia y el poder, parecen usar como guía básica de supervivencia.

Francisco comenzó su papado cuestionando la falta de ayuda a los pobres, que es fundamentalmente la palabra de Jesús. Además llamó a la comprensión y a erradicar conceptos obsoletos como tratar el divorcio como un sacrilegio peor que el asesinato. Y, aunque no ha sido particularmente aliado de la comunidad LGBTQIA, sí que parecía dar pasos de hacia al menos el diálogo.

Yo estaría de acuerdo con varias de sus ideas (no todas, porque a veces apoya a cada joya…), si no fuera porque siempre parece que luego se echa para atrás. También dijo que no le gusta que le llamen el papa de los pobres, o que el divorcio es una moda fea. Y lo que nos interesa: Que los padres busquen ayuda psicológica si los niños se manifiestan homosexuales.

¿Qué dijo el Papa Francisco sobre la homosexualidad?

Durante el vuelo de regreso a Roma, tras su visita a Irlanda,  el Papa Francisco realizó la tradicional conversación con la prensa tras una de sus actividades. Uno de los periodistas le preguntó sobre las acciones que deben tomar los padres ante la manifestación de homosexualidad en sus hijos. Y si bien mi primera reacción sería pensar que es una pregunta malintencionada por el tradicional desprecio de la Iglesia a las personas LGBTQIA. Pero tomando en cuenta las veces que Francisco ha dicho que Dios ama los homosexuales, parece lógico buscar consejo de un líder de su peso.

Les diría en primer lugar que recen, que no condenen, que dialoguen, entiendan, que den espacio al hijo o la hija. Cuando eso se manifiesta desde la infancia, hay muchas cosas por hacer por medio de la psiquiatría, para ver cómo son las cosas. Otra cosa es cuando eso se manifiesta después de los 20 años. Nunca diré que el silencio es un remedio. Ignorar al hijo o la hija con tendencias homosexuales es un defecto de paternidad o maternidad.

Esa es la respuesta del Papa, que luego el Vaticano retocó para borrar el uso de la psiquiatría en la sugerencia. Y es que si bien comienza con un lindo mensaje de aceptación, luego parece casi como si sugiriera “tratamiento”. Precisamente eso alega el Vaticano para justificar el maquillaje a las palabras de Francisco, que lo hacen porque él no quiso decir en absoluto eso.

¿Entonces qué quiso decir?

Es fácil ver que el Papa Francisco empuja a poyar a las personas LGBTQIA, pero una vez que son adultas. Como si la infancia pudiera moldearse para evitar tal cosa, ¿quizás? O tal vez lo que intentaba decir es que nunca está de más que la familia que tiene problemas para lidiar con esto acuda a la ayuda de un profesional. Eso sería más sensato.

Seguramente no quiso decir que hay que buscarles tratamiento a los niños que manifiesten tendencias homosexuales. Porque eso sería casi como endorsar campamentos de conversión. Y alguien que primero dice que Dios ama a los homosexuales, seguramente no dirá luego que hay que curar a los homosexuales, ¿no?

Tampoco quiero pensar que lo hace después de pedir que la gente perdone los casos de pedofilia en la Iglesia. O que se trata de una distracción, para desviar la atención de ese delicado asunto. Que obviamente requieres de estudio, quizás hasta psiquiátrico, y reformas.

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