Bienvenidas a un nuevo episodio de Legends of Tomorrow. Llevabamos unas cuantas semanas sin tener noticias de Sara y Ava porque en los episodios 2 y 3 pudimos verlas pero por separado. Eso sí, maravillosas como siempre, ademas me he reído mucho con los «malos» del episodio, porque lo del hada ha sido sorprendentemente mágico. Ahora todo lo que no vimos en esos dos capítulos nos lo han metido en el cuarto, así que prepárense para poner ojitos de corazones en su cara.
Nuestro episodio comienza con nuestras Avalance mirando una película de miedo en casa de Ava. ¿Se puede ser más monas? Además están muy juntitas porque la película es de miedo y eso siempre invita a abrazar a la de al lado. ¡Para protegerla claro! La cosa es que Sara es super fan de este tipo de cintas y algo no le cuadra, porque nunca la había visto y encima se supone que hay cuatro. Ava busca en Internet y descubre que está basada en hechos reales
Casi al momento, Gideon llama por teléfono a Sara para avisarle que algo raro está sucediendo en el universo y que tiene que ponerse a ello. Ava está muy desilusionada porque al parecer es prácticamente imposible que consigan pasar más de dos horas juntas sin que el universo esté en peligro de extinción. Pero dicen que en los momentos más bajos surgen las ideas más interesantes y ¡Sara la invita a ir con ella de campamento del amor! Bueno, en el camino tienen que cargarse al monstruo de la laguna verde del lago, pero estarán juntas al fin y al cabo.
Ya en la nave a Sara le toca explicarle a su novia que tienen a una metamorfa con la cara de Amaya atrapada y no la han podido mandar al infierno porque no es mala del todo y ¡tiene la cara de su amiga! Ava no se enfada para nada, pero no porque le expliquen la verdad, sino porque inmediatamente interpreta que la tienen en plan topo para sacarle información sobre otros entes que escaparon del infierno como ella. Algo que les da un motivo más razonable para mantenerla en el equipo y a Ava la deja contenta.
Hay que poner manos al a obra así que todo el equipo se reúne para hablar sobre lo que tienen que hacer y el monstruo al que van a enfrentarse. Tienen que viajar a un campamento de verano y hacerse pasar por monitores para averiguar como deshacerse del ente que se ha escapado del infierno.
En menos de lo que canta un gallo Constantine, Ray, Ava y Sara llegan al campamento y se mezclan con los otros monitores en equipos de dos, divididos por sexos. ¡Así que tenemos a nuestras Avalance juntas!
Siempre hemos sabido que Sara y Ava tienen maneras diferentes de conseguir sus objetivos. Y es que si bien ambas son mujeres duras, que saben lo que quieren y dirigen equipos al dedillo, sus métodos de acción son diametralmente opuestos. En eso no pensó Sara cuando invitó a su chica al baile.
Y que mientras que Sara es la alegría de la fiesta y la monitora favorita de las chicas casi desde que pisa la cabaña, Ava lo mira todo de reojo y no entiende por qué su novia está perdiendo el tiempo creando saludos especiales con las chicas cuando hay un asesino múltiple escondido intentando matarlas a todas. Así que las manda a dormir a todas y se gana el odio de todo el campamento femenino al instante.
Esa noche, ambas están platicando afuera de la cabaña y Sara le cuenta que está buscando la manera de que las chicas no lo pasen mal porque no quiere arruinar su experiencia en el campamento. Ella tiene algunos de los recuerdos más bonitos de su infancia en un campamento así y espera poder preservar la inocencia y felicidad que ella perdió por el camino en las chicas a las que están protegiendo.
Es un momento muy mono porque por un momento vemos a Sara con la guardia muy baja emocionalmente. La vemos como la niña soñadora que fue una vez hace muchos años, antes de convertirse en una asesina consumada, de perder a las personas que más amaba en el mundo, antes de morirse y revivir, que se dice pronto. Nosotras no extrañamos esa Sara, pero ella en el fondo sí que siente nostalgia por la persona que fue en algún punto.
Ava es del todo comprensiva, pero le recuerda que por desgracia no están ahí para preservar la magia, sino para cargarse a alguien mágico. Pero en sus ojos se ve que está completamente enamorada de Sara y daría lo fuera por regresarle un poquito de esos momentos. Ese momento en el que le dice «mi love» con todo el cariñito del mundo, me dejó empalagada de amor.
