Estrellita del cielo

En el cielo vive una estrellita que ilumina la tristeza de aquellos que siguen su estela con el dedo. Insiste en que esas penas son lecciones, no condenas.

No te apagues, estrellita del Cielo; no te olvido aunque te rodee el halo más negro. No titiles de soledad en mitad del firmamento, aunque el resto de estrellas se alejen de ti con el viento…

 

Si tuviera elección

Si pudiera elegir la forma de morir

querría ser un verso derramado en tu tapiz.

Solo entre tus letras

fallecer me haría sonreír.

 

El planeta Tierra tiene cáncer

Y de nosotros depende que se cure o no.

Solo sé dos cosas: que el planeta está enfermo y que no perecerá de ello, que aún no es letal. Yo podré morir de aburrimiento o asco, pero me niego a considerar la opción de que me sostiene un planeta en estado terminal. Si se apaga él, me arrastrará consigo a cualquier sitio menos al hospital.

Si de mí dependiera, me abriría el Corazón en canal para abrazarle por completo y suplicarle que no se marchite, que no sabría vivir sin él, que para mí —y para todos— es vital.

Le entregaría mis sonrisas y en cada una de ellas le imploraría, sintiendo gran vergüenza, el perdón más visceral por mirar tantas veces para otro lado y haberle tratado tan mal. Por olvidar la sabiduría de sus aguas y su bienestar celestial. Porque no supe escuchar a los bosques respirar. Porque no acerté a descifrar que la fuerza de las mareas quizá era su manera de llorar. Porque estuve más ocupada conmigo misma, ignorando la espiral de basura en que se iba ahogando y que a mí ni siquiera me llegó a preocupar.

Le susurraría con lágrimas en mis latidos que, cuando estuve en la oscuridad a punto de saltar desde su umbral, aprendí lo mucho que, en realidad, aprecio su Naturaleza de calidad. Sostendría un puñado de arena con una mano y la otra la metería en la orilla de cualquier mar para que supiera lo mucho que adoro la Vida que cada día nos da.

Te Amo, planeta Tierra: recupérate y concédenos una segunda oportunidad. No puedo hablar por los demás, pero yo no te volveré a fallar. De esta batalla sé que saldremos vivos sin violencia ni ninguna conducta criminal. No nos moriremos esta vez, aún es pronto para celebrar el funeral de toda la Humanidad. ©