A la mañana siguiente descubren que faltan un niño y una niña otra vez. Constantine había hecho un círculo protector para que no pudiera entrar el demonio, pero el problema está en que son los niños quienes están saliendo al bosque y eso es más difícil de detener. Todos ponen manos a la obra para intentar descubrir a dónde se están yendo. Sara se hace amiga de las chicas a ver si le cuentan el secreto, pero Ava empieza a interrogarlas en plan campamento militar. Igual no consiguen mucha información (excepto Constantine que usa el hipnotismo).
Eso sí, más adelante una niña pequeña se acerca a Ava para contarle que las niñas tiene miedo porque en el lago hay un demonio que aparece si dices tres veces su nombre por la noche. Así que el equipo se prepara para emboscarlo. Pero todo es una trampa preparada por las niñas para tirar a Ava al lago y reírse un rato.
Todo este asunto del campamento está resultando ser una pesadilla para Ava, no solo se han burlado de ella tirándola al lago, sino que además todo el campamento de las chicas la llama «Bestia del lago» y ni si quiera es que disimulen, se lo dicen en su cara. Además, por más que intentan no consiguen avanzar en la investigación.
Como esto de estar fuera del círculo de las chicas no funciona, Sara cree que la única manera de conseguir averiguar que pasa es infiltrarse en el grupo, algo complicado porque no son niñas. Pero nuestra heroína ya se adelantado y le ha pedido a Constantine una poción que las convierte en niñas durante unas horas.
Con lo que no contaba Sara es que Ava se enfada con ella y se pira directamente. No sin antes recordarle que ella es un clon, lo que significa que no ha tenido infancia y no tiene ni idea de como comportarse como una niña, así que en su caso el plan sería un desastre.
¡Awwww me dio mucha penita por Ava! Porque está como pez fuera del agua y se nota que está totalmente incómoda. Igual un rato después reflexiona y le entrega una pulsera de la reconciliación a Sara que le confiscó a una niña en el campamento. Sara se disculpa por no haber pensado en que ella no tuvo niñez y Ava le dice que tiene miedo porque sabe que ella es rara y no encaja para nada en la situación. Además, al ser un clon, no tiene claro que la poción le funcione.
Igual ambas deciden que tienen que arriesgarse a ser la carnada, así que Sara le promete que si se convierten en niñas ella le enseñará como ser una niña y las dos se toman la poción.
Las chicas entran en el grupo con la excusa de que las han expulsado de otro lugar por traviesas. Además, Sara consigue integrar a Ava (que sigue sintiéndose un poco incómoda en esa situación) retándola a que se infiltre en la cocina y traiga una prueba. En realidad es para conseguir cayena que les va a servir para ahuyentar al demonio, que a estas alturas gracias a Constantine ya saben que es un tipo de maloso que se alimenta de la energía vital infantil.
Ava por supuesto consigue pasar la prueba con creces, se roba la cayena y además les lleva botes de helado a las chicas, con lo que se lleva el gato al agua. Las chicas por fin las incluyen en el grupo y les cuentan que siempre un chico y una chica se encuentran para besarse y regresar. Pero ya van dos parejas que no vuelven.
Sara y Ava entonces deciden seguir el camino para encontrarse con lo que sea que se está llevando a los niños y dicho y hecho, se topan de frente con la jefa del campamento y la noquean inmediatamente. Pero no, no era ella la verdadera mala malosa. Gracias a la información que les proporciona Charlie descubren que en realidad es un hombre, así que el malo de verdad es el consejero en teoría guay.
Las chicas se enfrentan a él, pero no es lo mismo luchar contra un demonio en sus cuerpos que en los de niñas de 12 años. Las dos tienen conocimientos de pelea y siguen siendo unas cracks, pero él es mucho más fuerte. Aún así, entre las dos consiguen dejarlo K.O. no sin llevarse unos cuantos golpes por el camino.
Al final todo termina bien y las chicas disfrutan un momento tranquilas caminando hacia el campamento.
Ava: Gracias por regalarme recuerdos de la infancia. Para ser honesta, los recuerdos son en su mayoría horribles, la mayoría raros.
Sara: No sería una infancia si no hubiese sido así.
Ava: Me alegra que haya sido contigo. Y considerando todo lo que estos chicos trabajaron por un beso. Supongo que deberíamos cerrarla con uno.
¡Awwww que lindas! El beso comienza con ellas siendo niñas y termina con ellas transformadas en sus versiones adultas y normales. ¡Que bonito todo! Muy de cuento de hada con las lucecitas de colores y el romance a tope. Me ha encantado.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, al menos por esta semana. ¡Pero nos vemos la siguiente para comentar todo lo que se cuece con nuestras avalance. Eso sí, la vida de las heroínas nunca es aburrida porque ahora hay que buscarle ayuda a Constantine.